España puede liderar esta transformación y ser el laboratorio de referencia mundial en 5G

Con más de treinta años de experiencia en el sector tecnológico, su trayectoria profesional ha estado ligada a tres ámbitos principales: responsabilidades de alto nivel en grandes corporaciones, en las áreas de ventas y de marketing; el mundo del emprendimiento y todo lo relacionado con el corporate venturing, entornos colaborativos y modelos de innovación; y el desarrollo de proyectos vinculados al talento y la gestión de personas. Una amplia experiencia que está muy alineada con los objetivos que se persiguen desde la Mobile World Capital.

¿Qué es Mobile World Capital?

Es una fundación público-privada que tiene como objetivo aprovechar el impacto del Mobile World Congress para dejar un legado en nuestro país y, ¿por qué no?, para liderar alguno de los movimientos de transformación tecnológica, como el del 5G. Para ello contamos con cuatro grandes programas. El primero está relacionado con el desarrollo de proyectos estratégicos tales como el 5G Barcelona, que busca crear conocimiento e impulsar los primeros pilotos y prototipos en Europa. Además, acabamos de ser nominados como observatorio Nacional de Servicios 5G, trabajando en red entre Barcelona y Madrid.

El segundo es crear ecosistema, potenciar la colaboración entre los diferentes agentes de la industria: corporaciones, operadores, fabricantes, emprendedores y la comunidad científica. Ahí el proyecto bandera es Four Years From Now (4YFN), un ecosistema digital y de emprendimiento a nivel mundial, con una participación que ha crecido mucho durante las últi­mas cinco ediciones. Este año ha superado los 20 300 asistentes.

El tercero tiene que ver con la transferencia de tecnología desde el mundo científico, donde entra en juego el programa The Collider (ver cuadro).

Por último ponemos el foco en el talento, posicionando nuestros dos grandes hubs (Barcelona y Madrid) que, de hecho, se encuentran en el
top 10 europeo en cuanto al número de emprendedores, tamaño y rondas de inversión. Somos el único país de Europa que tie­ne dos ciudades en el top 10. Es una oportunidad enorme. Otra iniciativa en este sentido es mSchool, que busca promover vocaciones científicas entre los alumnos que están cursando 4.º de ESO.

Somos el único país de Europa con dos ciudades en el top 10 en cuanto a hubs tecnológicos

¿Qué valoraciones puedes hacer de la última edición del MWC?

Según compartió John Hoffman, consejero dele­gado de GSMA Limited, el congreso ha cerrado muy bien: 107 000 asistentes, 13 000 puestos temporales, cerca de 470 millones de euros de actividad económica… Pero el dato más relevante ha sido la calidad: hemos tenido 7700 CEO y máximos responsables de grandes corporaciones, así como ministros de tecnología e innovación. Un 20% más que el año pasado.

En cuanto a las tendencias, el protagonismo ha sido para el 5G y el anticipo de lo que va a suponer esta revolución. Además de esto, también destacaron los casos de uso en inteligencia artificial y análisis de datos, o el modo en el que la movilidad se ha hecho transversal y está impactando en todo tipo de sectores. En este congreso hemos visto muchos coches que son móviles con ruedas; drones que son móviles con alas y mucha tecnología que antes no tenía nada que ver con la movilidad.

El objetivo ha sido, sobre todo, innovar para un futuro me­jor, alineado con los 17 objetivos de sostenibilidad de Naciones Unidas. Se ha visto mucho proyecto de innovación social, acerca de cómo la tecnología puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas.

El 5G está siendo una de las claves

El 5G supone tres grandes cambios disruptivos, que no evolutivos. El primero tiene que ver con el ancho de banda (entre 100 y 1000 veces los que ofrece el 4G), que permite una riqueza de contenidos que no imaginamos. El segundo es la latencia, con tiempos de respuesta inferiores a un milisegundo frente a los 20 o 30 milisegundos de la anterior tecnología. Prácticamente, una respuesta en tiempo real que permite aplicaciones de alta precisión. La tercera característica es un menor consumo, autonomías más allá de ocho o nueve años que van a permitir un des­pliegue masivo en ciudades, autopistas y hogares.

