Las empresas vinculadas al sector de la construcción están inmersas en un particular itinerario para llevar a cabo la tan necesaria transformación digital. A pesar de los diferentes objetivos de cada una de ellas, todas coinciden en la necesidad de encontrar el mejor modo de unir innovación y negocio. Para poner algo más de luz sobre este escenario, hemos organizado un interesante encuentro promovido por Appian y SEOPAN, en el que participaron representantes de compañías referentes en este sector.

Si analizamos el sector de la construcción en su conjunto encontramos que es uno de los menos digitalizados de nuestra economía, tan solo por delante de la pesca y la agricultura. Aunque esto, en ocasiones, supone un hándicap, también puede ser una ventaja, una oportunidad de mejora. En términos generales, se trata de un sector muy atomizado, en el que operan alrededor de 200 000 empresas, de las que un 90% son pymes o micropymes.

En opinión de Ricardo Cortés, director del Área Técnica de SEOPAN, “las grandes empresas de infraestructuras siempre han destacado por su alto nivel tecnológico. Están presentes en más de noventa países. De hecho, un 90% de la facturación proviene de contratos en el exterior, de proyectos en EE.UU, Canadá, Australia, Inglaterra o Suecia”.

Estar en la punta de la tecnología conlleva un importante trabajo previo en I+D+i, pero esto se traduce después en un elemento diferencial con respecto a la competencia.
Es evidente que nos encontramos en un momento crítico, continúa Cortés. “Las anteriores revoluciones industriales fueron para beneficio de los trabajadores, para alcanzar importantes mejoras en la productividad de la cadena de fabricación o en la calidad del producto; pero la Revolución 4.0 pone el foco en las personas, en fabricar y construir de acuerdo con los gustos personales de cada consumidor”.

En este contexto hay un elemento estratégico: la recogida de datos sobre las preferencias y el comportamiento de los consumidores. “Esto es lo que facilita un conocimiento del mercado estratégico para todas las industrias y, por tanto, también para la construcción”. Aquí es donde entran en juego los sensores y el uso de todas aquellas tecnologías que están permitiendo a las empresas responder de forma ágil a la dinámica del mercado y tomar decisiones en función de los deseos y las actitudes de las personas.

Integrar la tecnología

De un tiempo a esta parte estamos viviendo la aparición de toda una serie de iniciativas por parte de compañías de todos los tamaños, para integrar tecnología en los procesos relacionados con las empresas constructoras. Como asegura José Luis García, Account Executive Broad Markets de APPIAN, “todos estos servicios ofrecen mejoras muy importantes destinadas a mejorar el entorno TI, pero deben enfrentarse a una serie de retos relacionados con los múltiples silos de información o con la necesidad de integrarse con las aplicaciones legacy. Esto supone un hándicap, en un momento en el que el mercado obliga a ser mucho más ágiles y a disponer de los datos que se encuentran almacenados en silos repartidos por toda la compañía, lo que dificulta compartirlos y que estén disponibles”.

El mercado obliga a ser mucho más ágiles y a disponer de los datos almacenados en silos repartidos por toda la compañía

En definitiva, un contexto heredado que nos ha traído hasta aquí, pero que debemos ser capaces de desarrollar para aportar un valor adicional. “Las compañías constructoras necesitan ir un paso más allá. Necesitan poner en marcha un entorno tecnológico en el que, conviviendo con los sistemas legacy, tengan cabida las tecnologías disruptivas para poder dar respuestas a las metas empresariales”. Se trata de poder desarrollar nuevas aplicaciones rápidamente y, además, disponer de una capa que facilite su movilización, teniendo en cuenta la irrupción de las nuevas ciudades inteligentes, en las que la conexión y la movilidad son fundamentales.

Invertir en la modernización

Tras los tiempos difíciles que ha vivido la construcción en nuestro país, en los tres últimos años se han producido importantes inversiones en digitalización. Tal y como comenta Patrocinio Vicente, responsable de aplicaciones de SACYR: “Por ejemplo, nosotros estamos haciendo una serie de proyectos para unificar y dar una respuesta eficiente a la gran dispersión de sistemas financieros, de herramientas de gestión y de desarrollos a medida con los que nos encontrábamos dentro de nuestras organizaciones”.

