Rafael Quintana

La denominada economía del dato es crucial en la transformación digital de las compañías y en el crecimiento socioeconómico de cualquier región. Más aún en el entorno actual, en el que la velocidad de adaptación es clave para la supervivencia del negocio.

Cada día más empresas son conscientes del valor de analizar y no solo de recopilar datos en sus fuentes. Según Gartner, este año el 90% de las estrategias corporativas incluirán explícitamente la información como un activo empresarial crítico y la analítica como una competencia esencial.

Unida a estos buenos pronósticos aparece la reciente aprobación de especificaciones UNE sobre gobierno, gestión y calidad del dato, con el objetivo de impulsar el despliegue de esta nueva economía del dato. Ante este marco normativo, las empresas data centric son quienes llevan la delantera en la economía digital, y aquellas que aún utilizan analítica pasiva, basada en el business intelligence tradicional, son las que tienen mayor trabajo por delante.

El gobierno y la economía del dato

Normativas como la UNE 0077 se han desarrollado para reforzar la importancia del buen gobierno de los datos y su correcta gestión. Para ir de la mano con esta buena práctica habrá que adaptar la estrategia e instaurar una verdadera cultura del dato partiendo de la planificación y del análisis previo de la situación. Será igualmente esencial contar con una arquitectura de datos bien gobernada.

Hay que tener claro el motivo por el que se recurre a la gestión de datos y adquirir una visión completa de lo que puede aportar esta tecnología, evaluando las necesidades y la complejidad operativa para poder extraer todo el valor de la tecnología.

Una cultura impulsada por datos proporciona certeza para tomar decisiones acertadas a la velocidad que exige el mercado

Otro reto para que una compañía sea data driven es la alfabetización: si los equipos no están familiarizados con los datos, si no trabajan con ellos ni el acceso a los mismos es democrático, es impensable que las inversiones den como resultado una mejor toma de decisiones. Sin alfabetización no puede haber un gobierno del dato óptimo.

Además, hay que destacar también el problema que representan los silos de datos inutilizados, que dificultan el acceso a la información y tienen un impacto negativo en el negocio. Contar con un gobierno de datos adecuado ayuda a obtener hipótesis y resultados mejores y más confiables, además de proporcionar una única versión de la información, actualizada y accesible.

La calidad del dato

Una vez que se tiene acceso a todos los datos que se necesitan en el momento adecuado, el siguiente paso es ser capaz de utilizarlos de manera eficiente. Los datos cambian de manos constantemente, por eso es muy importante que su calidad no se degrade en el proceso, ámbito que regulan la UNE 0078 y la UNE 0079.

Sin datos de calidad, la información obtenida carecerá de valor. Por ello, es importante asegurarse de contar con bases de datos limpias, que incorporen datos derivados y sintéticos, además de confiables y objetivos.

Desarrollo tecnológico a los datosEn este sentido, es importante también que las empresas combinen la vía analítica y la de integración para que el ciclo de vida de los datos tenga sentido: desde el aporte de información lista para el análisis en la nube en tiempo real con DataOps modernos (data lakes, data warehouse…) hasta la visión de los resultados en dashboards para la toma de decisiones dinámica.

Es evidente que el dato se erige como uno de los grandes actores dentro de la transformación social y económica. Gobernarlo y trabajar con la mejor calidad permitirá que las estrategias de análisis e integración lleguen a buen puerto, transformando con ello la economía y la sociedad.

Crear una cultura impulsada por los datos proporcionará certeza en el mundo actual para tomar decisiones acertadas a la velocidad que exige el mercado.