La nube sigue planteando preguntas a las empresas que buscan la mejor manera de hacer progresar sus negocios en la era digital. ¿Pública, privada o híbrida? ¿Gestionarlo todo como servicio o utilizar aplicaciones y cargas de trabajo locales? La variedad de configuraciones es tan diversa como las empresas que la adoptan.

La nube pública es una de las vías más utilizadas, ya que es una opción de almacenamiento con una buena relación entre coste y eficacia. No obstante, sigue habiendo un debate continuo entre los beneficios y los problemas percibidos. Para muchos, una de las principales ventajas es el ahorro de costes. Sin embargo, también proporciona importantes beneficios para la agilidad y la productividad de las empresas: la capacidad de escalar rápidamente, de colaborar más allá de las fronteras, de beneficiarse de las últimas actualizaciones en las aplicaciones o de lograr una ventaja competitiva.

Por otro lado, comparada con las mejores soluciones locales, la nube pública puede suponer una disminución del rendimiento, la fiabilidad y la seguridad. Como los requisitos que deben cumplir las organizaciones van cambiando, estos aspectos están provocando un nuevo interés por la TI local. Un reciente estudio de IDC ha revelado que, a pesar de la disminución en la inversión del gasto en TI, el 34% de las organizaciones europeas aumentará su inversión en soluciones de almacenamiento local para ayudar al cumplimiento del RGPD.

La integración de ambos debería ser el eje sobre el que construir un parque informático ágil y seguro

Este énfasis en los sistemas locales puede proporcionar una mayor visibilidad del parque de datos y garantiza que las compañías sepan con claridad dónde están. Al mismo tiempo, las organizaciones que no usen la nube pública de alguna forma probablemente están dejando escapar una buena oportunidad.

La nube pública debería formar parte de la estrategia de una empresa, pero no debería ser “la estrategia”. Una gran mayoría de las empresas —el 72% en el Reino Unido, según nuestro informe Evolution— reconoce que el almacenamiento en la nube y el local deberían complementarse en lugar de competir. La integración de ambos debería ser el eje sobre el que construir un parque informático ágil y seguro. Por lo tanto, el enfoque debe cambiar y hay que preguntarse cuál es el mejor entorno híbrido para la empresa.

Con el auge de los proyectos que conllevan un uso intensivo de datos, como la IA y el aprendizaje automático, la demanda de infraestructuras de alto rendimiento en las empresas cada vez es mayor. Debido a ello, los entornos híbridos y multinube también tienen que cumplir este requisito de alto rendimiento y permitir que los datos se proporcionen y se procesen rápidamente.

Muchas organizaciones deciden usar la nube pública combinada con el almacenamiento local con el objetivo de satisfacer los requisitos de rendimiento y cálculo cloud burst necesarios para el desarrollo de estas tareas intensivas, y cumplir las estrictas exigencias en materia de gobierno, conformidad y seguridad de los datos.

El paso a la nube híbrida requiere un cambio de mentalidad y reconsideración de las prioridades en el departamento de TI pero cada vez está más claro que el futuro será híbrido y tendrá un enfoque multinube. Así que, quienes no den el salto, tendrán que asumir una importante desventaja competitiva.

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