Apoyándose en la distensión que proporcionan mesa y mantel, aggity ha reunido a una treintena de empresas del sector industrial con la finalidad de compartir las preocupaciones de los directivos y responsables de las plantas de producción de nuestro país.
El encuentro contó con la participaron de Oscar Pierre, presidente y CEO internacional de aggity, y Pablo González, CEO de aggity España. Junto a ellos, también participaron Gabriel Alarcón, director general de Sener, ingeniería con la que aggity tiene suscrito un acuerdo de especial relevancia para el sector industrial, mediante el que ofrece al mercado una propuesta única que combina tecnología e ingeniería.
Se trata de responder al reto que afrontan las empresas industriales en cuanto a la mejora continua de su eficiencia operativa y su sostenibilidad
Con esta propuesta, aggity y Sener responden al reto que afrontan las empresas industriales en cuanto a la mejora continua de su eficiencia operativa y su sostenibilidad medioambiental. Este es un aspecto que, además de pesar cada vez más en los hábitos de compra de los consumidores, ha ganado enorme criticidad como consecuencia de la crisis energética actual.
Adaptarse mediante la tecnología
Como cualquier otro segmento de la economía, la industria vive en un entorno sometido a continuos cambios, muchos de ellos inesperados. De hecho, se ha tornado imprescindible la capacidad de adaptación, reacción y, sobre todo, anticipación; atributos, hoy por hoy, que solo el uso intensivo de la tecnología hace posibles.
Tal y como quedó patente durante la conversación, el sector industrial, que representa en torno a un 15% del PIB español, se enfrenta a una etapa no exenta de dificultades. Las claves que permiten sortearlas son la integración de la tecnología en los procesos de producción y de negocio, así como la conversión de los datos en conocimiento útil para definir la estrategia.
El sector industrial debe trabajar para convertir los datos en conocimiento útil para definir la estrategia
Enrique Ramírez, director general de Pladur/Algiss, aportó algunos datos reflejados en la quinta edición del informe Smart Industry 4.0. Los retos en camino hacia la transformación digital. El documento expone un cambio de tendencia muy acentuado, en el que aumenta hasta el 43% el porcentaje de empresas que no cuentan con planes de formación y capacitación para la inclusión de nuevas tecnologías, una cifra que se situaba en el 16% en 2021.
La causa que sugiere el informe es lo acelerado del desarrollo tecnológico, que hace que, en poco tiempo, los cambios estratégicos que deben acometerse queden obsoletos y, consecuentemente, que los planes de formación deban ser reformulados. En cualquier caso, solo el 21% de las empresas contaron en 2022 con un plan de transformación digital, y ya están obteniendo resultados, frente al 71% de 2021; y muchas compañías, el 57%, siguen empleando métodos muy básicos, incluso manuales, para gestionar sus cadenas de suministro.
Además, según el informe, en los próximos tres años más del 75% de las empresas quieren invertir en procesos tales como la planificación de cadena de suministro y la demanda, debido seguramente a la incertidumbre en el suministro de materias primas y a la necesidad de controlar con más rigor el stock y la logística interna.
De hecho, según el Banco de España, cerca del 45% de las compañías manufactureras están teniendo problemas para desarrollar su actividad por problemas de suministro de sus proveedores habituales. Un reto al que se suman otros como el incremento de los precios energéticos o los costes del transporte, con un impacto muy negativo en sectores como el industrial, muy abiertos a la economía mundial.
El factor energético
Al margen de estos datos empíricos, en el almuerzo quedó patente la pasión de los hombres y mujeres que, en su día a día, lideran este sector, así como la inquietud compartida a la hora de ver la tecnología como el factor que va a permitir afrontar el futuro. Un futuro al que, como apuntó Gabriel Alarcón, la gestión del dato está llegando empujada por el proceso de descarbonización que ha de afrontar la industria antes de 2030. El objetivo es convertir la eficiencia energética, hasta hace poco irrelevante, en un aspecto trascendental.
Según expuso Javier Alarcón, la crisis climática ha roto el equilibrio y la economía responde a ese desajuste con medidas como la promulgación de normativa o la creación de impuestos. Desde una perspectiva más positiva, Alarcón apuntó cómo aquellas industrias que están adoptando políticas y estrategias encaminadas a adaptarse a esta nueva situación, favorables a la sensibilidad medioambiental, son aplaudidas socialmente, algo que se convierte en una auténtica ventaja competitiva.
El primer paso para cambiar las cosas es la digitalización del negocio, que permitirá obtener los datos suficientes para conocer qué está pasando. A partir de ahí, lo habitual es dar el salto a la producción y, gracias a los datos, actuar sobre la eficiencia energética. De hecho, si se produce el “clic” (tal como lo definió), esa eficiencia, o incluso el uso de energías novedosas, puede propiciar cambios en el propio modelo de negocio, impensables antes.
Eficiencia energética, driver de la industria
Según Pablo González, es necesario convertir los datos en información y transformar esta a su vez para llegar al conocimiento. El debate no debe centrarse en el algoritmo, sino en qué razones impiden que una empresa extraiga todo el valor de sus datos. Hay que catapultar el dato para poder transformarlo en conocimiento y, de ahí, dar el salto incluso a la capacidad de predicción. Solo así los datos impactan en las cuentas de resultados.
Una vez conseguido, hay que asegurarse de que el ciclo se repita. El driver fundamental de la industria está dejando de ser la mano de obra, que cede su lugar a la eficiencia energética.
Oriol Guisa, presidente de La Farga, ahondó también en la cuestión de los datos, apuntando a la necesidad de que estos sean correctos. Además, una misma información se puede interpretar de diferentes maneras según el departamento que la analice, con el consiguiente riesgo de confusión y problemas. Por ello es fundamental analizar cómo nos acercamos a los datos: deben estar limpios, pues solo así es posible sacar conclusiones acertadas.
El driver fundamental de la industria está dejando de ser la mano de obra, que cede su lugar a la eficiencia energética
Josu Ugarte, presidente de Schneider Electric para Iberia, también centró su atención en la limpieza de los datos. De hecho, el 98% de las empresas que analizan disponen de datos erróneos. A su juicio, el reto es la descarbonización, sí, pero sin arruinarse; y para ello hay que abordar un plan estructurado a medio plazo.
Según Javier Alarcón, el sector ha de ser consciente de que estamos en un mundo de tendencias, y una de ellas es la sostenibilidad. Esto significa tener en cuenta tres catalizadores clave: estar atentos a los horizontes tecnológicos, abordar la transformación digital y no perder de vista la inteligencia artificial, que trae consigo una revolución.
