La digitalización es un proceso evolutivo que abre las puertas a nuevas tendencias, habilidades, profesiones, etc. En este escenario, a pesar de ser un término que se ha instalado recientemente en nuestro vocabulario, el del influencer es uno de los perfiles profesionales más demandados en la actualidad, tanto por las marcas como por los propios consumidores. De hecho, algunos estudios indican que el 70% de la gente activa en las redes sociales sigue, al menos, a alguno de estos influencers, mientras que el 73% considera que tienen un papel determinante a la hora de realizar compras, etc.
Por otra parte, el aterrizaje de estos nuevos agentes en el mundo profesional viene a representar la transición, dejando atrás los modelos tradicionales de prescriptores para dar paso a un nuevo prototipo. Esta transición viene marcada principalmente por dos circunstancias: el rejuvenecimiento del público objetivo y el surgimiento de nuevos canales de comunicación.
Por una parte, la generación millennial ha tomado el control del mundo digital debido al auge del uso de las redes sociales, que ha crecido paulatinamente durante la última década.
El 70% de la gente activa en las redes sociales sigue, al menos, a algún influencer
Las nuevas generaciones son consumidores mucho más exigentes y reclaman la humanización de las marcas. En este contexto, los influencers son fundamentales a la hora de conectar con el público objetivo, ya que su imagen, lenguaje y forma de interacción les permiten generar un mayor nivel de engagement con la audiencia. Asimismo, estos nuevos prototipos de líderes de opinión equilibran la balanza en la relación entre marcas y consumidores, a diferencia de la antigua, en la que las marcas contaban con una superioridad frente a los consumidores, que ha quedado obsoleta.
Además, cabe destacar que tendencias como el marketing de influencers han impulsado también el crecimiento y especialización de estos líderes de opinión 3.0. En sus primeros pasos, los influencers contaban con la ventaja de poder llegar a un mayor target de una manera más rápida, por lo que únicamente surgían como un reclamo. Sin embargo, la situación actual ha experimentado un cambio muy significativo, dando lugar a un nuevo paradigma en el que los influencers no son meros reclamos publicitarios, sino que cada vez se especializan y profesionalizan más en los distintos ámbitos de actuación (tecnología, turismo, moda, etc.). De esta forma, pasan a convertirse en verdaderos expertos sobre su materia.
Por tanto, los influencers no solo son decisivos gracias a su capacidad de impactar a un determinado público objetivo, sino que son cada vez prescriptores de mayor relevancia debido a su alto conocimiento sobre un determinado tema. Esto permite generar un mayor nivel de confianza a la hora de seguir sus consejos.
Ya no nos referimos a estos perfiles de forma similar a como lo hacemos con las celebrities, es decir, no hablamos de personajes mundialmente conocidos, sino de pequeños influencers, con un menor número de seguidores pero que gozan de gran reconocimiento en su campo.
En definitiva, el concepto tradicional de publicidad y comunicación ha experimentado un cambio que los negocios no son capaces de hacer por sí solos y que está en constante evolución. Cada vez más marcas buscan agencias que sean capaces de integrar en sus estrategias acciones con influencers, por eso es muy recomendable apoyarse en plataformas que gestionen las necesidades de las marcas en este tipo de materias.