Se están creando las bases para las ciudades inteligentes del futuro

Ingeniero en electrónica por la Universidad de Stanford, el doctor Wu Chou cuenta con más de 20 años de experiencia en departamentos de I+D, ocupando puestos relacionados con esta área en empresas como Avaya (en su Avaya Labs Research) o anteriormente en Bell Labs (Lucent Technologies). Durante la pasada edición –2016– de CeBIT pudimos hablar con él para conocer cómo contribuye Huawei al nuevo segmento de las smart cities y cuáles de sus tecnologías se aplican en este campo.

En lo que respecta las smart cities, ¿cuáles son los sectores en los que se han especializado?

Podemos enumerarlos uno por uno, porque Huawei interviene en un gran número de sectores, en todo tipo de ámbitos, en los que aplica una amplia variedad de tecnologías.

Seguridad. En lo que respecta a la monitorización, la seguridad ciudadana es algo que preocupa a muchos ayuntamientos en las grandes ciudades, especialmente en estos tiempos revueltos. En este ámbito, proporcionamos tanto las cámaras de vigilancia como la plataforma que las gestiona.

Ciudades de todo el mundo están mostrando mucho interés en disponer de un buen sistema de control de cámaras, porque eso les permite, por ejemplo en situaciones de emergencia o excepcionales, tener una noción más directa de qué está pasando y dónde.

La seguridad preocupa mucho, especialmente en estos tiempos revueltos que vivimos

Iluminación. Sin embargo, donde hay un mayor interés en este momento es en los temas relacionados con la iluminación; este es un negocio que está creciendo especialmente. Las ciudades se están dando cuenta de que sus antiguas farolas con bombillas convencionales —de vapor de sodio o de mercurio— deben ser sustituidas por LED, con un consumo mucho menor (alrededor de un 80% menos que las farolas tradicionales). Y eso es un enorme ahorro para las arcas de la ciudad, inmediato y de fácil implementación: se cambian las bombillas y listos.

Pero hay más. El uso de esta tecnología LED permite que se pueda controlar la iluminación de forma dinámica y, por ejemplo, cuando se pone el sol, las farolas se pueden ir encendiendo poco a poco para mantener las condiciones de iluminación de la calzada. Lo mismo ocurre cuando hay niebla o mal tiempo. Esto es mucho más eficiente que temporizar las farolas a una hora fija con independencia de las condiciones de luz existentes en ese momento. Además, contribuye a la seguridad vial, ya que ayuda a tener las carreteras siempre bien iluminadas.

Complementando todo esto, Huawei proporciona las redes de comunicación que conectan estos sistemas luminarios. Las bombillas individuales pueden disponer de conexión wifi y conectarse todas en red para formar un sistema de iluminación inteligente o, por ejemplo, completarse con sensores de todo tipo, como aquellos que miden la calidad del aire; o también de movimiento, que se aplican en la gestión del tráfico.

De esta forma, cada farola se puede convertir en un punto neurálgico de información variada sobre la ciudad.

Bombillas LED para formar un sistema de iluminación inteligente

Eficiencia energética. En este ámbito, en algunos proyectos que ya hemos realizado en China, hemos conseguido ahorros energéticos de hasta el 62%, solo monitorizando los sistemas y luego emprendiendo las acciones necesarias para su uso eficiente.

Relacionado con esto debemos mencionar nuestras tecnologías de smart-metering, algo que ahora también se está imponiendo en muchos países del mundo y que, por ejemplo, utilizan las compañías eléctricas para obtener lecturas a distancia. Nosotros vamos más a allá y disponemos de soluciones que pueden, además de realizar la lectura correspondiente, controlar también el estado de los dispositivos (por ejemplo, calentadores de agua) para avisar de averías.

Tráfico y transporte público. Este es otro de los grandes topics. Las incidencias de tráfico en las capitales pueden provocar importantes atascos y, a través de los sistemas de control y gestión, se puede minimizar el impacto que puedan tener determinados eventos —como accidentes u obras— o incluso fenómenos meteorológicos como la lluvia, la nieve o el hielo.

Para recibir toda esta información colocamos cámaras y sensores de movimiento en los pasos elevados o en la señalización que hay por encima de los carriles, para monitorizar el flujo y el estado del tráfico en las vías, su densidad, velocidad media, acumulaciones, etc. Esta información se envía al centro de control.

