Ante el actual empuje de la transformación digital, una de las figuras que está adquiriendo una importancia creciente es la del Compliance Officer. Básicamente, esta función se centra en identificar y controlar los riesgos asociados al incumplimiento normativo en las empresas, y es la encargada de establecer planes y medidas adecuadas para su gestión con el propósito de elevar los niveles de ética e integridad corporativa en la organización.

Cada vez más, el actual contexto de digitalización y la irrupción de nuevas tecnologías está derivando en toda una serie de retos relacionados tanto con el cumplimiento de normativas legales, como también de la ética empresarial, que ya es parte intrínseca de la cultura interna de muchas organizaciones. De hecho, tecnologías como big data, machine learning o robótica requieren de la adopción de procedimientos Compliance by Design que permitan hacerlas respetuosas con los derechos de protección de datos de los usuarios, por ejemplo, así como garantistas con el cumplimiento de las diferentes obligaciones y normativas aplicables.

Históricamente, este ha sido un perfil muy relacionado con el mundo jurídico, y habitual en compañías de gran tamaño y multinacionales, especialmente de sectores como el farmacéutico, bancario o seguros. No obstante, en los últimos tiempos —y principalmente desde la última reforma del Código Penal— es una figura que está comenzando a implantarse en todo tipo de organizaciones y en la mayoría de los sectores productivos.

De hecho, este contexto digital es visto como una oportunidad para las empresas —y también para los profesionales del ámbito del compliance—para el cumplimiento de normativas, software legal, respeto a la propiedad intelectual, gestión de riesgos en la inversión tecnológica y muchos otros factores a los que ahora se enfrentan las organizaciones.

Big data, machine learning o robótica requieren de procedimientos Compliance by Design

Tecnologías aplicadas

Además, este escenario digital también posibilita toda una serie de oportunidades para estos compliance officer en forma de herramientas y soluciones que aumentan de forma exponencial su capacidad a la hora de desarrollar todas estas funciones. Las tecnologías de la información que mayor aplicación tienen en materia de compliance son, precisamente, aquellas que están relacionadas con la semiautomización de la gestión de la multitud de normas y riesgos asociados. De igual forma, son de ayuda todas aquellas soluciones que permiten explotar la información corporativa de forma inteligente, ayudando de esta forma a ser más eficientes y eficaces en los procesos de identificación, evaluación y gestión de riesgos.

En este sentido, las tecnologías de big data y las herramientas de machine learning están haciendo que el sector del Compliance mejore exponencialmente sus procesos. En la actualidad, su aplicación se centra en áreas como la objetivación del cálculo de riesgos, tomando como referencia el histórico de casos y procedimientos previos sufridos por la organización concreta o por las entidades miembro de un sector determinado. Esta información, debidamente analizada, permite tomar decisiones mucho más acertadas, así como anticiparse a la existencia de posibles riesgos de incumplimiento normativo.

Compromiso ético y cultura empresarial

El pasado 21 de noviembre de 2018 se celebró el Día del Compliance Officer, organizado por la Asociación Española de Compliance (ASCOM). Además de la salvaguarda de la responsabilidad penal de la empresa, durante este evento se resaltó el factor ético como un elemento relevante, que dota a las organizaciones de una base que ayuda a crear una cultura de cumplimiento, prevenir, detectar y reaccionar antes de que se puedan producir actuaciones irregulares, fraudes y otros actos contrarios a la legislación y a la ética empresarial y social.