Digitalizar no es un objetivo en sí mismo, lo que buscamos es ser más eficientes

Ingeniero superior de Telecomunicaciones por la Universidad Politécnica de Madrid, cuenta con más de 20 años de experiencia en el ámbito de las TIC. Comenzó su carrera profesional en empresas de consultoría y, después de su paso por Correos —ocupando diferentes responsabilidades dentro de la dirección de Tecnología y Sistemas durante trece años—, llegó a Acciona Energía hace año y medio como director de TI y de Transformación Digital.

¿Cuáles son tus objetivos en Acciona Energía?

Hay dos áreas de responsabilidad muy importantes. Por un lado, buscamos hacer que evolucione el nivel de madurez de la función de sistemas de información dentro de Acciona Energía, teniendo en cuenta que, fruto del empuje de la digitalización, el mundo de las TI está desempeñando un papel cada vez más relevante en los procesos de la compañía.

Una de las áreas de actuación es desarrollar las arquitecturas de sistemas de información para poder dar cobertura a la digitalización y sustentar de forma adecuada este proceso de cambio. Hablamos de arquitecturas de datos, de microservicios, de cloud, etc. De nada sirve que hagamos una app con un interfaz muy visual si debajo no hay una integración real con los sistemas que albergan el dato en nuestra compañía, o si este no es el adecuado o no es relevante.

Esto nos va a permitir incrementar la eficiencia y ser más competitivos, incorporando la digitalización en nuestros procesos de construcción, operación y mantenimiento, y comercialización. Se trata de, por ejemplo, buscar un mayor grado de automatización, o de poner el dato en el centro de la compañía para tomar mejores decisiones en tiempo real aplicando analítica predictiva e inteligencia artificial.

Pero, además, buscamos también incentivar el necesario cambio de cultura en la organización para hacer las cosas de forma diferente. Este enfoque tiene más que ver con el “cómo”, algo que para nosotros es muy importante. Ahí es donde se ve la transformación real de la compañía. Peter Druker dijo aquello de que “la cultura se come a la estrategia para desayunar”. De poco servirá esta transformación si no abordamos todo lo relacionado con la cultura, si no se introducen nuevas formas de trabajo y se fortalece su adopción.

De poco servirá la transformación si no abordamos lo relacionado con la cultura

¿Cómo estáis desarrollando esta transformación?

En 2018 iniciamos nuestro Plan de Transformación Digital, con una duración estimada de tres años. En él estamos actuando sobre esos dos ejes fundamentales: el “qué”, a través de proyectos de digitalización en departamentos como pueden ser la Dirección de Producción y el de Gestión de la Energía; y el “cómo”, trabajando la cultura digital a través de iniciativas que tienen mucho que ver con las personas y las formas de trabajo.

Además, este escenario de transformación necesita un modelo de gobierno muy bien definido y conectado con la gestión de la demanda de TI, capaz de evaluar todas las iniciativas digitales a través de los líderes digitales que hemos identificado, así como de integrarlas en nuestro Plan de Transformación Digital.

En cualquier caso, se trata de un plan vivo, en el que van a ir entrando nuevas iniciativas según vayamos señalando más procesos en el resto de la compañía. Utilizarán, o no, tecnologías digitales, pero estarán siempre orientadas a hacer más eficientes los procesos.

¿Qué papel representan las TI en este proceso?

En Acciona Energía es muy importante la operación y el mantenimiento —que controlamos desde diferentes centros a nivel mundial— y, desde luego, la venta de la energía al mercado. Nuestra cadena de valor está ligada a cuatro departamentos principales: desarrollo de negocio, ingeniería y construcción, operación y mantenimiento, y la gestión de la energía o la venta al mercado.

Para entender bien el contexto hay que tener en cuenta que una cosa son las TI (tecnologías de la información) y otra las TO (tecnologías de la operación), cuyo objetivo es detectar o cambiar los procesos físicos a través de la monitorización y el control de dispositivos, como pueden ser tuberías o válvulas. La actual explosión digital ha hecho cada vez menos relevante la separación entre estos dos ámbitos. Por ejemplo, en lo relativo a la ciberseguridad, un virus puede entrar por un firewall instalado en una turbina, por el un SCADA o a través de un Office instalado en un PC. De ahí viene la importancia creciente del papel que están desempeñando los sistemas de información a la hora de dar una respuesta global al actual escenario.