Aunque en SACYR cuentan con un framework interno para el desarrollo de sus propias soluciones de negocio, que combinan con la plataforma low-code de Appian para poner en marcha aplicaciones con un time-to-market muy rápido.

Es algo que no encontrábamos en el mercado, sobre todo en el área de negocio. Ya contamos con una primera aplicación para el gobierno del dato, muy necesaria en un momento en el que su calidad se había vuelto ingobernable. Hasta el momento hemos implantado cinco procesos, en los que el time-to-market ha sido inferior a dos meses. Todo ello con un grado de satisfacción muy alto. De hecho, ya hay una siguiente fase planificada en la que vamos a integrar RPA”.

Además de esto, van a acometer otro proyecto relacionado con la gestión documental basado en SharePoint, que cuenta con una serie de workflows de aprobación que son muy fáciles de personalizar con esta herramienta. “Nuestros usuarios de negocio no han dudado y agradecen mucho la sencillez de uso de esta plataforma. Se trata de hacer aplicaciones de forma muy ágil y con un time-to-market muy rápido”.

El dato, uno de los grandes retos

El dato es uno de los retos más importantes. Como apunta Manuel Ménendez, responsable del Departamento de Digitalización y Mantenimiento Predictivo de Grupo Vías. “En 2009 ya estábamos utilizando lo que entonces denominábamos inteligencia computacional para el mantenimiento predictivo, y nos dimos cuenta de que el principal hándicap al que nos enfrentábamos era el dato. Cada uno de los administradores ferroviarios internacionales con los que trabajábamos almacenaba el dato de una manera diferente, lo que dificultaba mucho nuestro trabajo”.

A partir de 2012 empezaron a desarrollar proyectos en los que la robótica, la inteligencia artificial y los algoritmos predictivos tenían un papel muy importante a la hora de ser capaces de analizar esa información. “Si pudiéramos implantar esta solución a través de una herramienta rápida de instalar y fácil de utilizar, que no dé problemas y ofrezca un servicio eficiente, sería perfecto”.

En estos momentos casi todas las compañías disponen de presupuestos que pueden ayudar al desarrollo de nuevas aplicaciones

Para llevar a cabo todo esto es imprescindible realizar inversiones. Como asegura Ibai Garay, responsable de implantación de cultura digital y mejora de procesos de negocio de OHL, en estos momentos casi todas las compañías disponen de presupuestos que pueden ayudar al desarrollo de nuevas aplicaciones para dar servicio a las necesidades que surgen día a día. “De un tiempo a esta parte existe una tendencia de mayor inversión en tecnología, pero también es cierto que, durante este tiempo, todas las aplicaciones se han ido modernizando. Hemos llevado a cabo migraciones a la nube o se han realizado optimizaciones en las áreas de TI manteniendo el nivel de servicio y el volumen de aplicaciones”.

Ibai Garay aporta un dato nuevo: los proveedores también se han amoldado a este nuevo escenario, en lo que respecta tanto a las necesidades del mercado como a los nuevos presupuestos con los que cuentan las empresas. “Los proveedores están trabajando para modificar las aplicaciones legacy y para dotar a los departamentos de herramientas de análisis. Están adaptándose a una nueva realidad para conseguir que la tecnología sea lo más competitiva posible, ayudando a las empresas a rentabilizar las inversiones”.

Plataforma low-code

Una de las respuestas ante un escenario tan complejo como el que caracteriza a las empresas constructoras es el uso de una plataforma low-code como la que propone Appian.

Básicamente, permite añadir una capa adicional sobre lo ya existente. Propone un modelo que permite construir aplicaciones empresariales hasta veinte veces más rápido (en un máximo de ocho semanas) que los desarrollos tradicionales, y de una forma mucho más sencilla. Gracias a la utilización de componentes preconstruidos y probados, los usuarios de negocio pueden, simplemente, “coger y arrastrar” estos bloques funcionales, y el desarrollador solo tendrá que configurarlos, enrutarlos o actualizar la información.

