Las noticias negativas se suceden constantemente: «¡Atención, la ciberseguridad está en peligro!» «¡Los ciberdelincuentes son cada vez más inteligentes y tienen tecnologías más avanzadas!».
Efectivamente, la gente se ha acostumbrado a recibir alertas sobre los intentos de fraude online y, precisamente por ese motivo, resulta fundamental hablar también de las soluciones o las respuestas que se están desarrollando al respecto y del modo en el que está evolucionando este mercado: hay muchos equipos de expertos que trabajan cada día de forma dinámica, innovadora y comprometida para ser más astutos que los ciberdelincuentes. No solo eso, la regulación también es más exhaustiva y lo estamos viendo, sobre todo, en la Unión Europea.
Se trata de convertir este proceso en algo fácil para los clientes, fácil para las empresas y difícil para los ciberdelincuentes
Por ejemplo, los protocolos de know your customer (KYC) son cada vez más rigurosos: este es el primer paso para que una persona se convierta en cliente o usuario registrado de una empresa con seguridad y garantías. Su importancia en relación con la captación de clientes, la suplantación de identidad y los mecanismos de control de la prevención del blanqueo de capitales hacen de KYC un procedimiento indispensable.
En cualquier caso, para proteger la información de los clientes y reducir el riesgo de ciberataques existen toda una serie de medidas que pueden adoptar las empresas, y que ya son accesibles hoy en día.
Aumentar la seguridad, reducir el fraude
Una de las soluciones disponibles es implantar la autenticación multifactor (MFA) para proteger el acceso a las cuentas de los clientes. Con la MFA es posible crear una defensa en capas que dificulte a una persona no autorizada el acceso a un objetivo. Si un elemento es vulnerado, o se rompe, el atacante aún tiene al menos una o más barreras que atravesar antes de conseguir entrar. Se trata de un salto cualitativo con respecto a los sistemas basado simplemente en nombre de usuario y contraseña que ya conocemos.
A medida que la tecnología siga avanzando, la verificación biométrica podría ser una capa adicional dentro de estos MFA. En cualquier caso, este es un camino al que todavía le queda mucho recorrido, de hecho, todavía hay un buen número de empresas de distintos ámbitos que aún no han dado este paso crucial.
Por poner un poco en contexto, según un estudio de Visa, la biometría es ya la primera opción en cuanto a métodos de verificación de identidad. ¿Por qué? Según firmas especialistas en mercado como Mitek y PYMNTS, el 58% de los consumidores cree que los métodos de autenticación biométrica son más rápidos y cómodos que sus alternativas.
Afortunadamente, este tipo de soluciones —basadas en low-code / no-code— están cada vez más disponibles y son una excelente opción para las empresas más pequeñas, que muchas veces no disponen de personal informático para implantar herramientas de seguridad avanzadas. Además, estas soluciones son fáciles de usar y se basan en interfaces visuales de drag and drop.
Invertir en formación
La tecnología por sí sola no basta. La formación, a través de la cultura corporativa, es igual de importante. Según el Foro Económico Europeo, en el 82% de las violaciones de datos interviene un elemento humano, y esto está relacionado con la falta de concienciación en ciberseguridad de algunos empleados y usuarios. Para actuar en este sentido puede resultar muy útil poner en marcha acciones en las que intervengan la gamificación y las recompensas, con el objetivo de impulsar iniciativas de formación en ciberseguridad.
Se trata de simplificar la fórmula para que las empresas integren soluciones de verificación de identidad digital de forma sencilla
En la actualidad, invertir en soluciones de seguridad y protección de la identidad es algo imprescindible para cualquier negocio online. Teniendo en cuenta los años de experiencia en este mercado, desde Mitek hemos puesto el foco en simplificar la fórmula para que las empresas integren soluciones de verificación de identidad digital, y lo hagan de forma fácil y rápida a través de un kit de desarrollo de software.
Fácil para los clientes, fácil para las empresas y difícil para los ciberdelincuentes.