Maite RamosLa crisis sanitaria ha acelerado el proceso de digitalización de las pymes en España, entre otras razones porque la tecnología ha sido su única opción para salir airosas del gran reto que está suponiendo mantener a flote la actividad económica en medio de la pandemia. Pero la tecnología no solo es clave en esta circunstancia, también lo es como factor decisivo para atraer y retener el talento en la dura competición que mantienen las grandes corporaciones sobre este particular.

Las decisiones tecnológicas de una organización ya no son competencia exclusiva del departamento de TI. Ahora los empleados también opinan sobre qué dispositivos quieren usar, y más aún en estos tiempos en los que muchos se han visto obligados a trabajar desde sus casas, con equipos personales y en entornos de red domésticos que no cuentan con unos mínimos estándares de seguridad.

Esta situación, además, ha empoderado a los trabajadores, que ahora deciden cuándo, dónde y cómo desempeñar sus tareas. Ante esta realidad, algunas empresas se han centrado en buscar soluciones para hacer el trabajo a distancia más ágil, cómodo y, sobre todo, saludable, una de las principales demandas de los profesionales.

Capacidad de decisión

Sin embargo, muchas de ellas, fundamentalmente pymes, aún no han sido capaces de reducir la desconexión existente entre las decisiones de TI y sus trabajadores. Por ejemplo, según un estudio de PWC, en Estados Unidos el 90% de los ejecutivos cree que su empresa presta atención a las necesidades de su personal cuando introduce nuevas tecnologías, pero solo el 53% de los empleados piensa lo mismo.

Para paliar esta distinta percepción, es imprescindible que las pymes otorguen a sus empleados mayor capacidad de decisión con respecto a las herramientas que emplean a diario. La digitalización generalizada ha hecho que los empleados estén al día y demanden los últimos dispositivos, productos y servicios digitales. Además, las nuevas generaciones que se incorporan al mercado laboral han crecido en la era digital y esperan disponer del mismo nivel tecnológico en su puesto de trabajo que en casa. De este modo, reclaman autonomía para elegir los dispositivos que quieren utilizar.

Las decisiones tecnológicas de una organización ya no son competencia exclusiva del departamento de TI

Concretamente, según un estudio de Sharp, estas nuevas generaciones de trabajadores demandan herramientas que incorporen interfaces intuitivas y que estimulen el trabajo en equipo y el debate, todo ello sin que sea necesario dedicar tiempo a aprender cómo funcionan. No obstante, aunque las pymes deben considerar estas expectativas, en última instancia también han de tener en cuenta otras características funcionales, como la movilidad, la seguridad, la fiabilidad y la conectividad, además del formato y el diseño. Asimismo, otro aspecto que se ha de tener en cuenta es la renovación periódica de los dispositivos, para garantizar que los empleados dispongan de las últimas tecnologías y que las empresas puedan evitar cualquier disparidad entre la tecnología personal y la profesional.

Atraer el nuevo talento

En definitiva, las pequeñas empresas tienen que esforzarse más en mostrar las oportunidades que pueden ofrecer a los empleados, tanto a los actuales como a los que estén por venir, así como en estimular a sus plantillas para que sean productivas y gocen de un alto grado de satisfacción. Para ello, no pueden concentrarse solamente en aspectos tradicionales como la formación, la carrera profesional, las bonificaciones o los seguros sanitarios; ni tampoco confiar esta responsabilidad únicamente al departamento de recursos humanos.

Por tanto, de la implantación de una estrategia de TI participativa depende que las empresas más pequeñas sean capaces de seguir siendo atractivas para el nuevo talento y de asegurar la satisfacción y la productividad de su activo más importante: sus empleados.