Si algo puede tener de positivo estos tiempos de pandemia, tal y como viene ocurriendo en las sucesivas crisis que ha vivido la humanidad, es que está sirviendo para poner en práctica nuevos modelos y tecnologías que ya estaba ahí, aunque seguramente faltaba este empujón definitivo para generalizar su aplicación.

Desde luego, una de las iniciativas que más polémica está desatando es la aplicación de medidas de geolocalización y la aplicación de sistemas de IA en el actual contexto de la lucha contra el coronavirus. Entre otros aspectos se consideraron sus implicaciones actuales —en un marco ético y en defensa y protección del ser humano— como también a futuro, y cómo va a afectar en el ámbito de la geopolítica.

We The Humans, think tank independiente, ha celebrado un encuentro online con distintos expertos para analizar este escenario. En un formato de mesa redonda online participaron reconocidos profesionales del sector tecnológico y legal, como Borja Adsuara (profesor y abogado experto en Derecho, Estrategia y Comunicación Digital, exdirector general de Red.es), David Hurtado (Customer Success Innovation Lead en Microsoft y experto en Inteligencia Artificial) y María González Moreno (socia de Privacidad, IT y Seguridad en ECIJA, secretaria de We The Humans) o Alberto Iglesias (subdirector de INNOVADORES y miembro de la Junta Directiva de We The Humans).

¿Falta de confianza?

Desde luego, según apuntó Borja Adsuara, en un escenario de pandemia como el actual, la geolocalización es un dato básico para facilitar su control, aunque el gran reto está relacionado con ofrecer a los ciudadanos la confianza suficiente en torno al uso real que se le da a toda esa información. Antes la posibilidad de que alguien haga un mal uso de esos datos no hay que perder las ventajas que aporta la tecnología.

Es necesario explicar a la gente las ventajas derivadas de los buenos usos de la tecnología

María González puso el foco en la regulación actual en torno al “uso extraordinario de los datos, con unas finalidades muy concretas y determinadas,” aunque es necesario exigir que se den todas las condiciones y garantías de que los datos se van a utilizar exclusivamente con esas finalidades, y en que dichas garantías deben ser aportadas y controladas por los organismos y expertos encargados de controlar la pandemia.

Esta falta de confianza, en parte, puede ser debida a un desconocimiento acerca de la tecnología y de cómo funcionan los sistemas. Según destacó David Hurtado destacó que, posiblemente, la IA y gran parte de sus funcionalidades han llegado demasiado rápido al día a día del usuario y se echa en falta una mayor transparencia por parte de las compañías y gobiernos a la hora de explicar cómo funciona todo esto. No es que se quiera ocular información, sino que no se explica de forma adecuada.

El papel de la tecnología

Otra de las conclusiones de este encuentro fue el despliegue masivo de tecnología que se ha realizado en un tiempo récord, y las lecciones aprendidas que nos puede dejar de cara al futuro.

Toda la industria, los gobiernos, los juristas y los tecnólogos debemos aprovechar y explicar a la gente las ventajas de los buenos usos de la tecnología. El big data y la IA salvan vidas”. Borja Adsuara