Otra de las virtudes de esta plataforma es la posibilidad de conectar y mejorar las aplicaciones existentes, entornos IBM AS/400, soluciones Oracle, SAP o Workday, o incluso pequeños aplicativos que resuelven funcionalidades puntuales. Appian pone una capa por encima que conecta todas estas fuentes de datos y aplicaciones, y permite extender su funcionalidad añadiendo tecnologías tales como inteligencia artificial, RPA o reglas de negocio para ejecutar procesos de forma más eficiente y segura.

Competitividad y rentabilidad

Para conseguir estos dos elementos estratégicos, la competitividad y la rentabilidad, será necesario un avance tecnológico no solo en las empresas constructoras, sino también por parte de los proveedores con los que trabajan. Santiago Gonzalo, director de Transformación Digital de ACS SCE, así lo afirma: “Este crecimiento y evolución no es algo que podamos dejar de lado. En nuestro caso, tenemos en marcha proyectos importantes de transformación digital en el área de operaciones, en varias filiales del área industrial. Esto afectará a miles de empleados, que van a trabajar con tablet y smartphone a los domicilios del cliente, lo que hará más eficientes los servicios”.

En ACS buscan continuamente casos de éxito y de aplicación de todas estas tecnologías, utilizando la analítica predictiva para hacer más eficiente el mantenimiento y la operación. “Este es un camino que estamos siguiendo diferentes empresas del holding en todo el mundo. Estamos trabajando con BIM (building information modeling) en diferentes tipos de proyectos y queremos seguir dinamizándolo a otras actividades donde su uso tiene un claro sentido. Para la adopción de esta metodología, que puede aportar grandes beneficios, es necesario que todos los jugadores estén implicados”.

Para la adopción de esta metodología, que puede aportar grandes beneficios, es necesario que todos los jugadores estén implicados

Por su parte, Pierre Patrick Buffet, director of Analysis and Strategy de Acciona Infraestructuras, coincide en la necesidad de la digitalización. En su opinión, “nos enfrentamos a dos mundos: por un lado, hacia dónde nos lleva nuestro entorno y, por otro, las necesidades de nuestros clientes”. Pero Buffet introdujo un nuevo elemento en la discusión: todo lo relacionado con el cumplimiento. “Dependiendo de los mercados, hay un grado u otro de madurez y, por ello, es complicado configurar un modelo económico más allá del coste inicial del proyecto”.

Esta falta de normalización y de homologación se pone de manifiesto cuando, para un determinado proyecto, se forma una joint venture. Entonces es cuando es más necesario adaptarse y trabajar con las plataformas del resto de las empresas implicadas. “Esto es algo que, en muchas ocasiones, puede llegar a dificultar el cumplimiento de los requerimientos a los que nos obligan las propias herramientas con las que trabajamos”.

La homogeneización y estandarización está entre los objetivos de todas las empresas, aunque, como asegura Patrocinio Vicente,en determinados proyectos, esto no es posible. Tenemos que conseguir dinamizar este contexto y que Negocio vea al departamento de TI como un player imprescindible. Es importante hacer entender que las empresas no se pueden quedar estancadas, que hay que mejorar la eficiencia; que, en ocasiones, una nueva aplicación puede ofrecer un ROI inmediato, pero en otras no. A pesar de ello, hay que apostar por este tipo de soluciones e implantarlas, aprovechando todos los elementos que ayudan a reducir el coste y a ser más competitivos”.

Retorno de la inversión

Si justificar la necesidad de nuevas herramientas puede ser complicado, también lo es obtener datos sobre el retorno de estas inversiones. Como afirma José Luis García (Appian), a la hora de desarrollar e implantar nuevas aplicaciones no solo hay que tener en cuenta los ahorros, sino también cuántas personas se van a necesitar, el coste del mantenimiento o las posibilidades de reutilización de los componentes que se han usado.

Cuando utilizas herramientas ágiles en los procesos de desarrollo, como nuestra plataforma low-code, se pueden ir añadiendo nuevas funcionalidades de forma continua para que se adapten a los nuevos requerimientos o necesidades, a la llegada de nuevas tecnologías o funcionalidades…”.

En este punto, José Luis García añade un nuevo elemento que, en ocasiones, puede ser un verdadero freno para la renovación tecnológica: las personas y la cultura empresarial. “Es difícil embarcar a una compañía en estos procesos cuando no se está acompañado por la cultura ni por las personas de la empresa. Es complicado defender, incluso internamente, proyectos que tienen poco valor añadido para el negocio, pero que son el primer paso para conseguir otros de alto impacto”.