La nube ha sido una apuesta clara en este sentido

La evolución a modelos de cloud se inició en Acciona Energía hace tiempo, fundamentalmente en plataforma Azure y en un modelo IaaS y PaaS, aunque también contamos con diferentes ejemplos de aplicaciones en modelo SaaS.

No hay una obsesión por la nube. Usamos este modelo allí donde creemos que puede tener una aplicación clara, aunque es evidente que se trata de una de las palancas de transformación sobre las que tenemos que trabajar. A nivel global de Acciona, y dentro de una iniciativa estratégica corporativa, estamos cambiando el modelo de operación teniendo en cuenta la nube como elemento central.

En el camino hasta este punto podríamos decir que ha habido ventajas y lecciones aprendidas. En el primer punto, por ejemplo, podemos hablar de la flexibilidad y la agilidad que provee en nuestra respuesta a las iniciativas de Negocio. En cuanto a lo que hemos aprendido, hay que destacar la necesidad de trabajar en modelos claros de gobierno de la nube cuando empiezas a incrementar tu madurez en el cloud.

Negocio debe estar involucrado para que la transformación tenga sentido

En cuanto a la cultura digital, ¿cómo la estáis potenciando?

En este ámbito hemos puesto en marcha diferentes acciones englobadas en el Plan de Transformación Digital definido en Acciona Energía. Por ejemplo, recientemente hemos cerrado un backlog que recoge iniciativas de mejora por parte de los líderes digitales que estarán repartidos por los diferentes departamentos de Negocio. Desde principios de año estamos analizando toda esta información y tenemos previsto colaborar con el área de RR. HH., que, obviamente, será clave en todo el proceso. A partir de ahí, y junto con estos líderes digitales, estamos ya trabajando en priorizar todas esas iniciativas y empezar a ejecutarlas.

Por otra parte, hemos introducido elementos de Agile, formando a una serie de perfiles y capacitándolos para trabajar en esa metodología, seleccionando a aquellos que pueden realizar una buena labor como scrum master en la compañía, etcétera. Eso sí, no buscamos que toda la organización trabaje en Agile. Utilizaremos esta metodología solo en aquellos proyectos en los que tenga sentido hacerlo. Si tengo claro cuál es el producto final y cómo conseguirlo, y esto no va a cambiar, es absurdo hacerlo en Agile. Si no tengo esas certezas, quiero llegar a un objetivo, pero no sé muy bien cómo, y necesito testear y detectar productos mínimos viables, pues lo haremos en Agile.

Por eso es tan importante el gobierno del programa, porque ahí se decide también cómo se va a abordar cada una de las iniciativas, sea tecnológica o no, aunque casi todas tienen un componente que está relacionado con los sistemas de información. En nuestro negocio diferenciamos de forma muy clara la tecnología de los sistemas de información. Al final somos una empresa de ingenieros.

Lo que hay que tener claro es que esto no va de hacer un curso y ya está. Es un proceso constante y diario. Solo estamos empezando, pero este cambio cultural —el “eje del cómo”— está llamando más la atención que el denominado “eje del qué”.

¿También están involucradas las áreas de negocio?

Nuestro Plan de Transformación Digital no es algo específico de TI. Si Negocio no está involucrado desde el principio, esto no tiene sentido. Digitalizar los procesos no es un objetivo en sí mismo, lo que buscamos es ser más eficientes. En nuestro modelo de gobierno están estos líderes digitales, que nos ayudan a priorizar y determinar qué iniciativas tienen sentido, a hacer un seguimiento sobre los KPI que debemos tener, a saber si se están cumpliendo los objetivos…

Es muy importante medir lo que estamos haciendo y tener claro qué resultados se consiguen. Por eso es tan importante que haya un programa capaz de alinear todos los procesos en curso con sus respectivos indicadores, lo que nos permite conocer de forma clara, junto con las áreas de Negocio, si estamos cumpliendo los objetivos marcados.

Además, un objetivo en sí mismo es cambiar la cultura. Si este proceso no lo haces permeable a los líderes digitales, y estos a sus departamentos, no vas a cambiar nada. Al final se trata de un despliegue fractal. Si consigues inocular a los líderes digitales esa nueva manera de hacer las cosas, ellos lo llevarán a sus departamentos y no necesariamente en proyectos que estén ligados directamente a TI.  Así es como habremos triunfado en el cambio cultural.

