La transición energética hacia fuentes renovables es una de las principales prioridades para combatir la crisis climática. Ante este desafío, la inteligencia artificial (IA) es una herramienta indispensable para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible.
En cuanto a su impacto económico en el sector energético, la IA supondrá un volumen de negocio de 7830 millones de dólares en 2024, con una tasa de incremento interanual del 34,3%, según GlobalData.
La inteligencia artificial ya se está aplicando en diferentes campos, como son las energías renovables, la gestión de redes inteligentes, el almacenamiento de energía o los programas de respuesta a la demanda.
Transición energética inteligente
Smart grid. La red inteligente (smart grid) es la infraestructura eléctrica moderna, que utiliza tecnologías de comunicación digital para lograr una mejor generación y distribución de electricidad, así como un consumo más eficiente.
En el sector energético, la IA supondrá un volumen de negocio de 7830 millones de dólares en 2024
En este contexto, la inteligencia artificial facilita el mantenimiento predictivo de líneas eléctricas y transformadores, optimiza la demanda y el suministro de energía y previene cortes de luz. Al analizar los datos recopilados de sensores y medidores inteligentes, los algoritmos pueden predecir los patrones de demanda y suministro de energía, detectar anomalías y optimizar los flujos de energía en tiempo real.
Al final, esto se traduce en una red eléctrica más fiable, que reduce los costes de la energía y las emisiones de carbono.
Energías renovables. Por otro lado, la inteligencia artificial mejora la eficiencia y la capacidad de producción de las energías renovables. Lo hace, por ejemplo, calculando con precisión el ángulo y la dirección de los paneles solares para capturar la máxima cantidad de luz solar posible; prediciendo los patrones de viento para ajustar la posición de los aerogeneradores y maximizar la producción; o, incluso, gestionando los sistemas de almacenamiento de forma que se reduzca el desperdicio de energía y se garantice un suministro más fiable.
Programas de respuesta a la demanda. Estos programas están diseñados para reducir el consumo de energía en determinados momentos. La inteligencia artificial aumenta la eficacia de estos programas analizando los datos de los clientes para predecir los patrones de consumo.
La inteligencia artificial mejora la eficiencia y la capacidad de producción de las energías renovables
Estos modelos predictivos ayudan a las empresas de servicios públicos a conocer estos períodos e incentivar a los clientes para que reduzcan su consumo de energía durante los momentos de mayor demanda; se evitan así cortes de energía y se reducen los costes.
Eficiencia energética. La inteligencia artificial es un aliado clave para alcanzar la eficiencia energética en otros muchos ámbitos. Por ejemplo, esta tecnología identifica patrones de consumo de energía en edificios y recomienda cambios en los sistemas de iluminación, calefacción y refrigeración para ajustar dicho consumo.
Además, al analizar los datos de sensores y medidores inteligentes, puede predecir el tiempo de vida útil de los equipos y detectar posibles fallas antes de que ocurran.
Red de carga de vehículos eléctricos. Esta tecnología se puede extrapolar a otros muchos sectores, como la industria del automóvil y, en particular, a los coches eléctricos. Vista la creciente demanda, se puede afirmar que la gestión eficaz de la red de carga de vehículos eléctricos es uno de los principales desafíos en este ámbito.
En este sentido, la inteligencia artificial se ha convertido en una herramienta esencial para garantizar una carga rápida y sostenible, algo que se logra previendo la demanda de carga de vehículos eléctricos y, en consecuencia, ajustando la red para evitar sobrecargas.
En definitiva, la inteligencia artificial tiene un gran potencial para acelerar la transición energética, pues hará posibles sistemas energéticos más eficientes, rentables y sostenibles. A medida que la tecnología continúe evolucionando, la inteligencia artificial se convertirá en una herramienta cada vez más valiosa para la industria de la energía y para la sostenibilidad en general.