Es evidente que tenemos por delante una importante tarea relacionada con la educación, que permita implantar y hacer más tangibles estos nuevos modelos económicos. Según José Luis García, “en ocasiones se intentan imponer desde arriba aplicaciones que no son aceptadas por los usuarios. El camino debería ser el contrario: primero preguntar qué necesitan, qué quieren y cómo les gustaría que fueran las soluciones, para, a partir de ahí, desarrollar las aplicaciones que de verdad aporten valor. Si trabajas desarrollando aplicaciones pequeñas, sencillas, en las que se implica a diferentes departamentos, al final consigues que sean los propios usuarios los que empiecen a demandar este tipo de soluciones. De esta forma es como se inicia un gran proyecto de transformación digital”.

Patrocinio Vicente coincide con este planteamiento y lo amplía: “Aunque nosotros proponemos el desarrollo de nuevas aplicaciones, también nos llegan peticiones directamente desde las áreas de Negocio. A partir de ese momento analizamos en qué procesos les podemos ayudar. Trabajamos en el día a día, nos focalizamos en la digitalización de todas las áreas en las que existen necesidades claras y luego esperamos las peticiones que llegan del resto de la organización”.

Startups

Pero, como sucede en otros ámbitos, en el de la construcción existen tantas fórmulas para introducir esos modelos de digitalización como empresas. Como asegura Pierre Patrick Buffet: “Hay una tercera posibilidad. El acceso a las nuevas tecnologías se ha democratizado mucho, tanto por lo que respecta al número de soluciones disponibles como, también, en cuanto a la cantidad de startups que están brotando para aprovechar las oportunidades que están surgiendo en la digitalización de este sector”.

Es evidente que, durante los últimos años, están apareciendo un buen número de pequeñas empresas de base tecnológica que, a grandes rasgos, tratan de identificar retos en este sector y generar demanda a partir de sus soluciones. “Esa tercera dimensión puede ser una respuesta interesante en determinados casos, aunque también es cierto que estas soluciones deben integrarse con todo lo que se ofrece desde las áreas de TI internas”.

Es en este punto cuando entra de lleno la estandarización. Como asegura Alberto Lapeña, responsable de TI en el área de Construcción en FCC: “No es posible inventar la rueda continuamente. Es necesario homogeneizar. Aunque es difícil, porque cada obra es diferente a las anteriores, la colaboración e integración de los equipos de trabajo es fundamental. En cualquier caso, esto es algo que nos está costando bastante”.

La seguridad como elemento prioritario

Independientemente del modo en el que se definan las necesidades para el desarrollo de las aplicaciones, hay un elemento común a todas ellas: la seguridad. Tal y como ocurre en otros sectores, también en el ámbito de la construcción es básico proteger los activos, los procedimientos o el conocimiento de los profesionales que trabajan en este sector. En resumen, el dato, que debe ser conservado y transmitido. Proteger esta información es un interés estratégico para estas empresas.

Para Pedro Luis Blanco, Project BIM Manager de Grupo San José, la seguridad es básica, “pero también saber cuáles son las herramientas más adecuadas para el diseño de las aplicaciones, y en esto hay grandes diferencias dependiendo si se trata de una obra privada o pública. Existe una gran diversidad entre unos entornos y otros, por lo que utilizar tecnologías muy avanzadas puede ser imposible. Esto nos lleva de nuevo a la estandarización”.

Una de las respuestas a esta digitalización pasa por el uso de plataformas de low-code

En resumen, la digitalización no es una opción para ninguno de los asistentes al desayuno, sino una manera de seguir haciendo avanzar el negocio. Una de las respuestas a esta digitalización pasa por el uso de plataformas de low-code que permitan la optimización de procesos masivos y repetitivos, y su integración con el resto de las aplicaciones ya existentes en las organizaciones.

Trabajar en implantar la máxima seguridad en la gestión y el manejo de los datos, conseguir la colaboración entre equipos y la estandarización de los procedimientos y metodologías son otros de los objetivos que deberán tener en cuenta no solo las compañías constructoras, sino también los proveedores de tecnología. Todavía hay un largo camino por recorrer.