Pero también existe otro tipo de monitorización de tráfico, con una granularidad diferente. En los Estados Unidos aplicamos un sistema especial a los autobuses escolares a través de siete cámaras. Las exteriores ayudan al conductor al abrir las puertas atendiendo a las circunstancias del tráfico, etc. Las del interior enfocan a los pasajeros y al conductor, con el propósito de incrementar la seguridad. El vehículo, además, incorpora un GPS para que tanto el centro escolar como los padres puedan saber en todo momento dónde se encuentra.

Con respecto al transporte público, tenemos un papel muy importante en lo relacionado con el autobús y las redes de metro. Gracias a nuestra experiencia en tecnologías de transmisión, podemos colocar repetidores de señal dentro de los túneles para una gran variedad de propósitos. Uno de los favoritos es la transmisión de señales de vídeo provenientes del exterior, para proyectarlas en pantallas instaladas en las estaciones de metro o en los propios coches que circulan por las vías. La idea es transmitir publicidad por estos enlaces inalámbricos.

Y esto tiene dos ventajas: la primera es que el viaje en metro (o en autobús, porque el sistema, naturalmente, también funciona en superficie) se hace menos aburrido para los pasajeros, ya que tienen algo que ver. La segunda, que es más importante para los organismos que gestionan el transporte, es que esto les permite conseguir una nueva fuente de ingresos a través de la publicidad emitida. Los espectadores están asegurados y, además, están en un entorno en el que no tienen mucho más que hacer.

Volviendo a los vehículos privados, estamos trabajando también en un sistema que proporcionará mayor fluidez al tráfico en las ciudades, resolviendo un detalle cada vez más importante: el aparcamiento. ¿Cuántos coches hay, en un momento dado, dando vueltas por una gran ciudad buscando aparcamiento? Muchos. Y todo eso son recursos desperdiciados: combustible gastado en vano, tiempo consumido en una actividad no productiva, nervios, accidentes y, sobre todo, muchos coches circulando por las calles que no deberían estar ahí, sino aparcados.

La solución que proponemos es el desarrollo de un sistema de aparcamiento automático. Para ello el vehículo deberá llevar un dispositivo LTE, a través del que se le informará, cuando lo necesite, acerca de dónde puede aparcar, de forma directa y sin necesidad de dar vueltas. Y el mismo sistema se puede aplicar a los parkings (privados o públicos), especialmente si son grandes y tienen muchas plantas. Si, al entrar, sabes que debes dirigirte a la segunda planta, plaza número 60, ahorras mucho tiempo y combustible.

Estamos trabajando en un sistema que resuelva el problema del aparcamiento

Smart factories (industria 4.0). Aunque está relacionado de forma indirecta con las ciudades inteligentes, Huawei también emplea sus tecnologías para apoyar las fábricas inteligentes, lo que ahora se denomina “industria 4.0” o la cuarta revolución industrial. Vemos un gran potencial en esta área y por ello aplicamos nuestras tecnologías de monitorización de la producción, por ejemplo, controlando los robots para incrementar la seguridad de operación y su eficiencia.

Pero hay muchas otras posibilidades, especialmente en el campo del tratamiento de imágenes. Me explico: tenemos un proyecto en una mina de carbón que, a priori, no parece un entorno favorable para convertirlo en inteligente. Sin embargo, hemos instalado un sistema de cámaras que vigila el paso de los camiones cargados de carbón y analiza cuánta carga llevan. De esta forma la mina sabe en todo momento si van por encima o por debajo de la producción estimada, cuántos viajes hace cada camión, cuánto tarda, etc. Es decir, hay muchas posibilidades en la industria para aplicar este tipo de tecnologías. Solo hay que ser lo suficientemente creativo.

¿Por qué Huawei?

Huawei es diferencial en este mercado. Por ejemplo, en el ámbito de safe cities tiene una presencia mayor que otros fabricantes, gracias a la calidad de su hardware actual y al que pueden desarrollar en el futuro para adaptarlo a las  nuevas tareas y necesidades.

Por otro lado, Wu Chou destaca también el ámbito de las comunicaciones: “Somos uno de los mayores suministradores de redes inalámbricas, y eso es algo diferenciador”.

Además, a pesar de su tamaño, son muy flexibles: “Esto incluye también a nuestra política de precios. Podemos llevar a cabo proyectos que nos resulten interesantes, incluso con márgenes muy reducidos, sencillamente porque nos interesaba su naturaleza. Ese es el tipo de compromiso que tenemos con las smart cities”.

¿Las smart cities son un futuro plausible para todas las ciudades?