A partir de ahí, los escenarios imaginables son muchos. De hecho, en 5GBarcelona es­tamos creando un laboratorio abierto y neutral para que las compañías vengan a prototipar esos servicios y anticipar el futuro en España. Una de las aplicaciones más evidentes es el vehí­culo conectado, como el de tipo urbano que ha mostrado Seat o el industrial que presentaron Acciona y Orange: excavadoras haciendo operaciones de alta precisión, en obra civil y a distan­cia.

También hay ya aplicaciones en el ámbito de la sa­lud, como el caso del Hospital Clínico y AIS Chan­nel, en el que vimos una intervención con ciruja­nos colaborando en remoto y en tiempo real. En el futuro también va a afectar al hogar (teleasistencia) o al mundo de los contenidos y del entretenimiento (realidad aumen­tada y virtual). Tendrá incluso una incidencia notable en la sostenibilidad, en un modelo como el actual, muy cuestionado en cuanto al impacto climático. Estamos en un momento de imaginación.

The Collider

Desarrollado por Mobile World Capital este programa facilita el contacto entre científicos, con proyectos en fase pre comercial fruto del desarrollo del doctorado o de investigación, y emprendedores en fase de búsqueda de ciclo de nuevo proyecto. Combina talento científico con talento emprendedor, que sepa vender, gestionar y atraer inversores. El objetivo es crear empresas de base tecnológica con un alto potencial de crecimiento. En estos momentos tenemos ocho equipos y este año acabaremos constituyendo entre tres o cuatro compañías. El objetivo es extender The Collider desde Barcelona a dos o tres ciudades en España.

¿España se puede posicionar en este ámbito?

En España tenemos la posibilidad de liderar esta transformación y hacer de nuestro país el laboratorio de referencia mundial de 5G más allá del congreso. Para ello, debemos cerrar acuerdos como el que hemos firmado con South Korea Telecom para aprovechar las infraestructuras que vamos a desplegar y facilitar que fabricantes internacionales vengan a prototipar, a pilotar y anticipar el futuro de esa transformación.

En la Unión Europea se van a crear 2 300 000 nuevos puestos de trabajo gracias a la revolución 5G, y veremos un nivel de actividad económica próximo a los 113 000 millones de euros, incrementales sobre la economía. Se están dando todas las condiciones de contexto para poder atraer entre un 10% y un 15% de esos recursos a España.

Para ello, estamos realizando apuestas como la Observatorio Nacional 5G, que quiere serlo también en un contexto internacional tendiendo puentes con América Latina y Europa. Además, contamos con un despliegue de red de telefonía móvil muy importante a escala europea, somos el único país de Europa con dos ciudades en el top 10 en cuanto a hubs tecnológicos y contamos con una presencia muy relevante en la comunidad académica y científica, con universidades y centros tecnológicos que participan en 22 de los 37 proyectos de consorcios europeos en 5G. Por último, algunas de nuestras grandes corporaciones han decidido apostar por la innovación y desarrollar su laboratorio de experiencias 5G en nuestro país.

En 5GBarcelona, las empresas pueden prototipar esos servicios y anticipar el futuro

¿También a nivel global?

China y Estados Unidos son referencia en 5G, pero tenemos una ventaja estratégica: muchos de los hubs de 5G a nivel internacional ponen el foco en la tecnología (antenas, chips, procesadores…), mientras que en España estamos liderando los escenarios de uso, combinan­do las capacidades de corporaciones, operadores, emprendedores y comunidad científica.

Estamos consiguiendo una experiencia diferen­ciadora en cuanto al impacto económico y social de estos escenarios. No entramos en la arquitectura —la tecnología llegará—, sino en cuál va a ser la apli­cación de negocio, en generar nuevos ingresos… Nos estamos especializando en ser un modelo de referencia, expertos en el impacto de los casos de uso de 5G a nivel mundial. Buscamos ser los mejores en el análisis del impacto económico, so­cial y energético de esos escenarios. Más que el “cómo”, queremos ser el “qué”.

