Experiencia del empleado. En un contexto empresarial condicionado por la aceleración digital y por el trabajo a distancia, la generación y el análisis de datos se han convertido en herramientas imprescindibles. Para el año 2023, el 70% de los trabajadores conectados, con funciones basadas en tareas, emplearán inteligencia integrada en los espacios de trabajo digitales. Lo harán desde cualquier lugar y podrán involucrar a clientes y compañeros para impulsar la productividad de la empresa.
La inteligencia artificial (IA) es una de las tendencias tecnológicas sobre las que más se centra el debate actual de los CIO (chief information officer) en todo tipo de organizaciones a la hora de evaluar nuevos pasos para impulsar la transformación digital. Por ejemplo, en España, el 91% de las empresas considera que la IA les ayudará en sus objetivos de crecimiento. La mala noticia es que solo el 22% la está utilizando.
Esta realidad queda reflejada en el informe Inteligencia artificial como palanca de generación de valor. Madurez del mercado en España, elaborado por IDC y patrocinado por Plain Concepts. Otra de las conclusiones que se derivan de este estudio es que el mercado de IA podrá alcanzar una cifra de negocio cercana a los 1400 millones de euros en 2025.
Desde luego, la capacidad y los beneficios que aporta la aplicación de la inteligencia artificial para el desarrollo tecnológico de las organizaciones son manifiestos y reconocidos. Sin embargo, en la empresa, la falta generalizada de conocimiento sobre esta tecnología y sobre dónde aplicarla es una barrera que en muchas ocasiones frena su despliegue.
La inteligencia artificial encuentra uno de sus principales campos de actuación en los espacios de trabajo conectados
En la mayoría de los casos, esta situación solo la pueden solucionar partners expertos en innovación —y en los modelos de aplicación de estas tecnologías— que sepan evaluar las necesidades de cada compañía, determinar cómo la IA puede aportar mejoras al negocio y buscar soluciones a medida.
Experiencia del empleado
En el ámbito profesional, la inteligencia artificial encuentra uno de sus principales campos de actuación en los nuevos espacios de trabajo conectados. Las organizaciones reconocen que las inversiones tecnológicas que se realicen en relación con el entorno de trabajo digitalizado resultarán decisivas a la hora de estimular la productividad de los empleados y mejorar su experiencia.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que, para que la IA cumpla su cometido, necesita nutrirse de datos de buena calidad. Además, para procesarlos es necesario que las empresas dispongan de una infraestructura digital adecuada que los soporte, que permita integrar datos procedentes de distintos orígenes y centralizarlos para extraer resultados integrales.
Para que la IA cumpla su cometido, necesita nutrirse de datos de buena calidad
Todas estas inversiones, con el tiempo, se verán reflejadas en un ahorro de costes y en un aumento de los ingresos. Esto se debe, principalmente, a que la inteligencia artificial permite acceder a información sobre el rendimiento de los trabajadores, así como identificar patrones y comportamientos, abriendo la puerta a la automatización inteligente de tareas.
Todas estas tecnologías permiten ahorrar tiempo y esfuerzo a los empleados, que quedan liberados para ocuparse de tareas más críticas para el negocio, mientras que las repetitivas y rutinarias se realizan automáticamente, en menos tiempo y con menor gasto de recursos. Entre los procesos que pueden optimizarse encontramos algunos tan habituales como, por ejemplo, la resolución de cálculos recurrentes, la creación de informes o las revisiones de calidad o de modelos predictivos.
La automatización, aplicada en procesos como el cobro de salarios o la gestión de ausencias y vacaciones, además de optimizar el flujo de trabajo de los empleados, puede contribuir también —y especialmente— a mejorar la experiencia de usuario.
Es cierto que en ocasiones se alerta de que la IA puede sustituir a las personas y eliminar determinados roles en las organizaciones, pero no se menciona que al mismo tiempo creará un nuevo ecosistema laboral en el que surgirá la necesidad de buscar nuevas responsabilidades y se crearán nuevos puestos de trabajos adaptados a una realidad más tecnológica.
El trabajador conectado
El espacio de trabajo digital será un ecosistema tecnológico central que conectará a los trabajadores con un lugar de trabajo híbrido. En este entorno, la inteligencia artificial ha llegado con el objetivo de facilitar la vida del empleado y del empleador. Entre otros beneficios, ahora los mánagers pueden conocer en tiempo real los recursos de los que disponen sus empleados y los que necesitan para desarrollar su función, incluyendo el acceso a colaboradores desde cualquier lugar y a través de cualquier dispositivo. Como consecuencia, la toma de decisiones estratégicas se vuelve más sencilla y ágil.
El espacio de trabajo digital será un ecosistema tecnológico central que conectará a los trabajadores con un lugar de trabajo híbrido
Por otra parte, la toma de decisiones algorítmica del análisis de los datos que provienen del área de RR. HH. se puede emplear para gestionar mejor la plantilla, combinando de forma adecuada los datos sobre rendimiento de los profesionales, sus retribuciones y los costes que generan, todo ello relacionado con una estrategia de negocio acorde. El acceso de los empleados a la información resultante puede servir para, por un lado, empoderarlos, si así logran identificar áreas de mejora y desarrollo personal, y, por otro, para reforzar su compromiso con la empresa.
Para que todo el engranaje —conformado por infraestructura, datos y empleados— funcione correctamente, es vital incorporar a los niveles de gestión de la compañía una estrategia específica sobre inteligencia artificial. Además, debe también producirse un cambio cultural en la organización, de manera que los nuevos empleados sientan que pertenecen a una empresa esencialmente digital desde el proceso de onboarding inicial. Dentro de esta cultura también sería positivo, y deseable, fomentar los modelos colaborativos, desechando el trabajo en silos, de modo que los equipos sean multidisciplinares y puedan estar involucrados en proyectos de distintas áreas.
Aún queda recorrido y margen de evolución para el mercado de la inteligencia artificial en España. El futuro pasa por enfrentarse a los retos actuales que presenta esta tecnología, promocionar los espacios de trabajo digitales y motivar a las empresas para que arriesguen y emprendan proyectos innovadores.