El uso de wereable en la empresa

El papel del edge computing

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El uso profesional de los wearable no ha despegado aún, a pesar del ruido mediático de los últimos años. Los motivos son varios, tales como la seguridad o el desarrollo de aplicaciones funcionales para entornos como el industrial o el logístico. Estos hechos, entre otros, han provocado que los res­ponsables de TI no hayan tenido en cuenta las posibilidades que pueden representar, pero todo indica que esta situación va a cambiar en los próximos años. 

Las tendencias indican que cada vez más compañías están dispuestas a incorporarlos en su actividad diaria. Según IDC, el mercado de wearables alcanzará los 223,3 millones de unidades en 2021. Un dato que permite vislumbrar el comienzo del éxito de este mercado, así como la creciente confianza de las empresas, una condición imprescindible para que, como vaticinan los expertos, 2020 sea el año de su despegue definitivo.

Las aplicaciones de wereable permiten mejorar la eficiencia y la productividad, pero también la seguridad

A este avance contribuirá el crecimiento del IoT previsto para este año: según Gartner, habrá más de 20 000 millones de dispositivos; una cifra que Cisco eleva a los 50 000 millones e Intel a 200 000 millones. Por su parte, IDC vaticina que el valor de este mercado pasará de los 12 000 millones de euros de 2016 a más de 23 000 en 2020. Al margen del crecimiento del IoT, al empuje de los wearables contribuirá también la llegada del 5G y el desarrollo de la realidad aumentada (RA).

Pero la tecnología más determinante para este crecimiento será el edge computing, ya que los administradores de TI deberán gestionar de forma se­gura y eficiente la enorme cantidad de datos que creará este nuevo entorno tecnológico. El edge computing nació para ayudar a enfrentar este desafío con nuevos métodos de recopilación, análisis y redistribución de datos y del conocimiento derivado de su tratamiento. Para lograrlo, traslada la capacidad de procesamiento de la informa­ción a los dispositivos que generan los datos en los extremos de la red.

Entre sus ventajas destaca una menor presión sobre la nube o los servidores centrales, pues discrimina la información que puede almacenarse localmente y la que debe enviarse para ser procesada y usada posteriormente.

Al tiempo que se avanza en el desarrollo de nuevos wea­rables, desde TI se inves­tiga cómo utilizar estos dispositivos para mejorar la productividad móvil en las empresas. Concreta­mente, las compañías con trabajadores de campo (logísti­ca, producción o almacenamiento) son las más interesa­das en adquirir soluciones como smartglasses
de RA para completar tareas en entornos que exigen, por ejemplo, tener las manos libres para realizar trabajos de reparación o mantenimiento.

Por ejemplo, un mecánico de aviación podría utilizar gafas inteligentes de RA para superponer los diferentes esquemas del mo­tor y disponer de las manos libres para llevar a cabo el procedimiento de revisión o reparación. Además, si lo requiere, podría utilizar un software colaborativo para solicitar asistencia remota. Igualmente, esta tecnología tiene proyección en sectores como el sanitario. Pense­mos, por ejemplo, en un médico de urgencias que con­sulta la historia clínica de un paciente a través de estas smartglasses.

Eso solo una muestra del potencial de los wearables en el entorno corporativo; algo que desde TI se debe valorar y tener en cuenta para ofrecer herramientas personalizadas a los trabajadores y mejorar así su eficiencia, su productividad y, en algunos casos, su seguridad laboral.