La crisis sanitaria y las restricciones impuestas por gobiernos de todo el mundo para combatir la pandemia ha obligado al sector industrial-logístico a reflexionar sobre el funcionamiento de sus cadenas de suministro globales y, en particular, sobre la relación con sus proveedores críticos. A ello se ha unido el crecimiento imparable del comercio electrónico —en España aumentó un 55% durante el estado de alarma, según datos de la CNMC— que ha venido a tensionar aún más a este entorno que ahora ha de asumir la responsabilidad doble de garantizar la seguridad, tanto a sus estructuras internas como a sus clientes.
En este contexto, las tecnologías que definen la industria 4.0, en especial la automatización y la robótica a través de la adopción del IoT, pueden definir el futuro de todos los actores que componen el engranaje de esta cadena. Hasta el momento, el 39% de las compañías ya había implantado soluciones basadas en estas tecnologías, según apunta un estudio de Deloitte.
Edge computing ubica el procesamiento de los datos más cerca del dispositivo y en los extremos de la red corporativa
Además, en la coyuntura actual, su implantación se acelerará para reducir tanto la frecuencia como la duración del contacto entre personas, con el fin de cumplir con las recomendaciones de distancia interpersonal. Existen buenos ejemplos de este uso en el terreno de la logística. Así, la robótica, hasta ahora muy ceñida a las líneas de producción, se ha comenzado a utilizar para el transporte de productos entre distintas áreas de una instalación —por ejemplo, entre almacenes y estaciones de embalaje— con el objetivo de reducir la interacción entre los empleados. En la misma línea, los sensores IoT pueden, digamos, “viajar” con un paquete para permitir actualizaciones periódicas del estado de envío y contribuir así a garantizar los más altos estándares de seguridad en su entrega.
Sin embargo, la adopción de estas tendencias, aupadas por la COVID-19, obligará a abordar varios desafíos. En primer lugar, es importante gestionar y procesar eficazmente la enorme cantidad de datos introducidos a través de estos dispositivos robóticos y de IoT, y que, al mismo tiempo, extraigan de esta información conocimiento para la mejora de sus operaciones. En segundo lugar, muchas empresas del sector de la cadena de suministro siguen dependiendo de infraestructuras heredadas, por lo que deben considerar si pueden manejar estas nuevas tecnologías de uso intensivo de datos. Además, en caso de que se requiera una actualización, han de estudiar si pueden permitirse la inversión, tanto de tiempo como de recursos, necesaria para implementarlas.
Más cerca del dispositivo
Sustituir infraestructura heredada por tecnología puntera, como el edge computing, tendrá un papel determinante dentro del ecosistema de TI. Tomemos como ejemplo a un trabajador de un almacén que utilice la función pick-by-vision en sus gafas inteligentes de realidad asistida. Analicemos los pros y los contras. Primero, encontramos una mejora considerable en la automatización de la recogida manual de los pedidos, su clasificación, la gestión de inventarios, la recepción de mercancías y los procesos de retirada. Entre los contras, cabe señalar, por ejemplo, la menor productividad y los posibles errores generados por un momento de latencia y el consiguiente retraso en la recepción de información en el dispositivo.
Edge computing permite ubicar el procesamiento de los datos más cerca del dispositivo y en los extremos de la red corporativa
El edge computing se presenta como una solución a esta incidencia al ubicar el procesamiento de los datos más cerca del dispositivo y en los extremos de la red corporativa, eliminando esta latencia y los fallos relacionados con los retrasos en la red. Además, crea nuevos métodos de recogida, análisis y redistribución de datos, al mismo tiempo que ayuda a aumentar la potencia de procesamiento en el dispositivo y descarga de tensión las infraestructuras en la nube.
En definitiva, la automatización tiene un papel esencial dentro de la cadena de suministro, intensificado por la pandemia de COVID-19 y las crecientes exigencias que ha planteado. Sin embargo, antes de implementar el uso generalizado de dispositivos automatizados y robóticos, las organizaciones deben asegurarse de que cuentan con la infraestructura necesaria para extraer el máximo rendimiento de estas tecnologías. Para ello, el edge computing anula la necesidad de renovar toda la arquitectura tecnológica, permitiendo a las empresas exprimir las ventajas de la industria 4.0, pero sin impactar en sus sistemas actuales.