La forma en que las personas interactúan con las empresas y las instituciones públicas ha cambiado por completo. Como consecuencia, la verificación de la identidad digital y la biometría están en pleno apogeo para responder a la necesidad de mejorar la seguridad y la protección de datos. La innovación en este campo facilita la lucha contra el fraude, el blanqueo de capitales y la evasión fiscal.

Identificar, administrar e implementar un sistema de seguridad moderno y amigable con el usuario nunca fue tan relevante como ahora. Está en juego la confianza del consumidor, así como la reputación y la estabilidad económica de las organizaciones.

Teniendo en cuenta los desafíos que enfrentan las empresas, Mitek Systems desvela cuáles son las tendencias más importantes sobre identidad digital y biometría que definirán 2022.

Identidad digital descentralizada y Web 3.0

El interés en la identidad descentralizada ha aumentado tras el anuncio del próximo eIDAS 2 (electronic identification, authentication and trust services), que viene a ser una actualización del reglamento europeo para transacciones electrónicas dentro de la Unión Europea, pero esta vez contemplando la identificación digital transfronteriza en la zona. El plan de la UE es que los ciudadanos puedan almacenar de manera segura documentos digitalizados e información de identidad verificable de diferentes fuentes en un wallet o cartera de identidad digital.

La verificación de la identidad será clave para que usuarios y empresas puedan adaptarse a la nueva ola de transformación

De esta forma, cada persona será dueña de sus datos y tendrá el poder de decidir qué información comparte en cada momento. Podría presentar solo la información estrictamente necesaria para reservar una habitación de hotel y, a la vez, identificarse para realizar cualquier otro trámite echando mano de su wallet, todo en uno. El objetivo principal de esta iniciativa es dar al usuario más control sobre qué datos comparte, según el contexto y los requisitos de la organización que los solicita.

El concepto está muy inspirado en el funcionamiento de la blockchain y es uno de los pilares de la Web 3.0, un movimiento que busca desarrollar una Internet descentralizada y libre que incluya diversos tipos de criptoactivos. La información de los ciudadanos estará distribuida de tal manera que cualquier cambio en un dato podrá agregarse, modificarse y eliminarse con total confiabilidad. Por tanto, se trata de un sistema más autosuficiente y estable frente a cambios accidentales o ciberataques.

Autenticación sin contraseña

Las contraseñas son un incordio para el usuario y ni siquiera son una opción extremadamente segura por sí misma. Normalmente, la contraseña se ha utilizado con el fin de poder acceder a una cuenta en Internet, pero cada vez más se usa para demostrar que eres la persona que dices ser (por ejemplo, a la hora de firmar un documento o realizar una transacción). En este aspecto, estamos hablando de una acción legal, así que el uso indebido de esa contraseña significa que alguien puede firmar legalmente en nombre de otra persona.

Las contraseñas son un incordio para el usuario y ni siquiera son una opción extremadamente segura

La tendencia es crear soluciones que permitan habilitar la seguridad sin contraseña. La autenticación dependerá cada vez menos de algo que puedes compartir por accidente u olvidar, para pasar a ser algo inimitable y demostrable de forma inequívoca. La biometría es, por tanto, una tecnología que definirá el futuro de la verificación de la identidad digital, dado que muestra características únicas de cada persona.

Asimismo, las biometrías de voz y comportamiento son el futuro, ya que se basan en patrones singulares que no son intrusivos para el usuario y ofrecen una elevada precisión. La innovación en este apartado será fundamental para detectar ataques por parte de cibercriminales y estafadores.

Que se haga justicia (algorítmica)

En relación con la biometría, el uso de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático está creciendo enormemente. En este contexto, conviene juzgar a la tecnología por su ética y trabajar para crear una IA que no tenga prejuicios ni estereotipos, y que no discrimine. Cada vez es más necesario aplicar valores y principios universales en el desarrollo de soluciones smart.

Las empresas deben contar con una tecnología que no vulnere los derechos humanos ni los objetivos de desarrollo sostenible

De este modo, las empresas deben contar con una tecnología que cumpla con la justicia algorítmica, es decir, que no vulnere los derechos humanos ni los objetivos de desarrollo sostenible. Mitigar el riesgo de discriminación es capital para que la identidad digital no suponga un impedimento para nadie, por no hablar de las consecuencias que una situación desagradable puede acarrear para la reputación de cualquier compañía o institución.

Aunque las tecnologías basadas en inteligencia artificial ofrecen un valor y potencial increíbles para el desarrollo social y económico, lo cierto es que también plantean desafíos complejos que deben abordarse ya no solo desde las empresas, sino también desde la política. La IA preocupa a ciertos sectores de la población y eso debe tenerse en cuenta a la hora de desarrollarla

Una identidad inequívoca para el metaverso

El metaverso es algo sobre lo que se hablará mucho durante este año. Y es que el futuro de los entornos virtuales está atrayendo la atención de las grandes empresas, que ya comienzan a barajar sus opciones de negocio. La idea que hay detrás del metaverso es sencilla: las personas podrán realizar actividades cotidianas (como asistir a un evento, visitar una exposición o hacer la compra) en un mundo virtual.

En este sentido, los expertos coinciden en que el metaverso será el siguiente nivel de experiencia en Internet, más integrada e inmersiva. Crearemos una versión digital de nosotros mismos y nos convertiremos en ella, lo que significa que será imprescindible demostrar que efectivamente somos nosotros en los diferentes ecosistemas que compondrán el metaverso.

Los NFT nos permitirían demostrar que efectivamente somos quienes decimos ser

La respuesta para crear una identidad de pleno derecho en este entorno podría estar en nuevas tecnologías tales como los tokens no fungibles (NFT, non-fungible tokens). Estos actúan como registros de propiedad digital basados en blockchain y permiten la posesión descentralizada e inequívoca de activos no físicos. Hasta ahora se han empleado mucho en el mercado del arte, pero podrían ser claves para albergar la identidad de una persona en el espacio virtual.

Así pues, los NFT nos permitirían demostrar que efectivamente somos quienes decimos ser, y tener una identidad que podamos emplear en diferentes ecosistemas dentro del metaverso. Esto facilitará muchísimo la interacción social y económica en el mundo virtual, ya que actuaremos bajo normas que ya conocemos y que aplicamos en la vida analógica.