Las nuevas tecnologías y su vertiginoso avance están transformando las expectativas de consumidores, proveedores y usuarios del negocio. Tendencias como inteligencia artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT), vehículos autónomos, drones, robótica, realidad virtual o fabricación mediante impresión 3D están llevando a una necesaria transformación del sector industrial en busca de mejoras relacionadas con la eficiencia y eficacia o la reducción de costes, en un contexto en el que imperan la globalización y el libre comercio.

Cada vez oímos con más frecuencia hablar de industria 4.0. Este concepto lleva implícito un cambio radical y una serie de nuevos desafíos originados por la posibilidad de lograr una mayor flexibilidad e individualización de los procesos de fabricación.

En la actualidad, la industria se enfrenta a una serie de desafíos tales como la existencia de un mercado global —que, sin embargo, está marcado por ofertas a medida—, los requisitos individuales y las preferencias regionales. Además, las organizaciones deben hacer frente a la necesidad de un aumento de la productividad, con una reducción del time-to-market, así como a la presión de lanzar al mercado productos innovadores manteniendo al mismo tiempo la máxima satisfacción de los consumidores.

En este contexto, la expresión industria 4.0 se refiere a una nueva manera de organizar los medios de producción. Plantea una visión de la fabricación informatizada, en la que todos los procesos están interconectados por el Internet de las Cosas (IoT). El objetivo es que esas fábricas inteligentes (smart factories), sean capaces de adaptarse a las necesidades y a los procesos de producción, consiguiendo una asignación más eficaz de los recursos.

Uno de los elementos diferenciales de esta nueva revolución industrial son las bases tecnológicas en que se apoya la industria 4.0, no solo en lo que se refiere a la interconexión de dispositivos y sistemas a través de IoT, sino en lo que tiene que ver con los sistemas ciberfísicos o CPPS (cyber-physical production systems). Todo ello impulsado por una rápida y adecuada digitalización y coordinación cooperativa en todas las unidades productivas de la economía y con una clara orientación a ofrecer el mejor servicio posible al cliente.

Esto nos lleva un paso más allá de la industria 4.0 y origina el concepto de industrial IoT (IIoT), que cierra el círculo aportando una visión de 360 grados: fabricación autónoma e inteligente, guiada por trabajadores conectados, que ofrecen productos inteligentes a través de los cuales se obtiene información valiosa de los consumidores. Toda esta información de valor, obtenida a lo largo de todo el proceso, ayudará a mejorar los productos y a generar nuevos servicios con un valor diferencial para las compañías.

IoT permite repensar los modelos de negocio y explorar nuevas oportunidades

Un viaje hacia la transformación

La evolución en las expectativas de consumidores y proveedores de productos y servicios, así como el surgimiento de nuevos factores que están modificando las reglas del negocio, ha llevado a las principales industrias a apostar por IoT como uno de los drivers de esta transformación. El impacto de esta apuesta afectará a todo el ciclo de vida de los productos, así como a la interacción con los consumidores. Además, permitirá a las industrias repensar los modelos de negocio.

La generación de información y conocimiento adicionales, a partir de los sensores y dispositivos colocados en multitud de lugares, la interconexión con los sistemas de diseño de producto, de control de planta, con los canales de distribución y venta, así como con los de comunicación con los consumidores, hacen posible la creación de un ecosistema de intercambio de datos que puede originar nuevas fuentes de ingresos o líneas de negocio innovadoras.

Pero antes de que una industria se lance a la implantación de este tipo de soluciones, hay que decidir cuál es el objetivo y qué medios vamos a dedicar para alcanzarlo. Según nuestra experiencia, las empresas que comienzan procesos complejos de adopción de nuevas tecnologías IoT, y realizan un proceso estructurado de planificación estratégica, obtienen mejores resultados, en un plazo más corto y con un coste menor.

A la hora de adoptar IoT en los procesos de fabricación, una de las primeras cosas que se han de considerar son los aspectos en que se quiere mejorar, encarando el proceso con la flexibilidad necesaria para adaptarse a los cambios y oportunidades que surjan en el camino. Entre las claves más importantes de este plan estratégico están las siguientes:

  • Colaboración constante, tanto interna (en la propia compañía) como externa, con partners y clientes.
  • Uso del design thinking para descubrir y diseñar nuevos productos y servicios.
  • Aplicación de Lean startup para acelerar el desarrollo de estos nuevos productos.
  • Metodologías ágiles de desarrollo (DevOps) que ayuden a llegar antes al mercado, reduciendo los costes y mejorando la calidad del producto.

IoT out-of-the-box

Para reducir las inversiones económicas y el time-to-market de los nuevos productos y servicios, antes de embarcarnos en nuevos desarrollos es imprescindible realizar una búsqueda de soluciones que permitan acelerar la integración de IoT. En el mercado existe una oferta de soluciones out-of-the-box para smart factory, que reducen el tiempo de desarrollo y de integración al mínimo, facilitando la lectura de los datos desde las redes de sensores desplegados en la planta productiva.

Estas soluciones, que combinan sensores y software, permiten monitorizar parámetros físicos que afectan a la productividad (como temperatura, humedad, presión, calidad del aire, niveles de contaminación) y al mismo tiempo inciden en la seguridad y salud de los trabajadores.

Las soluciones IoT out-of-the-box deben ofrecer una conectividad que asegure la seguridad de las comunicaciones y del envío de la información. Con una simple configuración de conexión (identificación y seguridad), todos los sensores deben de ser representados y monitorizados automáticamente.

Otra de las premisas para asegurar el éxito de una solución IoT es recurrir a plataformas en cloud basadas en bases de datos y procesamiento in-memory, que aportan seguridad, escalabilidad y un alto rendimiento.

La gran oportunidad

IoT puede ser percibido como un riesgo o como una gran oportunidad. En la historia reciente existen multitud de fracasos de compañías que no supieron adaptarse a los avances tecnológicos del momento. Un caso muy llamativo es el Kodak, que pasó de monopolizar prácticamente el mercado de cámaras fotográficas y consumibles derivados para pasar después a la bancarrota. Sus principales errores fueron no apostar a tiempo por el cambio disruptivo que trajo la imagen digital, no fomentar el talento que la compañía poseía (Steven Sasson, inventor de la cámara digital, trabajaba para Kodak) y no tener una visión del futuro del negocio basada en las nuevas tecnologías.

En la actualidad, las grandes compañías se enfrentan a empresas nacidas y basadas en las nuevas tecnologías, que cuentan con una visión innovadora que las está haciendo crecer exponencialmente: Amazon, Google, Tesla, etc.

IoT ofrece una oportunidad histórica, que permite a las empresas repensar sus modelos de negocio, explorar nuevas oportunidades, desconocidas hasta hoy y obtener nuevas líneas de ingresos adicionales.