Hoy en día, las organizaciones están adoptando la tecnología a un ritmo cada vez mayor para equipar, habilitar y potenciar su negocio con vistas al futuro. Desde la creación de nuevas líneas de negocio hasta el desarrollo de una ventaja competitiva, el papel de los CIO es cada vez más crucial en la definición de las necesidades del negocio y en la implementación de la tecnología para facilitar el cambio. En un entorno en el que la tecnología se está desarrollando y madurando a un ritmo exponencial, los CIO siempre deben mirar hacia el futuro: ¿qué nos depara el 2018?

Sin duda, una de las fechas clave para el próximo año es el plazo de cumplimiento del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) (25 de mayo). Nunca ha sido tan importante para las organizaciones europeas identificar la mejor manera de gestionar sus datos. Sin embargo, frente a los riesgos de las sanciones e incluso de las acciones judiciales, es preocupante que muchas de ellas no estén suficientemente preparadas, ya que se espera que más del 50% de las empresas no puedan cumplir plenamente sus requisitos antes de finales de 2018.

Además, las organizaciones seguirán enfrentándose a un crecimiento exponencial de la ciberdelincuencia. Los daños por ataques ransomware se han multiplicado por quince cada año desde 2015, hasta alcanzar los 5000 millones de dólares en todo el mundo este año. Al mismo tiempo, en toda Europa, la tecnología está impulsando una transición hacia el trabajo móvil y a distancia. Así, el avance hacia una nueva era de productividad trae consigo nuevos retos de seguridad.

Para hacer frente al marco normativo cada vez más complejo, al crecimiento del delito cibernético y a la adopción de prácticas de trabajo móviles, esperamos ver un crecimiento en la aceptación, formación y extensión de algunas tendencias tecnológicas específicas. Esto incluye la criptografía cuántica, El edge computing y las infraestructuras de escritorio virtual basadas en nube.

La criptografía cuántica emerge como método de protección evolucionado

Criptografía Cuántica

Con la introducción de la computación cuántica, los componentes básicos de la informática transitarán de las matemáticas a la física. Global Industry Analysts prevé que su mercado global alcanzará los 2000 millones de dólares en 2024, un crecimiento impulsado por la necesidad de transmisión de datos en línea de la forma más segura posible.

En este contexto, la criptografía cuántica emerge como método de protección altamente evolucionado, necesario para combatir las crecientes amenazas a la seguridad. Este método, denominado distribución de clave cuántica (QKD), puede producir un mensaje ilegible para todos excepto para su destinatario específico. En él, las “claves” se distribuyen como fotones —generalmente rayos de luz— que, si se interceptan, cambian inmediatamente el estado y se vuelven ilegibles.

Recientemente, Toshiba logró un gran avance con la criptografía cuántica en su laboratorio de investigación de Cambridge, al crear el dispositivo QKD más rápido del mundo, que alcanza una velocidad de 13,7 Mbps por segundo, aproximadamente siete veces más rápido que la velocidad del récord anterior de 1,9 Mbps, que también estaba en manos de Toshiba.  Este avance lleva la utilización práctica de la tecnología cuántica un paso más cerca de la comunidad global más amplia.

El zero client protege los datos contra el malware y los problemas de seguridad

Edge Computing

Con la proliferación de datos causada por el aumento del IOT y la capacidad de conectividad de 5G en 2018, el edge computing se hará cada vez más vital. Las organizaciones que manejan grandes cantidades de datos precisan elegir cuáles de ellos se envían a la nube, con el objetivo de reducir los retrasos y salvaguardar el ancho de banda existentes para las tareas más pesadas. En este contexto, la tecnología edge computing permite aumentar la movilidad y el procesamiento en tiempo real, mejorando de esta forma la eficiencia en ambos extremos de la cadena de TI de una organización.

El edge computing es una arquitectura tecnológica en la que los datos son procesados y analizados en la periferia de la red, tan cerca de la fuente original como sea posible. Esto significa llevar más recursos de procesamiento hacia el límite de la red para descargar la nube central. El uso de este tipo de arquitecturas trae múltiples ventajas, como el análisis en tiempo real, menores costes operativos o la reducción del tráfico en las redes, ya que se transmiten menos datos desde dispositivos locales y, de este modo, disminuyen los cuellos de botella, lo cual mejora el rendimiento de las aplicaciones. En este contexto, hay que tener en cuenta que a través del edge computing se pueden conseguir menores niveles de latencia en los límites de la red, en comparación con un lejano centro de datos o la nube, algo que afecta especialmente a las apps, que, a su vez, son las que toleran peor los bajos rendimientos de la red.

Esta tendencia hacia el edge computing está íntimamente ligada con el aumento del uso de los dispositivos móviles, especialmente en lo que tiene que ver con el consumo de vídeo, la realidad virtual y aumentada, así como el despliegue masivo de sensores como parte del Internet de las cosas.

Zero clients móviles

A medida que las organizaciones adoptan prácticas de trabajo más móviles y flexibles, la seguridad debe ser la prioridad número uno para aprovechar con éxito los beneficios de la movilidad sin ser víctimas de la creciente amenaza de la ciberdelincuencia.

Las organizaciones ya han visto los beneficios que proponen las soluciones de tipo thin client; sin embargo, debido a los costos y limitaciones que restringen el trabajo remoto, cada vez más se moverán hacia soluciones zero client o cliente cero, que eliminan completamente el almacenamiento de los dispositivos. Para ello, utilizan servidores externos desde donde se manejan sistemas operativos con acceso a datos a través de una infraestructura de escritorio virtual (VDI) basada en la nube.

Al utilizar soluciones de cliente cero, los datos están protegidos contra el malware y los problemas de seguridad en caso de pérdida o robo de un dispositivo.

Ya se trate de prepararse para el cambio normativo, de protegerse contra la creciente amenaza cibernética o de abordar tendencias como el trabajo móvil, 2018 será un año de transformación digital y aprendizaje para muchas organizaciones. Tecnologías como la criptografía cuántica siguen evolucionando y ya ofrecen oportunidades iguales para los criptógrafos y los hackers, por lo que las organizaciones necesitan empezar a considerar cómo les afectarán.