En Huawei pensamos que son el futuro y por varios motivos. En primer lugar, creemos que no se puede vivir hoy en día sin las tecnologías de smart cities y de safe cities. Con la amenaza ubicua del terrorismo, los accidentes de tráfico, el incremento de la población en los núcleos urbanos, ciudades cada vez más grandes y extensas, se necesita un sistema de control y monitorización que permita mantener una visión global y que ayude a los diferentes organismos de gestión y a las fuerzas de seguridad.

En segundo lugar, desde un punto de vista tecnológico, estamos mucho más preparados que hace solo unos años. Ahora disponemos de conexiones inalámbricas completamente fiables y de LTE de banda estrecha, lo que permite unas comunicaciones más fluidas y rápidas, acercándonos a un escenario de IoT.

Estos dos argumentos crean un escenario que, combinado con el interés de las ciudades por este tipo de tecnologías a la hora de incrementar la eficiencia en la gestión o reducir los gastos, está creando las bases para las ciudades inteligentes de los próximos años.

¿Qué productos, tecnologías o sistemas están despertando más interés?

En realidad, todo lo que hay alrededor de las smart cities está despertando mucho interés. Los sistemas de monitorización son, tal vez, unos de los más demandados. Dada la relación directa que tienen con la seguridad, las cámaras, los sistemas de procesamiento de imágenes (que alcanzan a analizar hasta un millón de imágenes por segundo) y los equipos de control están despertando un especial interés. Esto también incluye los sistemas de reconocimiento facial o de matrículas.

Otro campo que también tiene mucha demanda es la iluminación LED. El motivo es bastante obvio, ya que produce un ahorro importante, inmediato, y su implementación es casi trivial. Por otro lado, con nuestras soluciones, las farolas dejan de ser meros puntos de iluminación y, a través de las bombillas LED IoT, se convierten en elementos mucho más valiosos. Pueden servir para construir una red wifi entre ellas o incluso soportar una red de servidores. De hecho, existe la posibilidad de que la ciudad pueda comercializar este canal de comunicación y conseguir unos ingresos adicionales. Las posibilidades son realmente ilimitadas.

¿Y qué soluciones están mostrando un mayor crecimiento en este momento?

Pues, sin duda, la iluminación LED es el segmento que más se está desarrollando en estos momentos, seguramente por la versatilidad que ofrece como complemento al ahorro de costes inherente. En este momento es nuestro producto estrella.

En cualquier caso, las cámaras también están dando muy buenos resultados, ya que garantizan una elevada calidad de las imágenes proporcionadas y esto es algo que las autoridades de las ciudades aprecian mucho. Además, la elevada resolución y calidad es necesaria para un posterior tratamiento de las imágenes, que es algo que todos tienen en mente, si no lo están aplicando ya.

Para llevar adelante esto es necesario colaborar con otras compañías

Efectivamente. Por ejemplo, con la industria del automóvil la colaboración es muy buena. Nosotros ofrecemos la tecnología, o el hardware, y los distintos fabricantes desarrollan su propio
software en función de las necesidades. De hecho, en este sentido acabamos de firmar contratos con tres fabricantes de automóvil alemanes (Mercedes, Audi y BMW). Nosotros proporcionamos los chips y ellos crean las aplicaciones. En otros casos, nosotros lo proporcionamos todo.

Somos muy flexibles con respecto a esto, lo cual facilita la interacción con las empresas, ya que cada una tiene sus propias necesidades.

En cuanto a los estándares, ¿hay algún organismo que los esté regulando?

Esa es una muy buena reflexión. Está claro las smart cities son algo que está creciendo de forma muy rápida y las ciudades contratan a diferentes proveedores, cuyos sistemas, al final, tendrán que hablar entre ellos. Por este motivo, en Huawei utilizamos siempre los estándares actuales, hasta donde es posible, para facilitar esta posterior integración entre los sistemas.

Todavía no existe ningún organismo de estandarización, pero, además, resulta que ahora mismo estamos desarrollando tecnologías propias. Y eso significa que se tardará un tiempo en que lleguen a estandarizarse o a proponerse para la estandarización. Un ejemplo es la tecnología LTE de banda estrecha, que es por la que estamos apostando para el IoT porque creemos que es la que tiene más futuro. Con otras tecnologías no hay un crecimiento asegurado, pero en el caso de LTE de banda estrecha es posible una mejora de, al menos, dos órdenes de magnitud. Y eso nos asegura la supervivencia de esta tecnología para los próximos cinco o diez años, como poco.

La ventaja de esta propuesta es que las inversiones en investigaciones que estamos haciendo nosotros, y las inversiones en tecnología que hagan las ciudades, servirán durante las próximas décadas y no tendrán que ser sustituidas rápidamente.