El PC como servicio

Facilitar la renovación tecnológica

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Cualquier responsable de TI, en empresas de cualquier tamaño y sector, ha de gestionar de manera acertada tres vectores clave: el 5G, las amenazas de seguridad y la proliferación del trabajo móvil. El factor humano y el talento son los principales activos de una organización, pero, sin el apoyo y el acompañamiento de la tecnología, hoy en día no tienen opción de competir. De ahí que los responsables de tecnología, más allá de que todo funcione bien, tienen sobre sus hombros la responsabilidad de no equivocarse en la definición de las herramientas y soluciones que ponen a disposición del ecosistema empresarial.

No se trata solo de elegir un tipo de dispositivo y distribuirlo entre los empleados

En este contexto, el modelo de comercialización “PC como servicio”, en el que los dispositivos y todo lo relacionado con la implementación y mantenimiento están suscritos a su uso, se está revelando como un modelo muy eficaz. El equipo de TI se libera en gran medida de la gestión de la carga de tareas que implica el hardware y le dedica más tiempo a la innovación o a la definición de las prioridades estratégicas que impulsen, por ejemplo, la transformación digital del negocio.

Además, el “PC como servicio” es el antídoto perfecto ante prácticas como el BYOD (bring your own device). A medida que los dispositivos de consumo se vuelven más fáciles de usar, aumenta el riesgo de que los trabajadores los prefieran como alternativa a sus equipos profesionales, una práctica que multiplica las posibles brechas de seguridad. De hecho, según el Informe Seguridad BYOD 2018, de Bitglass, menos de un tercio de los responsables de TI confía en la eficacia de sus políticas de seguridad, formación y buenas prácticas aplicadas a dispositivos personales. En este sentido, el “PC como servicio” garantiza que el parque de dispositivos empresariales esté protegido ante las ciberamenazas más novedosas.

Pero adoptar el “PC como servicio” no pasa solo por elegir un tipo de dispositivo —portátil, sobremesa o estación de trabajo— y distribuirlo entre los empleados. Una arquitectura avanzada, que puede incluir soluciones en la nube y basadas en IoT o edge computing, exige cuidar, además, el despliegue e integración de estos equipos de manera eficiente, aspecto que asegura este modelo.

A este respecto, Gartner establece unos niveles de pérdidas que, en algunos casos, pueden oscilar entre los 125 000 y los 482 000 euros, dependiendo del tamaño y la actividad de la empresa, por cada hora de inactividad. Por tanto, no hemos de subestimar el valor de un soporte de implementación eficaz, incluida la desactivación de los dispositivos innecesarios y la migración segura de los datos.

Otro aspecto igual de importante es el mantenimiento, más aún en un mundo profesional tremendamente móvil en el que la probabilidad de roturas, extravíos o sustracciones aumenta. Además, a medida que la fuerza laboral se fragmenta geográficamente, es imprescindible que las empresas ofrezcan mejores opciones de trabajo colaborativo. En este terreno, el “PC como servicio” es también una opción más que recomendable para garantizar soporte a todos los niveles de usuarios y desde el primer hasta el último día de uso del dispositivo.

En definitiva, esa renovación tecnológica —que pasa por la implementación del 5G, el blindaje contra las ciberamenazas y el trabajo móvil— exige mirar más allá de los dispositivos y considerar cómo las diferentes tecnologías trabajarán dentro de una infraestructura. Para ello, el modelo “PC como servicio” puede resultar clave, tanto para obtener ventajas competitivas como para satisfacer las expectativas de los empleados en cuanto a flexibilidad y usabilidad de los dispositivos.