La inteligencia artificial (IA) ha desencadenado una revolución en infinidad de industrias, y el sector del turismo no ha sido una excepción. La nueva tecnología está permitiendo trabajar con datos hasta hace poco imposibles de procesar, tales como imágenes, vídeos, audio o texto. El objetivo es extraer de ellos un conocimiento que abre todo un océano de posibilidades.

Santiago Sanus

Transformar la manera en que los viajeros exploran el mundo, mejorar la sostenibilidad de los destinos, trazar y medir el comportamiento del turista en tiempo real…: esos son los objetivos. Ante un cliente cada vez más conectado y exigente, es imprescindible que los destinos se acomoden a las necesidades del viajero y que todos los agentes del sector compartan datos.

Esta colaboración permita que pymes, destinos y organizaciones puedan desarrollar sus ideas, crear nuevos productos y servicios alrededor del turismo, y mejorar los actuales.

Nos dirigimos hacia un mundo en el que la inteligencia de las máquinas recopila y analiza datos en tiempo real para proporcionar información actualizada sobre la demanda y las tendencias. Mientras, el personal humano, irremplazable, se ocupa de las tareas de alto valor añadido, como el trato y la atención al turista.

IA y turismo

Pero el avance de la IA en el turismo no se detiene ahí. Ha evolucionado desde los enfoques más clásicos del machine learning —predecir la llegada de viajeros, medir el consumo de energía o gestionar los residuos generados en los destinos— hasta llegar a la IA generativa, capaz de crear contenido original para, por ejemplo, su aplicación en el marketing turístico.

La IA generativa permite crear contenido original para, por ejemplo, su aplicación en el marketing turístico

A medida que abrazamos estas innovaciones, también debemos considerar los desafíos éticos que surgen: proteger los datos de los viajeros; garantizar la equidad y la inclusión en el acceso a servicios turísticos automatizados; mantener la capacidad competitiva y el desarrollo tecnológico preservando los derechos de las personas; o si debemos (y cómo) regular el uso de la IA. Hay que utilizar la tecnología con responsabilidad, asegurando que beneficie a todos los actores.

Mientras nos sumergimos en un futuro donde la IA se entrelaza con el turismo, surge una pregunta: ¿cómo aprovechar su poder sin soslayar la importancia de la interacción humana? Aunque la IA puede mejorar la eficiencia y la personalización, la conexión humana y la autenticidad siguen siendo elementos esenciales, también a la hora de elegir un destino.

Comenzamos el camino

¿Estamos listos para navegar hacia este nuevo horizonte? Dependerá de la capacidad para superar tres retos: 1) aprovechar la innovación tecnológica; 2) conservar la esencia de aquello que hace que viajar sea una experiencia única; y 3) asegurar que el consumo de los recursos es sostenible. Nos encontramos al inicio de un apasionante camino.

¿Cómo aprovechar el poder de la IA sin perder de vista la importancia de la interacción humana?

Mientras todo esto sucede y se hilvanan proyectos públicos y privados en esta dirección, la Comunidad Valenciana lidera el desarrollo de la IA en la industria del turismo a nivel europeo. De los 454 Destinos Turísticos Inteligentes en España, 103 están repartidos en las provincias de Alicante, Castellón y Valencia.

la IA y la interacción humana

Valencia es, junto con Bruselas y Copenhague, capital europea de la inteligencia artificial, a través del desarrollo de pilotos de IA en la iniciativa CitCom, impulsada por la Unión Europea, que está generando un banco de pruebas para empresas y destinos. Además, esta iniciativa busca reforzar la capacidad de estudio y experimentación para evitar la dependencia de las grandes tecnológicas de China y Estados Unidos, que lideran en estos momentos la investigación.

Se trata de un apasionante proyecto de cinco años que actualmente reúne a once países europeos y que se desarrolla desde la Universitat de València.