La industria 4.0 constituye una enorme oportunidad para el sector de la fabricación. La evolución tecnológica y la transformación digital en este ámbito tienen el potencial de incrementar de forma significativa su contribución al PIB. De hecho, el objetivo es que alcance el 20%, desde el 16% que supone actualmente; un reto que ya está transformando las plantas de fabricación en entornos cada vez más automatizados, inteligentes y, también, sociales.
Ha cambiado la manera en que nos comunicamos, compartimos información o en la que trabajamos, y estos cambios también han llegado a la producción industrial, fundamental para un país a la hora de mantener una posición competitiva en un mundo globalizado. A finales de 2017, España tenía en producción el 80% de su capacidad industrial. Es una buena noticia, especialmente después del duro proceso de ajuste como consecuencia de la crisis económica; pero también es señal de un nuevo ciclo de inversión productiva, en el que la modernización tecnológica debe ser prioritaria.
La automatización y la robotización se han convertido en áreas clave de inversión. Como consecuencia, la industria en España ya registra un censo de 35 000 robots industriales o, lo que es lo mismo, dos de cada 1000 trabajadores en este sector ya no son humanos, sino máquinas, y, además, cada vez más inteligentes. La inteligencia artificial (IA) y el Internet de las Cosas (IoT) son dos de las palancas de desarrollo de la industria 4.0, pero no es menos importante la denominada tecnología social, que amplía el enorme potencial de las redes 5G y los nuevos estándares de comunicación, así como de los activos robóticos y de todo el abanico de componentes miniaturizados y sensores que dan forma a las fábricas 4.0.
Las aplicaciones de mensajería instantánea y las redes sociales están desplazando a las herramientas de comunicación más tradicionales, como el teléfono o el correo electrónico, convirtiéndose en las vías de comunicación en los nuevos entornos inteligentes. También en el ámbito fabril, estas tecnologías sociales tienen el potencial de llevar más allá la funcionalidad de los sistemas sobre los que pivota la gestión, monitorización y control de las plantas de fabricación.
Personas, máquinas y robots son partícipes de la gestión inteligente de la producción
La comunicación social
En la Cuarta Revolución Industrial, en la que están inmersas las empresas industriales, la comunicación y coordinación entre máquinas, dispositivos técnicos y equipo gestor es uno de los factores del éxito. De este modo, desde aggity hemos trabajado para integrar esta función de comunicación social e inteligente en la esfera de las soluciones MES (manufacturing execution system), pieza fundamental para el funcionamiento eficiente de las plantas de fabricación.
En concreto, hemos dado una vuelta de tuerca a la solución Industry 4.0 by aggity, que ya es utilizada por 350 compañías a escala global, a través de la integración de la dimensión social en la ecuación productiva. El resultado es Social Factory by aggity, una plataforma para entornos de fabricación que, además de estar automatizados y ser inteligentes, cuentan con una vertiente social, de manera que personas y equipos (pero también máquinas, robots y sistemas informáticos) son partícipes de la gestión inteligente de la producción.
Con Social Factory by aggity, operarios y máquinas pueden solicitar materiales al almacén en el momento necesario y tienen conocimiento constante del estado del stock. Los equipos de mantenimiento mantienen el control de la fabricación en tiempo real y tienen información detallada de cualquier tipo de incidencia, además de saber, entre otras cosas, cuándo es el mejor momento para recoger muestras para analizar o para detener una línea de producción.
Comunicar, compartir y colaborar
El componente social de Social Factory by aggity descansa en la integración de la plataforma Social Business by aggity. Con esta integración, el ecosistema social de las empresas (colaboradores, clientes, proveedores, distribuidores y socios) se configura, junto a los procesos de negocio y las cosas (IoT), para poder comunicar, compartir información y colaborar.
Esta plataforma consta de dos grandes elementos: Corporate Social Network by aggity y Corporate Messenger by aggity, una aplicación de mensajería corporativa que, a diferencia de soluciones similares, garantiza la seguridad de las comunicaciones y el cumplimiento de las normativas en materia de protección de datos. Este es un aspecto crítico en los entornos industriales, infraestructuras de las que depende el funcionamiento de sectores clave de la economía, desde la alimentación al transporte pasando por la salud.
Con Social Factory by aggity, las fábricas físicas operan en un entorno digital, paralelo al físico, en el que operarios, jefes de planta, coordinadores de equipos y gestores en diversos ámbitos participan, junto a procesos, máquinas y cosas, en la gestión de la operativa. Todos ellos, humanos y máquinas, pueden mantener actualizado su perfil o datos de estado, emitir y recibir notificaciones, y compartir información en tiempo real.
Los equipos de mantenimiento mantienen el control de la fabricación en tiempo real
Inteligencia artificial
En este entorno social, los sistemas interactúan con las máquinas, que tienen a su vez capacidad para avisar ante posibles incidencias, falta de material o problemas técnicos. Los responsables de la producción, por su parte, pueden ordenar, de forma ágil, cambios de producción, acceder a datos actualizados del estado de las máquinas, recibir informes de acuerdo con un esquema prefijado e, incluso, tener respuesta inmediata a preguntas concretas. La inteligencia artificial, en forma de bot, es también parte de este entorno, para permitir, por ejemplo, poner en marcha o paralizar una línea de producción con un simple mensaje de voz, o recibir en tiempo real un histórico o un parte de mantenimiento.
No cabe duda de que la digitalización de los procesos industriales es necesariamente parte de la industria 4.0. Ante este imperativo, la socialización emerge como el camino para acelerar esta Cuarta Revolución Industrial.