La capacidad de colaboración entre startups y las grandes empresas es una de las claves que va a definir el éxito de las organizaciones. La tecnología forma una parte evidente de esta ecuación y es, en gran parte, la que permitirá llevar a cabo estos procesos de forma exitosa.
Recientemente se han hecho públicos los resultados del informe Big & Small: How to do Bigger Things in Business, desarrollado CCS Insight —una consultora especializada en las predicciones del “mundo conectado”— en colaboración con Samsung. Este estudio revela que las compañías de mayor tamaño son ahora menos productivas que hace una década y que, además, esta diferencia es va aumentado de forma progresiva. Aunque más de la mitad de las 500 mayores compañías cotizadas del mundo trabaja actualmente con startups, esta diferencia en el nivel de productividad dificulta que estas organizaciones puedan obtener un mayor beneficio de las mentalidades y procesos de innovación que llegan de estas uniones.
De hecho, el informe alerta que para sobrevivir en un contexto íntimamente ligado a tecnologías relacionadas con la movilidad, el Internet de las cosas y la inteligencia artificial resulta vital encontrar el equilibrio adecuado entre trabajo abierto, flexibilidad y movilidad, siempre bajo la premisa evidente de la seguridad.
Trabajo en movilidad
Según este informe, las startups son especialmente receptivas al trabajo en movilidad. Una tercera parte de los trabajadores en países desarrollados se encuentra actualmente en la categoría de “trabajador móvil” y, para 2020, el 48% de la fuerza laboral en las economías en desarrollo también será clasificada como móvil. Este porcentaje alcanzará el 70% entre las pequeñas empresas.
En cuanto a las grandes compañías, se ven lastradas por procesos establecidos y tecnologías obsoletas, así como por las limitaciones en los presupuestos y los retos relacionados con la seguridad. Este contexto lastra en torno a 25% la productividad en este tipo de organizaciones, lo que equivale a una pérdida anual de 3 billones de dólares sólo en Estados Unidos. Es evidente que las pequeñas empresas son más ágiles e innovadoras, y están mejor conectadas a través de la tecnología personal de los usuarios.
Pero esta agilidad no está exenta de problemas. Solo el 27% de las startups cita la seguridad de los datos entre sus tres principales preocupaciones; y menos de una quinta parte de los empleados de las pequeñas empresas recibe formación en seguridad. Esta situación, frecuentemente influida por los costes, es preocupante puesto que el número de ciberataques continúa aumentando.
Según Nick McQuire, vicepresidente de investigación empresarial en CCS Insight, “Existen algunos atributos compartidos para el éxito, como la necesidad imperativa de priorizar las funciones de los dispositivos que permitan a los empleados ser más productivos cuando estén en movimiento. Las grandes organizaciones deben mostrar una mayor permisividad en lo que se refiere a dispositivos personales, así como a nuevas tecnologías. Por su parte las startups deben priorizar la seguridad en sus estrategias móviles”.