La seguridad será uno de los temas relevantes

La ciberseguridad es muy importante, pero también el modo en que podemos simplifi­carla en cuanto a gestión de identidad y de acceso. Cada vez más, y lo hemos visto en la edición del MWC de este año, habrá un acceso a servicios a través de tecnologías biométricas. Así se facilita que tu presencia física sea tu acceso, ya sea para entrar en el congreso, como tarjeta de embarque en el avión o, en un fu­turo, para interactuar con un cajero automático. Hay una gran oportunidad en lo relacionado con la interacción natural de las personas con las tec­nologías. El teclado pasará a un lado y serán la cara, la voz, el iris o las huellas los que van a dar acceso a servicios de una manera natural. Sin necesidad de sistemas complejos de gestión de identidad. Ahí, el equipo de GSMA está trabajando con los operadores en la iniciativa Mobile Connect, para dotar de unas capacidades de gestión de identidad y de seguridad en la tecnología móvil, independientemente del operador y del dispositivo.

La edición 2019 del MWC

Todo apunta a un aumento de la transversalidad de la tecnología móvil hacia todo tipo de ámbitos o la explosión del machine learning y el big data para dar más inteligencia a la red. Veremos también experiencias cada vez más en­riquecedoras y escenarios disruptivos basados en 5G, especialmente en lo que tiene que ver con el impacto transversal en la so­ciedad. De hecho, uno de los grandes debates será acerca de cómo esta transformación ayudará, de una ma­nera inteligente, a mejorar la calidad de vida de las personas: un planeta más sostenible, con menos impacto energético, con un uso adecuado de los datos.

La persona, el usuario, el ciudadano como centro de todo lo que hagamos.

¿Qué papel deben representar las startups?

Desempeñan un papel fundamental de aceleración de esos procesos de innovación. Jóvenes que tienen el coraje, el valor, la capacidad de anticipar el futuro y desarrollar aplicaciones y servicios para ayudar a las corporaciones a tener más flexibilidad y adaptarse al mercado. Nuestro ecosistema de emprendimiento goza de una muy buena salud, pero debemos potenciar que esos dos grandes hubs tecnológicos, el de Barcelona y el de Madrid, colaboren cada vez más: eso es lo que nos hace fuertes. El emprendimiento y la innovación no entienden de territorios: ignoran la geografía y la política.

En las regiones con mayor índice de competitividad a nivel mundial, la clave es la colaboración entre los agentes: corporaciones, emprendedores o la comunidad científica. Así se favorece, además, el  tránsito de talento entre esos tres ejes: el talento científico que se hace emprendedor, el talento emprendedor que trabaja con una corporación y, en algunos casos, es absorbido para después volver a hacer un proyecto científico. La permeabilidad entre esos tres mundos es un elemento clave de competitividad. En este contexto, 4YFN ha favorecido el posicionamiento del ecosistema de innovación español en el mundo, extendiéndolo —a través de GSMA— a San Francisco y Los Ángeles (Estados Unidos) y a Shanghái en Asia. 4YFN favorece que las corporaciones vayan a sentarse con emprendedores y monten sus aceleradoras o hagan sus llamadas para lanzar retos.

Uno de los comentarios que suelo recibir por parte de directivos es que en el evento de 4YFN han visto el congreso del año que viene, por innovación en negocio, visión, talento joven, espacios de networking o modelos de colaboración.

No entramos en la arquitectura tecnológica 5G. Más que el “cómo”, queremos ser el “qué”

¿Deben transformarse también los modelos de formación?

La tecnología y la transformación están yendo por delante de la sociedad. Las universidades y los centros de formación están trabajando cada vez más para acercarse y anticipar las necesidades de las próximas generaciones, pero, envidentemente, está costando hacerlo a la velocidad que requiere el mercado. Han surgido nuevas escuelas con modelos de formación originales, pero el sector está ahora mismo en una total revolución. Las necesidades van más allá de lo que está cubriendo la oferta. Hay un gap muy importante, no solo en temas de futuro como pueden ser el blockchain o la computación cuántica, también lo hay en cuestiones como la experiencia de usuario, big data y machine learning, desarrollo de apps móviles…

Hay que dar pasos en ese sentido, pero es importante hacerlo de la mano de la demanda, conocer qué necesitan —y qué van a necesitar—las corporaciones, los emprendedores o los integradores; y cómo se está cubriendo esa demanda por parte de las entidades formativas, así como cuáles son los gaps y cómo podemos impulsar iniciativas que ayuden a cubrirlos más rápido.

Cada vez vemos menos formación orientada a contenidos académicos teóricos y más hacia el desarrollo de proyectos reales en los que se vea el impacto, pero hace falta más.