Acciona Energía

Es el mayor operador energético global que trabaja exclusivamente con energías renovables. Acciona Energía es una empresa B2B que opera instalaciones propias —aunque también algunas de terceros— de energías renovables, que comercializa en los mercados eléctricos y a través de contratos bilaterales con grandes clientes comprometidos con su reducción de la huella de carbono.

Opera en más de 20 países de los cinco continentes, a través de instalaciones operativas en cinco tecnologías: eólica, fotovoltaica, hidráulica, biomasa y termosolar. Cuenta con una capacidad total en propiedad que supera los 9 GW, y aproximadamente 2 GW adicionales para terceros.

Además, es accionista de referencia de la empresa alemana Nordex, líder mundial en la fabricación de aerogeneradores.

“Somos la utility más verde del mundo. El 100% de nuestra energía es renovable”.

¿Cómo está percibiendo esto vuestro cliente?

Primero hay que ver qué entendemos por cliente. Para mí, como departamento de sistemas de información, mi cliente son las áreas de Negocio, aunque al final no hay que olvidar al “cliente final”, que es el que compra la energía o con el que tenemos acuerdos bilaterales.

La percepción que tengo es que no hay un impulso muy fuerte por parte de ese “cliente final” si lo comparamos con los anteriores sectores en los que he trabajado. Por ejemplo, en logística los clientes demandaban determinadas funcionalidades —de integración, por ejemplo—y si no eras capaz de ofrecerlas, directamente se van a otro proveedor.

En Acciona Energía no existe una presión muy elevada por parte de ese “cliente final”, aunque sí que se está trasladando, por parte del cliente interno, la necesidad de ser más eficiente en precio, incorporar más calidad cuando se entrega una obra para empezar a operarla, ser más predecible en cuanto a la energía que vamos a ser capaces de producir a partir de las demandas que vamos a tener. Esto es muy importante, porque nosotros —para evitar penalizaciones en determinados mercados— debemos producir exactamente lo que nos demandan, y ahí es donde empiezan a tener cada vez más peso los sistemas de información.

Sobre todo, nos solicitan procesos más eficientes, pero también que este camino de transformación se haga de forma ordenada para conseguir que las operaciones se hagan más rápido, con más seguridad y de la forma más automatizada posible.

Estamos utilizando blockchain para asegurar que la energía es 100% renovable

¿Qué tecnologías utilizáis para conseguir estos objetivos?

Para nosotros, la tecnología no es un fin en sí mismo, sino que es parte de un desarrollo que tiene un objetivo claro. Nuestro enfoque es tener una visión global de ese proceso y, si es necesario, aplicar la tecnología que pueda aportar valor o ayudarnos a ponerlo en marcha.

Con este tipo de enfoque estamos desarrollando experiencias interesantes a la hora de hacer encajar oferta y demanda en el mercado de la energía, o aplicaciones relacionadas con mantenimiento predictivo a través de técnicas de big data y machine learning, buscando hacer más eficientes la operación y el mantenimiento. Eso sí, aquí todavía hay mucho camino por recorrer. No hay magia. Se trata de determinar patrones y tomar conclusiones a partir de los datos que se desprenden de los casos. Pero si tienes pocos fallos, como nos ocurre a nosotros, es muy complicado determinar esos patrones. Hasta ahora, los modelos de predicción que hemos probado no funcionan bien porque el número de fallos —o de datos— necesarios para aprender no ha sido elevado. Ya hemos hecho pruebas de concepto y los resultados no han sido los esperados.

Sí tenemos aplicaciones en tecnologías de realidad aumentada o virtual, o de movilidad, y estamos haciendo pruebas de concepto con temas como la RPA, en la que seguramente saldrá alguna aplicación en el área financiera o en la de gestión de la energía, o en blockchain, que se está aplicando para asegurar a los clientes que la energía es 100% renovable, tanto en lo que se refiere a almacenamiento como en cuanto a inyección para su instalación.

Precisamente, una de las tecnologías que identificamos como de mayor valor futuro es 5G, que debería ayudarnos a mejorar la conectividad en todas nuestras instalaciones, muchas veces situadas en lugares con orografías complicadas y donde no hay demasiada cobertura.

En cualquier caso, a nivel corporativo estamos adscritos a la Dirección de Tecnología e Innovación, donde se trabaja en diferentes hubs tecnológicos para identificar las tendencias que están llegando y si las podemos aprovechar en nuestros procesos de negocio.  De ahí están saliendo algunas iniciativas, aunque todavía no tenemos una aplicación real.