A lo largo de los últimos dos años hemos sido participes de una revolución que dejará huellas permanentes en diferentes sectores de todo el mundo. Ya no podemos pensar en los desafíos del sector retail de forma ajena al impacto de la pandemia. Ahora más que nunca, las estrategias de las grandes cadenas y marcas deben adecuarse a las expectativas de los consumidores y reinventarse adaptándose a las nuevas formas de trabajar.
Los retailers están en plena vorágine de una transformación impulsada por la tecnología. Los tiempos de desconocimiento o reticencia han quedado en el pasado. Términos como inteligencia artificial, machine learning, big data o analytics son ya conocidos en este sector y, cada vez más, compañeros de trabajo en la carrera hacia la transformación digital.
El consumidor de retail
Pero más allá del impacto de la tecnología, la nueva realidad está marcada también por las nuevas preferencias del consumidor, los canales de venta y, por supuesto, por las estrategias de la logística y la cadena de suministro. Tras la llegada de la COVID-19 los consumidores han tenido que adaptarse a diferentes situaciones, lo que los ha llevado a consumir de forma diferente. Las personas se han apoyado en la tecnología para hacer frente a la nueva realidad, buscando siempre alternativas innovadoras que atendiesen a sus demandas de forma eficaz, rápida y personalizada.
Las tiendas y grandes cadenas de supermercados deben prepararse para un futuro en el que la tecnología es su principal aliado
En este sentido, las tiendas y grandes cadenas de supermercados deben estar a la altura del nuevo consumidor. Para ello deben prepararse para un futuro en el que la tecnología es su principal aliado. Los minoristas que quieran triunfar en los próximos años deberán replantear sus estrategias de negocio, utilizando soluciones tecnológicas que les ayude a simplificar tareas y a garantizar una mayor eficiencia en sus procesos del día a día.
El primer supermercado autónomo
Aunque la velocidad de esta evolución no sea la deseable, ya es posible ver cómo los retailers están cada vez más cerca de tiendas autónomas. Es el caso de Continent Labs, el primer supermercado autónomo de Europa. Ubicado en Portugal, y desarrollado por Sensei y la empresa portuguesa de alimentación Sonae MC, Continente Labs es la primera tienda del futuro.
Este supermercado es el primer caso del sector cuyos procesos de compra están 100% automatizados y ofrece a los consumidores una nueva experiencia de compra, donde el dinero y las tarjetas no existen.
Este supermercado es el primer caso del sector cuyos procesos de compra están 100% automatizados
Para ello, Continente Labs ha apostado por diferentes e innovadoras soluciones tecnológicas. Esta tienda futurística, que dispone de una superficie de 150 metros cuadrados, es posible gracias a una combinación de 230 cámaras, 400 sensores en las estanterías y el uso de inteligencia artificial. La convergencia de los tres factores permite que se pueda realizar un seguimiento de los movimientos realizados por los clientes dentro del supermercado y actualizar el carro o la cesta de compra en tiempo real cada vez que se coge o se devuelve un producto.
Otro punto interesante que resaltar es que este supermercado no dispone de cajeros, aunque cuenta con empleados que se aseguran de que todo funcione correctamente, algo que resulta clave para atender a las nuevas demandas de los consumidores. Si bien la tecnología les aporta agilidad y eficiencia a sus procesos de compra, el nuevo consumidor también busca una experiencia personalizada de compra. En este escenario, el profesional juega un papel muy importante en este supermercado del futuro: además de asegurar el funcionamiento perfecto de la tienda, aporta ese factor humano y de personalización a la experiencia de compra.
Sin dinero y sin colas
En un mundo como el propuesto por Continente Labs, sin dinero y sin tarjetas, el código QR es la moneda de compra y las colas son cosa del pasado. El objetivo es brindar a los clientes una experiencia fácil e intuitiva, y que les ahorre tiempo, tanto en el proceso de compra como en colas de pago.
Para poder comprar los productos en la tienda ubicada en Lisboa, los consumidores solo tienen que descargar la aplicación del supermercado y verificar un código QR. A partir de ahí, lo único que tendrán que hacer es elegir los ítems que deseen y servirse del móvil —o de la caja de check out— para ir llevando la cuenta sin necesidad de escanear cualquier código de barras.
Ofrece a los consumidores una nueva experiencia de compra, donde el dinero y las tarjetas no existen
Eso es posible gracias a Tlantic Store Sales Services, una solución tecnológica que proporciona a la tienda transacciones mucho más fiables y flexibles. Esta solución, que permite la integración con cualquier plataforma y hardware de venta, facilita la exposición de las API, así como la utilización de las capacidades principales del motor transaccional del producto, como las reglas fiscales y los componentes empresariales, en la facturación de las transacciones realizadas en otros sistemas.
A través de sus API, Tlantic Store Sales Services recibe todos los datos relevantes en el proceso de compra, desde la dimensión del cliente hasta los artículos y medios de pago de la aplicación externa. A partir de ellos genera las transacciones de venta aplicando todos los cálculos y reglas de negocio, invocando y orquestando servicios internos y externos complementarios a la operación de venta para asegurar la emisión de los documentos fiscales.
Esta solución dinamiza la tienda del futuro y es la clave a la hora de garantizar la versatilidad para todos los formatos de tiendas y experiencias de compra. Permite el uso de componentes críticos y complejos asociados a una solución de front-office, de tal forma que asegura la coherencia en el proceso de ventas aplicando todas las reglas de negocio y consolidando las transacciones en los sistemas centrales.
Adaptarse o morir
La revolución tecnológica que ha impulsado a las empresas a caminar cada vez más deprisa hacia la transformación digital está forzado a los diferentes sectores a adaptarse si quieren sobrevivir. La innovación ya no es una alternativa, sino el motor que impulsa la existencia de las compañías que quieren seguir vivas.