Lo mejor que tiene el futuro es que siempre llega. Y en algunos casos, como está ocurriendo ahora, ya está aquí. La repentina intrusión, en los últimos años, de la tecnología en el trabajo ha provocado que el mundo laboral y sus necesidades cambien. La tecnología ha llegado a todos los sectores y lo ha hecho para quedarse. Esto ha propiciado que empresas y trabajadores tengamos que adaptarnos a estos cambios.

Es evidente que se está produciendo un cambio importante en la relación entre empleado y empleador. Por un lado, todos los procesos relacionados con cultivar y retener el talento se han convertido en una prioridad para las organizaciones. Por otra parte, las empresas demandan nuevos perfiles y capacidades a sus candidatos. Por ejemplo, un factor diferenciador viene es poseer una carrera multidisciplinar, algo que se está planteando como una necesidad ineludible.

Pese a la extendida creencia de que la tecnología puede destruir puestos de trabajo, lo cierto es que, realmente, lo que está haciendo es aumentar la eficiencia humana, complementando al trabajador para que sea un profesional más completo.

Lo que sí es evidente es que la tecnología está transformando el mercado laboral de manera radical. Tanto es así que, en la actualidad, se están creando nuevos puestos de trabajo  y existe un notable desajuste entre la oferta de perfiles y competencias disponibles y las demandas de profesionales que llegan por parte de las empresas. Este gap es motivado, en gran parte, por la brecha formativa y de especialización de nuestro mercado laboral actual. Este es el principal problema. Las empresas están teniendo serias complicaciones para cubrir sus vacantes con perfiles que realmente respondan a sus necesidades.

Este es el escenario que se desprende del Informe Adecco sobre el futuro del trabajo en España, del que, además, se pueden extraer dos conclusiones que sobresalen por encima del resto: el fortísimo impacto que la tecnología va a tener en nuestras vidas; y que, como resultado de nuestra mayor digitalización, el factor humano va a cobrar una importancia cada vez mayor.

El fuerte impacto de la tecnología potenciará de forma evidente el factor humano

Habilidades

Hasta hace muy poco, a la hora de cubrir un determinado puesto de trabajo, el equipo de recursos humanos de una empresa centraba sus esfuerzos en buscar un perfil atendiendo a la formación académica y la experiencia previa de los candidatos. Pero esto ha cambiado.

Desde hace un tiempo, las cualidades que más se demandan, y que deben reunir los trabajadores, están enfocadas a determinadas habilidades. Las más valoradas por los departamentos de recursos humanos son las relacionadas con la colaboración, que incluyen aspectos como el trabajo en equipo y la capacidad de desarrollar su actividad de manera remota (no solo centrada en el teletrabajo sino en la gestión de tareas o proyectos).

Otras habilidades que están siendo ya muy demandadas, y que poco a poco irán adquiriendo una mayor importancia, aun a corto plazo, son la gestión del cambio —que engloba desde la polivalencia y el aprendizaje constante hasta el intraemprendimiento y la innovación—, seguida por las habilidades técnicas y de orientación a resultados, y las habilidades interpersonales, como la capacidad comunicativa de los trabajadores y el liderazgo.

Pero estas no serán las únicas habilidades demandadas. Otras serán igualmente necesarias en los trabajadores del futuro, habilidades tales como las relacionadas con el contexto internacional, la gestión de la propia imagen y los valores sociales.

Diferentes exigencias conllevarán también diferentes criterios de selección a la hora de escoger a una persona u otra. De esta forma, serán más relevantes criterios como las habilidades personales (92,5%), el fit cultural o el encaje con los valores de la empresa (87,5%), las actitudes (82,5%), las habilidades técnicas (60,4%) y las actividades extracurriculares y de voluntariado (60%).

Otra de las cualidades necesarias que deberán desarrollar los empleados del futuro será la capacidad de adaptación a nuevas situaciones, a los nuevos modelos que van surgiendo gracias, en gran parte, a los cambios que están propiciando precisamente las nuevas tecnologías. Las empresas se están viendo obligadas a cambiar y a reinventarse  constantemente en su forma de trabajar y eso también se traslada como característica diferenciadora en los profesionales. En estos momentos es evidente ya esa necesidad de contar con personas versátiles y con gran capacidad de adaptación al cambio, y desde las empresas se está fomentando el “autoliderazgo” de sus trabajadores.

Lo realmente importante será hacer que la tecnología nos ayude a ser más humanos

El talento en España

El talento se ha convertido en la principal divisa del mercado de trabajo mundial. En este ámbito, según consta en el último Índice de competitividad por el Talento Global (GTCI), España ha conseguido alcanzar el puesto 35 de 118 países analizados, con 53,90 puntos (1,39 puntos más que tan solo un año atrás). Nuestro país se sigue esforzando en una serie de aspectos, como todo lo relativo a la preparación del talento para la tecnología, pero aún queda un amplio margen de desarrollo. Entre otras razones, en este informe se evidencia la necesidad de poner en marcha un proceso de mejora del sistema educativo, así como de la vinculación de las partes interesadas.

En este informe se puede ver que España presenta un buen comportamiento en cuanto a crecimiento y retención, similar al de los países de renta más elevada. Esto significa que nuestro país aborda eficazmente el desarrollo de su propio talento. 

En cambio, dentro de las competencias tecnológicas, la posición de España no es muy favorable y no logra una buena calificación en  ámbitos como redes sociales, innovación personal, colaboración dentro de la empresa y entre empresas y, por último, delegación de autoridad.

Sin embargo, en nuestro país sí podemos presumir de que Madrid se ha posicionado en el sexto puesto (con 60,2 puntos) dentro del ranking de las ciudades con más talento del mundo. La capital de España es la única ciudad con más de dos millones de habitantes, junto con París, que aparece entre las diez mejor posicionadas. Además, otras tres ciudades españolas aparecen entre las treinta que mejor gestionan el talento: Bilbao, Barcelona y Zaragoza.

Para poder mejorar todo este escenario alrededor del talento es necesario modificar las políticas de empleo y educativas, pero también es obligación de la empresa desarrollarlo de forma adecuada entre sus empleados. No solo se trata de establecer las metas profesionales de las personas, sino también de ayudar a que las cumplan a través de planes de desarrollo personal que contribuyan a mantener a los empleados sobre el camino dentro de la empresa y fomenten que den lo mejor de sí mismos.

Lo humano

El futuro ya está aquí y, en gran medida, tanto las empresas como los países llevamos tiempo adaptándonos a él, sobre todo en lo que respecta a la inclusión de la tecnología en nuestras vidas. Es evidente que este escenario digital mejorará muchos aspectos de nuestra sociedad, pero el verdadero reto, lo realmente importante, será hacer que la tecnología nos ayude a ser más humanos.