De aplicación multisectorial, el paradigma tecnológico que hay detrás del Internet de las Cosas (IoT) viene avalado tanto por los millones de dispositivos ya conectados como por sus cifras de ROI. La tecnología existe, los beneficios ya son palpables y las necesidades, tanto las empresariales como las del usuario final, cada vez lo demandan más. El año 2020 está a la vuelta de la esquina y, con él, esos 25 000 millones de dispositivos conectados.

Internet de las Cosas ya está aquí y ha venido para quedarse. Se pudo comprobar en el último CES, el escaparate tecnológico que tiene lugar en Las Vegas, y día a día en la empresa española, capaz de identificar la revolución que IoT supone para su negocio y, además, determinar la rapidez de su retorno de inversión (ROI).

Consultoras independientes como Gartner estiman que, si hace tan solo un año —a nivel mundial— existían unos 5000 millones de dispositivos inteligentes conectados a la Red, en tres años (2020), la cifra escalará hasta los 25 000 millones. Y España se sitúa a la cabeza, puesto que supera a la media europea con un 42% de las empresas utilizando ya Internet de las Cosas y un 23% planeando hacerlo el año que viene. Otros vecinos europeos no llegan a este nivel, como es el caso de Francia (35%), el Reino Unido (27%) o Alemania (23%).

Junto al ejemplo del hogar domótico, otro de los casos más utilizados para ilustrar qué es IoT son el coche conectado o las smart cities. En el caso de España, contamos con muchos ejemplos de ciudades inteligentes que se están aprovechando de las ventajas de esta diversidad de sensores conectados a Internet, capaces de compartir datos nunca antes utilizados, como es el caso de Barcelona o Málaga, con contenedores de basura, semáforos, farolas… Lógicamente, no podemos desligar el fenómeno IoT de big data. El elevado volumen de información, y su análisis masivo, permite obtener notables beneficios nunca antes alcanzados.

Tres cuartas partes de las compañías han aumentado la rentabilidad gracias a IoT

Multisectorial

Recientemente, Aruba ha publicado el estudio The Internet of Things: Today and Tomorrow, que revela algunos datos interesantes. Por ejemplo, que más de la mitad de las empresas (57%) ha adoptado ya esta tecnología y el año que viene el porcentaje alcanzará el 85%. Pero ¿qué sectores se han subido a este tren?

En primer lugar es importante destacar que IoT tiene una serie de aplicaciones horizontales, es decir, se puede utilizar en absolutamente todos los sectores. De hecho, según este mismo informe, siete de cada diez organizaciones han introducido dispositivos de IoT y sensores en el lugar de trabajo; nos referimos a su utilización asociada a los sistemas de aire acondicionado e iluminación (56%) o a los dispositivos móviles personales (51%). De esta implantación se deriva que tres cuartas partes de las compañías consideran que han aumentado la rentabilidad y el retorno promedio de la inversión en un 34%.

Más allá de estas aplicaciones horizontales, podemos hallar casos muy ilustrativos, como, por ejemplo, los hospitales. Conocer en tiempo real, y de manera automática, la información procedente de los monitores de pacientes (64%) o de los dispositivos de diagnóstico por imagen (41%) no tiene precio e incrementa la calidad de la atención sanitaria.

No solo eso, dado el coste de todo el equipamiento médico, contar con la posibilidad de monitorizar y mantenerlo gracias a su conexión con la Red se ha convertido para el 35% de las organizaciones sanitarias en uno de los principales beneficios de esta oleada tecnológica.

Al mismo tiempo, no hace falta irse a la gran cuenta para dar el salto a IoT; casi la mitad de los minoristas a nivel mundial (49%) ya ha desplegado este tipo de tecnología. Entre los proyectos más desarrollados destaca la creación de servicios de ubicación de tiendas que entreguen ofertas personalizadas e información de productos a los compradores (30%), por ejemplo.

IoT dibuja un escenario en el que es posible adelantarse a las demandas de los usuarios

Beneficios palpables

Esta combinación de sensores, conectividad y, a fin de cuentas, también de integración entre personas y procesos, puede traer grandes ventajas competitivas a las compañías. Imaginemos, por ejemplo, los beneficios que aporta en el servicio de recogida de residuos sólidos urbanos.

Gracias a los sensores instalados en los contenedores, el camión únicamente pasará a vaciarlo cuando este haya alcanzado cierto nivel de su capacidad, con lo que se ahorra en combustible, se optimizan las rutas, se mejora el servicio
—permite cubrir más zonas en menos tiempo— y, además, se protege el medio ambiente al emitir menos gases de efecto invernadero.

Éste es únicamente un ejemplo, que viene a avalar que —según este mismo informe— el retorno promedio de la inversión en el IoT roza el 35%. No podemos obviar tampoco que, en la actualidad, desplegar una infraestructura IoT nunca había sido tan barato. La caída en los precios de los componentes de los microprocesadores y de los sensores ha impulsado de manera extraordinaria la expansión de estas tecnologías.

M2M (machine to machine), como también se ha denominado a este nuevo paradigma, abre un amplio abanico de posibilidades para una organización. A través de IoT, las compañías están siendo capaces de crear nuevas oportunidades, al tiempo que mejoran los servicios que ya venían prestando. El volumen de información generado, además, proporciona una visión del negocio mucho más holística (un 77% de los encuestados así lo indican), lo que contribuye a la optimización de los procesos de negocio e, incluso, a diferenciar más sus ofertas.

La cantidad de información recogida directamente de la interacción del consumidor —ya sea a través de un contador inteligente o de su geolocalización vía móvil— con la que hace años ni siquiera se contaba, revoluciona el modelo de negocio. A fin de cuentas, ahora es posible conocer, prácticamente en tiempo real, los hábitos de consumo, sus problemas e incidencias… Dicho de otro modo, IoT dibuja un escenario en el que es posible adelantarse a las demandas de los usuarios ofreciéndoles productos y servicios a medida.

En este sentido, no sorprende que en el citado estudio se revelen algunos datos como que el 78% de las empresas ha conseguido mejorar la experiencia del cliente, mientras que el 82% de las organizaciones ha aumentado la eficiencia de su negocio desde que dieron el salto a IoT. Todo ello, además, acompañado por un ahorro de costes en un 73%.

El compañero tecnológico

Para alcanzar estos niveles de ROI es importante contar con un proveedor tecnológico que acompañe a la empresa durante toda su andadura. En primer lugar, porque resulta prioritario cubrir todas las lagunas que surgen en torno a la seguridad. No todos los socios tecnológicos son capaces de proporcionar el blindaje necesario tanto a los dispositivos conectados como al resto de la infraestructura.

HPE Aruba plantea una panorámica general de todos los dispositivos conectados; los clasifica por tipología y, con ello, permite determinar de un modo más preciso los riesgos potenciales que representa cada uno de ellos. Además, sus soluciones permiten bloquear automáticamentea los dispositivos que presenten comportamientos anómalos.

Asimismo, el papel del partner tecnológico no solo ha de cubrir esta parcela de seguridad, sino que también debe prestar atención a optimizar el ciclo de vida de los dispositivos IoT dentro de una infraestructura en la que las plataformas multifabricante han de poder comunicarse. De esto también depende que se alcance el ROI deseado.

El ROI de IoT y su aplicación en sectores industriales

Aruba y Kebin Ashton