Pymes. No dejamos de escucharlo: la pandemia aceleró la transformación digital de todo tipo de organizaciones, también en el ámbito de las pequeñas y medianas empresas, algo que ha afectado de forma drástica en todo lo relacionado con la gestión y la retención del talento.

Ahora, dos años después del inicio del confinamiento, comenzamos a ver cómo se están consolidando todos estos nuevos modelos de trabajo a distancia, también en el segmento de las pymes, un ámbito en el que ya habían hecho acto de presencia, aunque no habían ganado peso hasta este momento.

Para poder contar con datos al respecto, a lo largo de 2021 estudiamos —a través de HR Study— la digitalización que se ha estado desarrollando en empresas españolas. Una de las conclusiones más llamativas es que nuestro país es el tercero del mundo en penetración digital.

Parece casi impensable que los nuevos proyectos solo tengan en cuenta el modelo de trabajo tradicional

El teletrabajo llegó, se quedó y modificó nuestra percepción del modelo de trabajo “tradicional”. Obviamente, seguirán existiendo puestos y oficios que requerirán presencialidad, pero, en líneas generales, la realidad es que hoy muy pocos profesionales están dispuestos a renunciar a beneficios como la flexibilidad horaria o la conciliación.

Digitalización de las pymes

En su momento, la puesta en práctica de estos modelos deslocalizados fue de obligado cumplimiento y de la noche a la mañana se convirtió en cotidiano algo que antes apenas se vislumbraba como una posibilidad futura.

En la actualidad, las empresas cuentan con una amplia variedad de herramientas y tecnologías que permiten a los empleados organizarse, estar permanentemente comunicados y trabajar en proyectos conjuntos de manera totalmente remota.

De hecho, llegados a este punto parece casi impensable que los nuevos proyectos que surjan en el futuro puedan plantearse desde una óptica que solo tenga en cuenta el modelo tradicional, especialmente después de haber probado los evidentes beneficios personales que el teletrabajo aporta tanto a los miembros de los equipos como a los directivos. Es más, la posibilidad de trabajar a distancia se ha convertido en un reclamo a la hora de incorporar profesionales externos.

Traducido a cifras, un 77,7% de los profesionales asegura que con el teletrabajo logran una mayor conciliación de la vida personal y profesional; hasta el 70% valora la especialmente la flexibilidad; y casi la mitad de los encuestados ha notado una reducción de los gastos derivados del trabajo presencial.

Un 77,7% de los profesionales asegura que con el teletrabajo logran una mayor conciliación de la vida personal y profesional

Aunque las ventajas son muchas, no es menos cierto que a estos modelos todavía les queda un amplio margen de mejora en terrenos como la adaptación de la cultura empresarial, la conciliación laboral o la evaluación del desempeño de los profesionales que trabajan a distancia. Además, aparecen también nuevos retos, como la desconexión digital, que cada vez exige definir mejor las fronteras entre vida laboral y personal.

A pesar de todo, estos modelos de trabajo han llegado para quedarse y, de hecho, se han convertido en un reclamo fundamental de las empresas a la hora de captar talento: el empleado otorga a la flexibilidad una importancia similar a la de la retribución económica cuando está valorando alguna oportunidad laboral.

Muchas pymes no disponen de las herramientas necesarias para adoptar el teletrabajo de forma adecuada

El problema es que muchas pymes no disponen todavía de las herramientas o las tecnologías necesarias para adoptar el teletrabajo de forma adecuada: hablamos de cerca del 95% del tejido empresarial de nuestro país.

Por eso, ayudas como la del Kit Digital o la contratación de servicios de software resultan indispensables para que las pequeñas y medianas empresas puedan seguir manteniendo su competitividad. Gracias a ellas, en muchos casos, incluso es posible que puedan colocarse a la par de las grandes empresas a la hora de atraer ese talento cada vez más preciado.