Certeza. El volumen de datos que manejan las empresas ha ido en aumento en los últimos años. Captarlos adecuadamente, analizarlos y emplearlos para extraer información y conocimientos en tiempo real puede marcar la diferencia entre lograr o no el éxito. Pero para llegar a ese punto es esencial dejar atrás el business intelligence pasivo y abrazar un nuevo concepto: la inteligencia activa.

En los últimos años el mundo se ha convertido en un lugar totalmente impredecible. Para el ámbito empresarial, esto supone operar en un entorno en el que las condiciones económicas y de mercado pueden cambiar de la noche a la mañana; y, de hecho, lo hacen, como hemos visto con la pandemia o la guerra entre Rusia y Ucrania. Por desgracia, no parece que vayamos a volver atrás: la naturaleza interconectada en la que vivimos implica que la incertidumbre ha llegado para quedarse.

Sin embargo, hay un camino que podemos seguir para minimizar las consecuencias de esta situación, y es el de la captación, análisis y uso de los datos como valor empresarial fundamental. No importa cuál sea el modelo de negocio que se desarrolle o en qué sector opere la organización, con los datos y su conocimiento las compañías pueden establecer las estrategias adecuadas para una toma de decisiones acertada en el momento correcto, avanzando con confianza en el crecimiento de su negocio.

La caída del business intelligence tradicional

La agilidad en tiempo real es un factor clave en la economía digital en la que vivimos. La competitividad de una empresa depende en gran medida de su rápida capacidad de respuesta a los acontecimientos a medida que surgen y evolucionan. Pero, para que esto suceda deben evolucionar tanto la tecnología como el modo en el que los negocios extraen el valor de los datos de los que disponen.

Es necesario dejar atrás lo que conocemos como business intelligence y abrazar un nuevo concepto: la inteligencia activa

Hasta hace poco, el business intelligence pasivo era suficiente. Hablamos de un enfoque que, a través de una serie de estrategias y herramientas, busca extraer valor de la información; pero todo ello a partir de conjuntos de datos preconfigurados e históricos, con un diseño pensado para informar y sin ningún tipo de capacidad para llevar a cabo acciones en tiempo real, ya que para realizar un nuevo análisis había que reconfigurarlo todo de nuevo.

En el contexto en el que vivimos, esto no se puede considerar, ni mucho menos, suficiente: el business intelligence tradicional ya no es capaz de dar respuesta al desafío actual.

Apoyémonos, nunca de forma más oportuna, en los datos para analizar qué hay detrás de esta afirmación. Según IDC Data Culture Web Survey, solo el 44% de las empresas dispone de suficientes datos que puedan utilizarse para tomar decisiones. Además, solo el 29% de los ejecutivos logra resultados de negocio verdaderamente transformadores, de acuerdo con los resultados de una encuesta reciente de NewVantage Partners.

De aquí se extrae una conclusión clara: la mayoría de las empresas experimenta grandes dificultades para proporcionar datos útiles, y aún más para transformarlos en valor de negocio. En este sentido, necesitan una relación mucho más dinámica con la información, una tecnología capaz de reflejar el momento actual que vive su negocio. Para lograr ese objetivo es necesario dejar atrás lo que conocemos como business intelligence y abrazar un nuevo concepto: la inteligencia activa.

Inteligencia activa para impulsar acciones inmediatas

La inteligencia activa es un nuevo paradigma que proporciona al negocio un estado de inteligencia continua. En esencia, permite analizar la información en tiempo real para saber lo que está pasando —en cada momento— en todos los aspectos del negocio y poder actuar de forma inmediata.

Analizar la información en tiempo real para saber lo que está pasando —en cada momento— y poder actuar de forma inmediata

Además, hace posible que la información más actualizada esté disponible. Ya sea impulsando métricas e insights automatizados en los cuadros de mando, o integrándolos directamente en procesos automáticos, es capaz de combinar datos en reposo con datos en movimiento para, de este modo, proporcionar un valor añadido en cada oportunidad estratégica de negocio.

Con la inteligencia activa los trabajadores y los equipos —incluso los de perfiles no técnicos— pueden construirse fácilmente sus propios cuadros de mando y encontrar sin dificultad los datos pertinentes, enriquecerlos y crear nuevos datos derivados de los que extraer todo el valor posible para el negocio. La capacidad de aprovechar la inteligencia activa les ayuda a afrontar con confianza los desafíos actuales y los futuros.

De este modo, las compañías pueden, por ejemplo, administrar el inventario para satisfacer la demanda cuando las materias primas son escasas y los envíos se interrumpen; identificar los cuellos de botella de la cadena de suministro para cubrir los huecos y trabajar de manera más eficaz con los partners; cambiar los recursos para abordar nuevas oportunidades o las necesidades de ayuda humanitaria cuando surgen conflictos como el de Ucrania; o comprender las necesidades de sus empleados, tanto desde la perspectiva de los recursos como desde la de la salud mental, en un mundo en constante cambio.

Cerrar la brecha y crear certeza

Para paliar los retos que se pueden presentar en el uso y la alfabetización en el ámbito de los datos (saber leer y analizar la información), así como para crear certeza, la innovación es fundamental. Con ella se pueden cerrar las brechas relacionadas con los silos de información, que impiden que los empleados puedan acceder a los datos cuando los necesiten para tomar decisiones a tiempo. Además, esto les permite también paliar las posibles deficiencias que se producen en cuanto a la comprensión de lo que realmente significan los datos y cómo pueden impulsar la planificación y mejorar las predicciones.

La certeza es la que va a permitir cerrar las brechas relacionadas con los silos de información

Contar con una plataforma que combine inteligencia activa, automatización, canales de datos activos, análisis avanzados, alertas y colaboración, como la que ofrece Qlik con soluciones como Qlik Forts, es fundamental. Gracias a este tipo de herramientas se puede pasar de unos datos sin procesar —que no aportan valor— a unos insights refinados y útiles que se entregan a los empleados, sin que importe su rol, cuando los necesitan.

Con todo el mundo trasladando las cargas de trabajo en la nube, y con la creciente necesidad de las empresas de disponer de una propuesta unificada de analítica e integración de datos, la inteligencia activa es un aliado fundamental para que las organizaciones se enfrenten al incierto mundo en el que vivimos. Los datos son el petróleo de hoy, pero sin una inteligencia activa que los convierta en gasolina será imposible extraer todo su valor.