El pasado mes de marzo, el prestigioso Consorcio Internacional de Certificación de Seguridad de Sistemas de Información (ISC2) publicó su último Informe anual sobre la fuerza laboral en el sector de la ciberseguridad. Los números son demoledores: en España hay más de 122 200 empleados dedicados a la seguridad informática, pero se necesitarían cerca de 30 000 más para cubrir toda la demanda existente y poder atenuar el riesgo que supone la escasez de profesionales de este perfil.
La conexión entre universidad y empresa será fundamental al revisar y actualizar los planes de estudios
Este problema no afecta solamente a España, también lo sufren otros países de la Unión Europea, como Francia o Alemania. Sin embargo, el farolillo rojo es la región Asia/Pacífico, con más de 2,5 millones de vacantes de expertos en ciberseguridad imposibles de cubrir por falta de talento cualificado.
La parte positiva es que, a pesar de la pandemia, a nivel global este déficit ha descendido de 4 a 3,1 millones respecto al año anterior. La digitalización y la consolidación del teletrabajo impuestas por la COVID-19 han hecho posible que muchos especialistas den el salto a compañías extranjeras sin necesidad de cambiar de residencia, y eso ha creado nuevas oportunidades laborales para muchos profesionales.
Según los expertos, España es uno de los países más atractivos del mundo para los ciberdelincuentes, junto con Alemania y Estados Unidos. Es decir, conviene que estemos preparados para hacer frente a este riesgo e intentemos minimizarlo a través de la ciberseguridad. Por ello, como demuestran los datos, existe una fuerte demanda de técnicos y la formación en ciberseguridad se ha convertido en una alternativa profesional muy atractiva para jóvenes (y no tan jóvenes) que quieran formar parte de esta creciente fuerza de trabajo.
Formación en ciberseguridad
Esta tendencia se ve reflejada en el aumento del número de centros educativos que ofrecen formación en ciberseguridad. Es el caso del Centro Universitario U-tad, introducimos esta especialización como mención dentro del Grado en Ingeniería del Software, que dota a los futuros profesionales de los conocimientos necesarios para iniciar una carrera profesional en los entornos empresariales más exigentes. Se trata de una cualificación que les permitirá desempeñar funciones como las de analista de seguridad, arquitecto de seguridad, hacker ético, CISO, CSO o especialista en investigación digital o análisis forense.
La formación en ciberseguridad requiere poseer conocimientos que van desde el hacking ético o la fortificación de servidores y servicios hasta el análisis de malware, el desarrollo de herramientas de ciberseguridad o el análisis forense digital. El objetivo es poder garantizar la seguridad tanto de las infraestructuras TI de las empresas como la de las comunicaciones, así como evitar ciberataques.
En un mundo en el que se ha acentuado, por un lado, la necesidad de digitalización provocada por la pandemia, y, por otro, la actividad de los ciberdelincuentes, estos perfiles profesionales son imprescindibles en empresas de todos los campos: desde las tecnológicas hasta la banca o las de telecomunicaciones, pasando por sectores como la construcción, el transporte, la energía, la sanidad y un largo etcétera.
Como en otras muchas disciplinas, en el ámbito de la ciberseguridad la actualización resulta esencial
Como en otras muchas disciplinas científicas, en el ámbito de la ciberseguridad la actualización resulta esencial. Las técnicas que los ciberdelincuentes crean para saltarse las barreras de seguridad evolucionan al mismo ritmo que la tecnología. Por ello, los centros de formación necesitan mantener una revisión y actualización constante de sus planes de estudios, adaptándolos a las necesidades reales de la industria. En este punto, la conexión entre la universidad y la empresa es fundamental; de hecho, en U-tad muchos de los profesores somos a su vez profesionales en activo en compañías de ciberseguridad.
Otro aspecto clave es la metodología práctica: si estamos formando a profesionales que van a ser esenciales para nuestra industria, es importante que estén bien cualificados desde el mismo instante en que acceden al mercado laboral. Para ello tienen que aprender “haciendo” y enfrentándose a problemas reales.
El sector de la ciberseguridad goza de una enorme demanda y el profesional que decida dedicarse a esta disciplina tendrá abiertas las puertas de la industria… ¡y mucho trabajo!