Inversión. El sector tecnológico en España lleva a sus espaldas varias décadas de recorrido. Durante los años de las puntocom se vivió un momento de esplendor donde se realizaron ventas millonarias, como la de Ya.com (320 millones de euros), Infojobs (185 millones de euros), Ola Internet (180 millones de euros) o eDreams (153 millones de euros).

Tras este período de ebullición llegó la calma, en un proceso general de ralentización en la venta de compañías tecnológicas. Durante los años de crisis las ventas relevantes fueron escasas, si bien a partir de 2013-2014 España volvió a la palestra con la venta de importantes compañías tecnológicas y con la fundación de empresas que iban a cambiar por completo el paradigma.

Aunque España es un país repleto de talento, normalmente se ha situado a la cola de otros como Estados Unidos. En cualquier caso, el nacimiento de empresas como Idealista, Privalia, Freepik, Cabify o Glovo ha revolucionado ya algunas industrias, mostrando el camino a otros emprendedores.

En 2021 hubo más de 230 transacciones apoyadas por el VC español, con una inversión que superó los mil millones al año

Además, España ha tenido la suerte de experimentar en los últimos años un incremento sustancial en el número de inversores de venture capital (VC), fondos de growth y venture builders que están apoyando constantemente el desarrollo de nuevas empresas.

Inversión desde España

En 2021 hubo más de 230 transacciones apoyadas por el VC español, con una inversión que superó los mil millones al año. España alberga a varias de las principales ciudades europeas que más VC atraen: Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga. Por último, es relevante indicar que el número de exits que hubo en España en 2021 se situó entre 25 y 30.

En los últimos años hemos experimentado un crecimiento exponencial y sostenible en numerosos segmentos (proptech, fintech, legaltech, edtech, etc.) que ha propiciado la consolidación de numerosas empresas que compiten a escala internacional con grandes players de su sector.

El tamaño de las rondas en España se ha incrementado en volumen y tamaño

Todo lo anterior ha derivado en que el M&A (mergers and acquisitions) en el sector tecnológico en España haya dado un salto cualitativo. Desde el punto de vista del fundraising, el tamaño de las rondas en España se ha incrementado en volumen y tamaño. Hace una década, las primeras rondas (serie A-B) se situaban por debajo de cinco millones de euros, mientras que en la actualidad superan los quince. Además, numerosos fondos de growth, nacionales e internacionales, han entrado en el capital de startups en rondas de financiación superiores a cincuenta millones de euros.

Operaciones de venta

En cuanto a operaciones de venta en España, para las compañías tecnológicas ha sido habitualmente complicado acceder a capital. Los fondos de private equity han estado centrados en lo que en el argot se conoce como sectores generalistas: industria, alimentación, real estate, etc. La cada vez mayor presencia de empresas de base tecnológica, con un potencial de escalabilidad muy superior y lideradas por equipos muy cualificados, ha concitado el interés de todos estos fondos. Prueba de ello ha sido la compra de Logalty por MCH o la adquisición de Legálitas por Portobello, entre otras.

Por otra parte, los fondos de growth más relevantes a nivel internacional están muy activos en España, con adquisiciones como las de MAPAL Software o Nalanda por parte de Providence Strategic Growth, Endalia por Accel-KKR o Idealista por EQT a Apax Partners.

Los inversores mirarán con especial detalle los unit economics, indicadores del famoso path to profitability

No obstante, las tecnológicas han sufrido una pérdida de valor considerable en 2022, con una caída en el Nasdaq superior al 25% en lo que va de año. Además, el precio de la acción en numerosas empresas está por debajo del precio de su IPO (es el caso, por ejemplo, de Peloton).

Esto ha derivado en que la valoración “inflada” que estábamos experimentando en el sector esté sufriendo la tan esperada corrección. Además, los inversores no solo se fijarán en el crecimiento de los ingresos de las compañías, sino que mirarán con especial detalle los unit economics de estas, que serán los indicadores del famoso path to profitability.

Sin duda, esperamos un 2022 muy entretenido, en el que el mayor reto será alinear las expectativas de valoración del vendedor con el apetito inversor de los distintos fondos de capital riesgo.