En un escenario complejo y de incertidumbre como el actual, una toma de decisiones basada en datos y no en intuiciones es clave, muy especialmente en el ámbito de la gestión de personas y en la modalidad de teletrabajo, que vive una expansión sin precedentes.

El uso de big data y analítica es fundamental en cualquier estrategia empresarial, especialmente en ámbitos como la gestión del capital humano, en los que su potencial, presente y futuro, es enorme. La IA es, de hecho, una pieza clave del denominado smart work, un modelo que promueve un entorno laboral flexible, dinámico y que favorece la conciliación con la vida personal. Con ese objetivo, esta tecnología permite recrear capacidades del ser humano —como ver, leer, entender, escuchar, conversar, recomendar o prever— que son fundamentales en cualquier entorno de trabajo, y esenciales en la gestión de personas.

La IA se apoya en tres pilares. El primero es el cognitivo, de interacción contextualizada por medio de asistentes virtuales, lo que configura un nuevo canal de comunicación amigable entre trabajador y empresa. El segundo es el de reconocimiento del lenguaje natural, que permite comprender textos y lenguaje oral. El tercero es el predictivo, basado en algoritmos de machine learning y deep learning que, en el ámbito de la gestión de personas, permite determinar cuáles son las más adecuadas para lograr los objetivos fijados, conocer su rendimiento y su potencial, definir la siguiente acción necesaria para promover su desarrollo o para retener el talento en caso de riesgo de fuga.

La IA es un aliado de primer orden para allanar las dificultades y problemáticas que puede conllevar el teletrabajo

Conscientes del potencial de esta tecnología, y en colaboración con la empresa Tens AI, hemos mejorado la funcionalidad analítica de BesTalent IA by aggity —específicamente su núcleo, Talent IA— para incorporar inteligencia y automatización a sus diferentes soluciones y módulos.

El ciclo de vida de los empleados

Conocido como people analytics, las posibilidades de la aplicación de la analítica, el big data o la inteligencia artificial a la gestión del capital humano son tan amplias como lo es el ciclo de vida de las personas en las organizaciones. De hecho, al igual que ocurre en la gestión del ciclo de vida de los clientes, puede acompañar y ayudar a los responsables de personas a lo largo de todas las etapas, desde su contratación y primeros pasos en la empresa hasta la gestión y retención del talento, pasando por el desarrollo de operaciones, la gestión del desempeño y la formación o las promociones.

La IA se encarga de identificar aquellos perfiles que cumplen mejor los requerimientos de la empresa

En los procesos de contratación, la IA se encarga de identificar aquellos perfiles que cumplen mejor los requerimientos de la empresa y que responderán a las necesidades de la organización. Con ese objetivo, es fundamental el tratamiento del lenguaje natural para entender los currículums de los candidatos, así como lo son los algoritmos para predecir cuáles se adaptan mejor a la cultura de la empresa y al puesto que se pretenda cubrir. De esta forma ganamos en agilidad, al reducir el número de aspirantes aptos y el de entrevistas durante la selección, y también nos aseguramos de afinar al máximo el proceso.

Tras la incorporación a la empresa, la IA permite conocer si el rendimiento es el adecuado o es necesario capacitar al empleado. Esta información sobre el rendimiento, y también sobre la progresión del profesional, resulta también determinante para gestionar y retener el talento, saber hasta dónde puede llegar y cómo ayudarle a ello. En cuanto a la retención, permite predecir el riesgo de fuga de las personas para, en el caso de profesionales clave, desarrollar las acciones más adecuadas para evitarlo o anticiparse y tomar medidas que minimicen el impacto de dicha fuga, como la puesta en marcha de un proceso de sustitución.

Otro beneficio que ofrece la IA es que, mediante asistentes cognitivos, permite mejorar la experiencia del empleado gracias a su capacidad para optimizar todo tipo de operaciones propias de la gestión de personas, desde la tramitación de una baja a la solicitud de vacaciones, pasando por la gestión de turnos. Asimismo, la IA permite automatizar las técnicas de consulta para medir la satisfacción de los empleados, así como para facilitar la toma de decisiones objetivas para desarrollar y elevar la eficiencia de los procesos. Este punto es especialmente clave en entornos complejos y actualmente sometidos a presión, como, por ejemplo, el sector sanitario.

Teletrabajo con un alto rendimiento

Todas estas capacidades resultan fundamentales en los entornos de teletrabajo, el cual ha experimentado una expansión sin precedentes durante los últimos meses y se ha convertido en parte de la denominada “nueva normalidad”. La reciente aprobación de la Ley del Trabajo es una clara prueba de ello.

La IA es un aliado de primer orden para allanar las dificultades y problemáticas que puede conllevar el teletrabajo (falta de control, cumplimiento de plazos, organización y gestión de la relación con responsables y equipos, etc.), así como para aprovechar todos sus potenciales beneficios. Este es un objetivo prioritario y que se ciñe a la realidad: según encuestas recientes realizadas durante el confinamiento, la mayoría de los trabajadores (73%) apreciaban como positivo el teletrabajo y expresaban su deseo de seguir en este modelo al menos uno o más días por semana. Sin embargo, el 71% de las personas que estaban teletrabajando no tenía objetivos, el 45% afirmaba estar completamente a su aire sin ningún tipo de tareas o asignaciones y solo un 39% tenía tareas fijadas.

Las soluciones de people analytics contribuyen a eliminar los obstáculos del trabajo a distancia y a evitar esa «falta de control»

Las soluciones de people analytics contribuyen directamente a eliminar estos obstáculos y a evitar una falta de control que, de no subsanarse, impactará de forma negativa en el funcionamiento y la competitividad de la empresa, convirtiendo las potenciales ventajas del teletrabajo en un lastre.

Se trata de medir el rendimiento del empleado, saber qué está pasando y cuál es su productividad (cómo trabaja, a qué dedica su tiempo, en qué medida hace un buen uso de las herramientas colaborativas, etc.), todo ello con una visión unificada de la compañía en su conjunto y de cada empleado en detalle; y con la posibilidad de establecer alertas ante, por ejemplo, un descenso de la productividad. Esa es la base para tomar decisiones apoyadas en datos y no en opiniones o intuiciones, y para desarrollar acciones inteligentes y alineadas con los objetivos de la empresa.

Es igualmente clave, y más aún en un entorno de teletrabajo, la interacción amigable de los empleados con la organización, así como el desarrollo de iniciativas personalizadas, como pueden ser la formación a la carta, los planes de incentivos o incluso premios o ventajas para los profesionales con mejor rendimiento.

Si bien parte de los trabajadores han retornado a sus puestos de forma presencial, en muchas empresas, el teletrabajo, de forma más o menos generalizada, ha llegado para quedarse. Es el momento de aprovechar la oportunidad para dar un salto cualitativo en la gestión de las personas y el talento.