¿Todavía hay alguien que piense que la transformación digital no afecta a su sector? Incluso los más tradicionales utilizan ya la tecnología en mayor o menor medida; y, en muchos casos, están dando el salto a la nube, al machine learning, a la inteligencia artificial, al blockchain…
Vamos a poner un ejemplo especialmente interesante que se desarrolla en uno de esos sectores considerados como más tradicionales. En esta ocasión me gustaría hablaros del descubrimiento electrónico (e‑discovery), que describe cualquier proceso en el que los datos electrónicos se buscan, protegen, localizan, exploran y recuperan para emplearlos como evidencia en un caso civil o penal. El descubrimiento electrónico de esta información puede realizarse tanto en los sistemas de almacenamiento que utiliza cualquier dispositivo electrónico (offline) como en una red donde pueda estar almacenada (online).
Ya hace tiempo que se viene usando el e‑discovery para encontrar evidencias en casos civiles o penales, con el objetivo de rastrear las evidencias criminales y poner a disposición de un tribunal la información que tiene que ver con un determinado litigio. Para este fin, existen herramientas que han sido diseñadas específicamente para la recuperación de datos, que hacen su labor incluso después de que un usuario haya intentado eliminarlos.
Hay que tener en cuenta que la destrucción total de los datos digitales en un dispositivo electrónico es un proceso extremadamente difícil, y todavía lo es más si los datos se distribuyen en una red.
Cada vez más, la tecnología legal está en el radar de un buen número de fondos de inversión
Disco y legaltech
Además de una serie de razones legales para recuperar estos datos por parte de autoridades policiales, existen también motivaciones que están asociadas a la eficiencia y que son las que explican el auge del e‑discovery. Por ejemplo, podemos citar que ayuda a los profesionales del ámbito jurídico a acelerar los tiempos de revisión, a mejorar la precisión de las búsquedas, apalancándose en la inteligencia artificial, y a proteger la información. En resumen, la transformación digital está mejorando la eficiencia de este gremio, al igual que lo está haciendo con otros muchos.
Todo lo anterior hace que la tecnología legal esté en el radar de un buen número de fondos de inversión, y que la vean como una oportunidad caliente y aún sin explotar. Por ejemplo, la empresa Disco ha recaudado 135 millones de dólares desde su nacimiento, y se ha convertido en la startup de tecnología legal que ha recaudado más financiación hasta la fecha.
Como viene siendo habitual en nuestra época, las valoraciones tienen en cuenta que el mercado se irá consolidando y que las soluciones de redescubrimiento en la nube reemplazarán a los proveedores de servicios más tradicionales. Lo que es muy evidente es que, más pronto que tarde, el denominado legaltech afectará a todo el mercado legal.
El fundador de Disco, Kiwi Camara, afirma que la misión de su startup es crear tecnología para modernizar la práctica del derecho, y que el e‑discovery es solo el principio, ya que las posibilidades de aplicar la inteligencia artificial y otras tecnologías en todas las áreas de la práctica legal son muy altas.
Por ejemplo, Disco recientemente ha hecho público cómo emplea sus herramientas de análisis el bufete Bunsow De Mory, uno de sus clientes. Estas herramientas le han permitido ahorrar cientos de horas de trabajo en los procesos de búsqueda y organización del contenido, pero, además, gracias a ellas también ha podido demostrar deficiencias en los documentos de sus oponentes.