El auge de las nuevas tendencias en tecnología está derivando en un vínculo muy estrecho entre las áreas de negocio y la capa de almacenamiento, y la adecuada gestión de los datos desempeña un papel cada vez más importante en el contexto actual. Los discos magnéticos están dejando paso a los nuevos de tipo SSD, pero contar con una cabina nativa en flash permite conseguir, además, un importante ahorro en el TCO.
La popularización de los discos de estado sólido —SSD o tecnología flash— es un fenómeno relativamente reciente en el mercado español. En sus inicios, en los que el precio era un condicionante claro para su adopción, este tipo de soporte entró con fuerza en aquellas empresas con especiales necesidades en la gestión de la información crítica para el negocio, teniendo en cuenta las elevadas tasas de rendimiento que ofrece frente a los discos magnéticos tradicionales.
Sin embargo, en la actualidad el precio ha disminuido significativamente al tiempo que la calidad —y también la capacidad— han ido aumentado de forma exponencial. De hecho, la mayor parte de los fabricantes han volcado su I+D en este tipo de discos y ahora mismo el precio del “giga” está en torno a 1,5 euros.
Esto ha propiciado un cambio significativo en el uso de estos discos SSD. Cuando el precio era una barrera de adquisición, había que seleccionar cuidadosamente qué tipo de información y volumen se desviaba a este tipo de almacenamiento, pero la tendencia mayoritaria es utilizarlos de forma generalizada y, si acaso, aplicar una serie de políticas de retención para almacenar en sistemas de backups más tradicionales los datos históricos o con menor uso.
Cabina flash nativa
Una de las tendencias para mejorar el rendimiento es adaptar las cabinas tradicionales para albergar discos SSD. Independientemente del fabricante, esto supone una mejora cualitativa sobre las soluciones tradicionales, pero lo realmente diferenciador es contar con una cabina de almacenamiento flash nativa, como la HPE 3PAR StoreServ Storage Array.
Estas cabinas deben integrar controladoras con caché adaptada para trabajar con esta clase de discos, incorporar tecnologías que permitan un rendimiento escalable en función de las necesidades de las aplicaciones o un nivel de disponibilidad —como es el caso de HPE 3PAR— del 99,9999%.
Además, es importante que sus prestaciones no queden restringidas únicamente a proporcionar almacenamiento, sino que también se integren con herramientas que permitan un uso más eficiente de estos discos y reduzcan su desgaste (compactación automática), o que incluyan soporte a los data services habituales en este tipo de contextos, como la posibilidad de hacer una réplica instantánea.
Pero, aparte de lo derivado del rendimiento y la menor latencia, uno de los beneficios diferenciales de este tipo de discos es todo lo relativo al ahorro en el TCO, con reducciones realmente significativas en ámbitos como los costes de licencias y los derivados del power and cooling o de un uso más eficiente de los discos.
El objetivo es analizar el retorno financiero derivado de la adopción de all-flash
Ahorrar TCO con la tecnología Flash
Aunque es verdad que las empresas españolas ya perciben los beneficios derivados de esta tecnología, lo cierto es que esta es una tendencia relativamente reciente y hasta ahora han estado más centradas en la capa de procesos, sin percatarse de los cuellos de botella que aparecían en el almacenamiento. De hecho, vamos un poco por detrás en la adopción de estas tecnologías respecto a nuestros vecinos en Europa, donde el 80% de las cabinas que se venden ya cuentan con flash. En España, el porcentaje ronda todavía el 50%.
Por este motivo, desde HPE Consulting se ha puesto en marcha el servicio denominado Flash TCO Analysis, con el que, de manera gratuita y en un plazo inferior a tres días, se revela a las organizaciones el significativo ahorro que pueden obtener con una cabina de discos flash nativa. El objetivo principal es medir, estimar y analizar el valor financiero (análisis de TCO y ROI) de escenarios de transformación realistas, que se centran, principalmente, en la adopción de tecnologías tales como thin provisioning, tiering o almacenamiento en niveles (tanto estático como dinámico [auto tiering]), oversubscription o exceso de aprovisionamiento, deduplicación u otras técnicas de compactación o compresión similares. Estas mejoras de rendimiento en la capa de almacenamiento pueden llegar a derivar en una reducción en el número de licencias de base de datos, al no precisar tantas instancias para conseguir los rendimientos requeridos. No solo eso, sino que los costes también se ven reducidos en áreas tan importantes con la refrigeración del CPD: a mayor capacidad de los discos (hasta 16 TB), menos espacio de ocupación en el CPD, menos gasto energético…
El proceso es muy sencillo y poco “intrusivo” en el funcionamiento normal de la empresa. A grandes rasgos, los consultores de almacenamiento de HPE TSC realizan un análisis —agnóstico y en profundidad— en el entorno de infraestructura de TI de almacenamiento, para ayudar a construir un caso de negocio (business case) realista y personalizado. En esencia, se trata de revisar la infraestructura y, tras una serie de entrevistas con los usuarios de estos entornos, plasmar en un informe los ahorros y la mejora de rendimiento que podría obtener con un escenario all-flash, utilizando cabinas como la HPE 3PAR.
No se trata de informes basados en cifras de mercado, ni siquiera en casos de mejores prácticas, sino que son confeccionados con las métricas reales de la empresa, con sus propias cifras de costes y sus necesidades funcionales específicas. Como resultado de este análisis personalizado, se propone el enfoque de almacenamiento que mejor se adapte a las necesidades del negocio y su ritmo de crecimiento, y se presentan una serie de escenarios de actualización y de simulación con datos financieros detallados (CAPEX / OPEX) sobre un posible movimiento a entornos de todo flash.
Este servicio Flash TCO Analysis ya ha revelado datos muy interesantes. Por ejemplo, una compañía de servicios públicos ha estimado reducciones del TCO en un 40% (hasta el año 2020), un 80% de la factura de electricidad o un 50% de espacio en el CPD. O una gran entidad financiera, con un espacio de almacenamiento heterogéneo de 20 PB distribuido en más de 50 cabinas, en la que se estimó que una transformación de este tipo —a cinco años— supondría una reducción del 30% en su TCO, así como recortes de hasta un 80% en electricidad y un 30% de espacio; en suma, su payback no sería superior a un año.