El año 2018 se ha caracterizado por la incorporación al entorno empresarial de nuevas tecnologías de manera entusiasta y a un buen ritmo. Según un estudio que realizamos entre más de mil responsables de tecnología en Europa durante el primer trimestre, el 76% afirmaron que sus empresas, durante este año, iban a superar sus inversiones en tecnología. En España, este porcentaje era del 86%. Las razones son evidentes: nuevos mercados y modelos de negocio, una tremenda competitividad y, por encima de todo, la satisfacción del cliente. ¿Las tecnologías que nos esperan en 2019 seguirán empujando la inversión?
Todo indica que sí. Numerosos analistas defienden que el 5G va a propiciar un universo de servicios y de posibilidades para el entorno empresarial; no solo para sus clientes, sino también hacia dentro de las organizaciones, posibilitando nuevos tipos de relaciones, modelos y modos de trabajar; más aún en un mundo definido por la movilidad. No es para menos. Una generación de redes casi cien veces más rápida que la actual es mucho más que una ventaja para aquellos que desarrollan su labor fuera de un despacho y con los que el vínculo con su productividad, con los beneficios del negocio, descansa sobre el funcionamiento y el rendimiento de un dispositivo móvil.
5G será el factor fundamental en el impulso de soluciones innovadoras en nuestro país
El aumento de velocidad del 5G y, sobre todo, su mayor ancho de banda van a permitir a las empresas poder aprovechar el potencial de los dispositivos móviles, tanto de los actuales como de los que están llegando y llegarán en un futuro muy cercano. De hecho, según el citado informe, el 5G será el factor fundamental en el impulso de soluciones innovadoras para el 47% de las empresas de nuestro país.
La llegada del 5G, junto con el despliegue de dispositivos móviles y soluciones IoT, va a derivar en un inevitable aumento en la cantidad de datos transmitida entre ellos y los ordenadores centrales de las empresas o sus servicios cloud. Ello requiere una correcta gestión de este nuevo caudal de datos; de lo contrario, nos podemos enfrentar a caídas de servidores y redes, con las consiguientes pérdidas de tiempo y dinero.
Ante esta situación, cada vez más empresas se interesan por las capacidades de edge computing, debido a su capacidad para procesar una buena parte de la información que se genera en los extremos de la red, es decir, en los propios dispositivos. De este modo, no solo se reducen las posibles sobrecargas y la latencia, sino que también aumentan la productividad y el valor de los puestos de trabajo “de campo”, sobre todo en sectores como el logístico o el de los servicios de mantenimiento.
Volviendo al estudio, el 67% de los encuestados españoles afirma que mejorar la productividad de sus empleados ha sido la principal prioridad en la inversión tecnológica durante 2018. Además, el 50% de los directivos afirma que, sí o sí, incrementar la productividad de las organizaciones pasa, ineludiblemente, por un mayor énfasis en el uso de nuevas herramientas digitales.
A modo de conclusión, la velocidad del 5G y la capacidad de procesamiento del edge computing serán dos de los grandes protagonistas de las inversiones en tecnología durante 2019. Igualmente, y combinando ambas capacidades, veremos emerger toda una serie de nuevos dispositivos y aplicaciones para, por ejemplo, hacer uso de smartglasses en soluciones de realidad asistida en sectores como el industrial. De este modo, numerosos operarios podrán usar sus manos libremente sin renunciar a estar conectados, es decir, a recibir y emitir información y datos en tiempo real.