En esta época de transformación digital, en la que el éxito de las empresas muchas veces se mide por su capacidad de innovación y adaptación, las aplicaciones se han convertido en el centro de atención tanto para TI como para el negocio. La velocidad con la que se puede implementar un cambio, responder a una nueva situación del mercado o a los movimientos de la competencia es la nueva vara de medir el éxito empresarial.
En gran parte de los negocios, la tecnología es uno de los motores principales de innovación. Muchas veces, el peso de la evolución se sitúa sobre el software, que es lo que hace funcionar la empresa o lo que proporciona sus servicios. En esta nueva “economía de las ideas” es importante tener una visión exacta de cuáles son nuestras cargas de trabajo, dónde se encuentran y qué podemos hacer para optimizarlas y ganar en competitividad. Pero ¿cuáles son las más idóneas para mover a la nube y con cuáles no hay que hacerlo?
Se trata de servicios agnósticos en cuanto a proveedores o tecnologías
Hybrid IT
Las infraestructuras actuales de TI suelen ser una combinación híbrida de instalaciones on-premise, nubes privadas y públicas. El problema es encontrar la mezcla adecuada de cada elemento, de forma que el resultado se adapte a las necesidades actuales, facilitando que el sistema esté dotado de la flexibilidad suficiente como para responder con agilidad a los cambios que se requieran.
Pero la clave es encontrar la mezcla ideal de estas tecnologías y plataformas de TI para el negocio. Esta mezcla es única para cada empresa y, por ello, requiere que se realice un análisis exhaustivo del modus operandi de la compañía, de su infraestructura actual, así como de sus metas inmediatas y a medio plazo.
Desde Hewlett Packard Enterprise (HPE) proponemos los Workload Portability Services para dar respuesta a este reto.
A través de estos servicios de consultoría, junto con la experiencia de HPE, ayudamos a cuantificar o incluso evitar los principales riesgos a los que las empresas se enfrentan al iniciar su transformación digital. Los puntos clave del servicio son:
- Identificar costes ocultos. Las infraestructuras on-premise tienen un coste elevado debido a sus instalaciones, personal y tecnología. Los relativos a los servicios cloud no siempre son fáciles de estimar y, con frecuencia, resultan muy diferentes de lo planeado inicialmente.
- Evitar transformaciones fallidas. Muchas compañías ya han puesto en marcha iniciativas de transformación digital y han tenido que volver atrás porque no estaban debidamente preparadas, no conocían el alcance completo del proyecto o no han obtenido los resultados esperados.
- Potenciar la portabilidad. Es importante dotar a las cargas de trabajo existentes de una verdadera portabilidad, para obtener la flexibilidad necesaria a la hora de ubicarlas en el lugar adecuado, sea sobre infraestructuras del propio cliente, gestionadas por un tercero, o en la nube pública.
- Visión completa. La presión de “mover cosas a la nube” puede crear escenarios donde ciertos servicios TI no se ejecuten de la mejor manera posible o no cumplan con la reglamentación requerida. Esto es debido a la ausencia de un análisis completo de las cargas de trabajo existentes, con los requerimientos que provienen de la visión de negocio, así como de la funcional, financiera o técnica.
Ayuda a evitar o cuantificar los principales riesgos a la hora de ir hacia una TI híbrida
Hacia la portabilidad
HPE Workload Portability Services se compone de un conjunto de soluciones, servicios y herramientas orientados a ayudar a las empresas en su traslado de los servicios de TI hacia la nube. En este ámbito, HPE es completamente agnóstica en cuanto a proveedores o tecnologías, y se adapta a cualquier servicio cloud, plataforma, etc. La meta es obtener un modelo de transformación único y adaptado a los requerimientos concretos de la compañía.
Para obtener un entendimiento profundo de las necesidades, de la forma de operar, de las metas y de la infraestructura de la empresa, HPE Workload Portability Services utiliza cuatro fases, definidas para acometer la transformación digital y encontrar la combinación perfecta de infraestructuras que garantice los resultados deseados y la flexibilidad necesaria.
- Descubrimiento. Es una de las fases más importantes, ya que identifica las cargas de trabajo que pueden ser candidatas para su migración a cloud. Para ello se utilizan herramientas y procesos automatizados que, combinados con la consultoría y el empleo de mejores prácticas, crean un mapa de dependencias de servicios y cargas de trabajo que proporciona una visión general de la empresa.
- Idoneidad y mapeado. Estos servicios permiten calibrar la idoneidad de las diversas cargas de trabajo con respecto a las plataformas cloud que se quieren utilizar; además, ofrecen estimaciones sobre si la migración proporcionará —o no—
los resultados deseados. Se utilizan para ello múltiples criterios: funcionales, tecnológicos, financieros, de negocio, de seguridad… Este análisis también tiene en cuenta los diferentes modelos operacionales y de despliegue, así como el ROI potencial para la transformación. El resultado es una recomendación acerca de la mezcla apropiada de servicios y cargas de trabajo (right-mix) en los diferentes tipos de ejecución que componen el modelo híbrido de TI. Aquí, HPE emplea su Workload Rationalization Engine, que automatiza y acelera el proceso, y que contiene todo el know-how que la compañía ha acumulado en este tipo de proyectos. - Migración. Los servicios de migración permiten mover las cargas de trabajo seleccionadas a las plataformas cloud idóneas, utilizando numerosas herramientas y modelos de despliegue. Es posible elegir entre IaaS, PaaS o modelos nativos de cloud, en plataformas privadas, públicas o híbridas.
- Puesta en marcha y optimización. Cuando las cargas de trabajo objetivo han sido migradas comienza la parte recurrente de la metodología aplicada: la optimización. Su objetivo es aprovechar al máximo las características del modelo híbrido de TI, tanto ahora como en el futuro.
La consultoría que ofrece HPE en este sentido, permite que las empresas puedan adaptar sus procesos internos a los nuevos entornos cloud, explotar todas las ventajas de una TI definida por software y sacar el mayor partido a la programación a través de API, ofreciendo así la máxima automatización a los centros de datos para que la adopción de DevOps sea natural y no traumática.
Todo ello con el objetivo de facilitar y ayudar en la transformación digital.