El crecimiento exponencial de objetos y dispositivos conectados impone a las organizaciones nuevos requisitos de infraestructura. Para tener éxito y obtener valor de negocio del IoT es necesario reducir la complejidad. Para ello, los distintos elementos de cualquier implementación IoT —conectividad, seguridad, automatización, analítica y diseño de aplicaciones— deben trabajar conjuntamente como un sistema integrado.
Al terminar de leer la pequeña introducción de este artículo, cerca de 1.000 nuevos objetos se habrán conectado a Internet, sumándose a los más de 16.000 millones que ya cuentan con una dirección IP a escala global.
Según los cálculos de Cisco, cada segundo se conectan a la Red 100 nuevos dispositivos y en 2020 lo harán 250 por segundo hasta alcanzar 50.000 millones, cifra que incluye desde smartphones y tablets hasta sensores, termostatos, medidores de electricidad y parking, coches, TV, dispositivos biomédicos, carros de supermercado o campos de cultivo.
Como resultado, los países, las ciudades, las industrias y las empresas de todo el mundo se están digitalizando para aprovechar las enormes oportunidades del Internet of Things (IoT), la próxima fase de Internet en la que todo tipo de objetos estarán conectados, a los que se suman personas, procesos y datos.
Esta transformación digital impone nuevos requisitos de infraestructura: conexiones de alta velocidad, mayor ancho de banda para la transmisión de datos y vídeo, una plataforma flexible y escalable para poder desplegar aplicaciones desde el cloud hasta el extremo de la red, capacidad analítica en tiempo real y una nueva capa de seguridad que proteja la información sensible y la privacidad.
Más del 38% del valor del IoT procede de la información generada por la analítica de big data
Retos fundamentales
Para poder obtener valor de negocio del IoT, las organizaciones se enfrentan a cuatro retos fundamentales:
- Analítica de datos. Aunque más del 38% del valor del IoT procede de la información generada por la analítica de big data, las organizaciones tienen problemas para obtener este valor. Según un reciente estudio de Cisco, el 88% de las empresas encuestadas esperan que el volumen de datos generados se multiplique exponencialmente, pero cuatro de cada diez admiten que aún necesitan mejorar sus habilidades para capturar, almacenar y procesar dichos datos. Igualmente, en 2018 el 40% de los datos (medidos en exabytes) se generarán en el extremo de la red (fog computing) y deberán ser procesados en tiempo real y combinados con otros datos históricos albergados en cloud para generar visibilidad de negocio en términos de eficiencia operativa, satisfacción de clientes o ventajas competitivas.
- Seguridad de datos y objetos. El IoT implica nuevos retos de seguridad para las organizaciones. Los miles de millones de objetos conectados amplían los vectores de ataque y la oportunidad de lucro para los cibercriminales, quienes tratan de robar información confidencial o propiedad intelectual, o atacar sistemas críticos como redes eléctricas y plantas de fabricación. Además, la mayoría de dispositivos conectados están ubicados fuera de la organización, en lugares remotos, inseguros o de difícil acceso, lo que incrementa el riego de sufrir un ciberataque o un ataque físico. Se requiere así un nuevo modelo de seguridad capaz de combinar la seguridad física con la ciberseguridad.
- Convergencia IT/OT. Para obtener valor del IoT, las organizaciones deben conectar de forma transparente sus actuales sistemas de tecnologías de la información (IT) con su entorno OT (operation technology, sistemas de control y gestión). Es necesario combinar las redes IT y OT para garantizar el flujo de las aplicaciones de negocio y aplicar políticas coherentes en ambos entornos. También se requieren capacidades analíticas que puedan integrarse con otras fuentes, como datos de clientes y partners o sistemas ERP; estos datos procedentes de múltiples fuentes deben ser seguros y cumplir con las políticas de la organización y con las regulaciones sobre privacidad.
- Nuevas aplicaciones. Las organizaciones necesitan una infraestructura de red flexible y escalable que permita crear y desplegar de forma sencilla nuevas aplicaciones desde el cloud hasta el extremo de la red. Esta plataforma facilitadora de aplicaciones debe estar basada en API abiertas —para poder aprovechar los diseños de terceros— y con la capacidad de almacenar, analizar y comunicar la información tan cerca de los dispositivos IoT como sea posible; se obtiene así control en tiempo real y la posibilidad de cambiar las reglas cuando sea necesario.

Requisitos distintos, objetivo común
Aunque estos retos son comunes a cualquier implementación del IoT, cada sector de mercado tiene sus propias particularidades. Por ejemplo, en fabricación el foco está en automatizar la gestión del inventario, en el control y en monitorizar de la maquinaria en tiempo real real, así como en la gestión energética.
Por su parte, las Administraciones se centran principalmente en la gestión de los servicios ciudadanos, la seguridad y la mejora de los espacios público para garantizar la sostenibilidad social y medioambiental.
Pero todas las industrias tienen un objetivo común: superar la complejidad tecnológica necesaria para aprovechar las ventajas derivadas las múltiples conexiones. Y es que para tener éxito es necesario que los distintos elementos de cualquier implementación IoT trabajen conjuntamente como un sistema integrado.
Estos elementos o pilares —cada uno de ellos formado por distintos productos, soluciones y servicios— que se han de combinar bajo un mismo paraguas o plataforma tecnológica, son seis:
- Conectividad de red, incluye soluciones específicas de routing, switching y conectividad wireless disponibles en formato estándar o robustecido.
- Fog computing, extendiendo la conectividad y capacidad de procesamiento del cloud al extremo de la red.
- Seguridad para obtener una completa visibilidad de todos los activos físicos y digitales, reforzar la protección y la operatividad.
- Analítica de datos, en tiempo real y en el cloud para obtener la información relevante.
- Gestión y automatización, con el fin de obtener seguridad, control y soporte optimizados para múltiples funciones.
- Plataforma facilitadora de aplicaciones, basada en API para distintos sectores de mercado, partners y terceros proveedores.
Ya se trate de responder a las necesidades de empresas de fabricación, transporte, gas, petróleo y minería, o a las de las Administraciones, cada uno de estos pilares o elementos deben trabajar conjuntamente como un sistema integrado, algo que Cisco facilita con su plataforma IoT System.
Solo así es posible reducir la complejidad y obtener verdaderos beneficios de negocio del Internet of Things, un valor que calculamos en 14,5 billones de euros para las organizaciones de todo el mundo hasta 2023 y de los que Europa podría capturar un 30%.