Durante el año pasado IBM realizó una serie de movimientos estratégicos que han desembocado en uno de los procesos de división más importantes de los últimos tiempos en el sector tecnológico: la escisión de la organización interna encargada de los servicios de gestión de infraestructuras. Esta separación ha dado lugar a una nueva firma tecnológica —Kyndryl— que nace ya como líder de su mercado. De este modo, el camino de IBM pasa a centrarse en un ámbito puramente tecnológico, guiado por tres pilares clave: la plataforma de cloud híbrida, la inteligencia artificial y el quantum computing.
Comencemos resumiendo los pasos que han conducido a la situación actual. A mediados de 2019, IBM anunció un movimiento estratégico muy importante: la adquisición de Red Hat por 34.000 millones de dólares. Esta firma es toda una referencia en el ámbito del open source y en el mundo de la contenerización, y complementa perfectamente la apuesta de IBM por la plataforma multicloud híbrida.
En abril de 2020, Arvind Krishna es nombrado nuevo CEO de IBM en sustitución de Ginny Rometty. Hasta entonces, Krishna había sido el vicepresidente de la división de cloud y software cognitivo de la compañía, directamente dependiente de Rometty. Desde su nuevo rol, Arvind Krishna habla de una compañía que se construirá sobre dos de los pilares fundamentales de IBM: plataforma de cloud híbrida e inteligencia artificial, dejando fuera del foco a IBM GTS (Global Technology Services), su organización de servicios de gestión de infraestructuras.
A esto hay que sumar el nuevo papel que asume Jim Whitehurst, anterior CEO de Red Hat y nuevo presidente de IBM. Meses después, en octubre de 2020, se hace público un anuncio muy relevante: el spin off de la unidad de GTS. Hablamos de una organización con aproximadamente 19.000 millones de facturación y más de 90.000 empleados. El objetivo es crear una nueva compañía, bautizada recientemente como Kyndryl, nombre que proviene de las palabras kinship (parentesco) y tendril (el apéndice de una planta trepadora). La nueva firma, que verá la luz a finales de 2021 después de finalizar los procesos reguladores oportunos, será totalmente independiente de IBM. Una compañía que, en virtud de su facturación y número de empleados, nace ya como número uno en el segmento de servicios gestionados a nivel mundial.

Con este escenario como fondo, hemos hablado con Javier Valencia, vicepresidente de IBM Technology SPGI (Spain, Portugal, Greece, Israel).
¿QUÉ OBJETIVOS PERSIGUE IBM CON ESTA ESCISIÓN?
IBM quiere ser una empresa orientada a la tecnología y dedicada por entero a ella. Asimismo, actualmente el mercado demanda a todas las empresas ser más flexibles, rápidas, ágiles y eficientes.
Por ello, hemos definido nuestro propio go‑to‑market e iniciamos 2021 con nuevas maneras de trabajar. Por ejemplo, hemos hecho una importante dotación de recursos dedicados a la tecnología, para poder experimentar con nuestros clientes, montar grupos y unidades en modalidad “garaje” y explorar proyectos antes de las fases de preventa… Se trata de experimentar con la tecnología y ser mucho más ágiles. Eso es lo que el mercado nos está demandando y el tiempo es un factor fundamental.
Esta es una transformación de negocio, que se va a apoyar en las plataformas tecnológicas
Esta es una transformación de negocio, que se basa en generar ventajas competitivas que nos permitan continuar creciendo … Y los pilares que soportan toda esa transformación son la tecnología y las plataformas tecnológicas.
A partir de este anuncio, IBM se ha centrado en implementar este nuevo modelo de compañía absolutamente tecnológica, con esos tres pilares fundamentales: plataforma de cloud híbrida, inteligencia artificial y quantum computing. Además, dentro de IBM queda también la organización más orientada a la modernización y transformación de aplicaciones en el área industrial. Este es un activo claro de IBM. Además de la tecnología también incluye consultoría de negocio, porque llevamos décadas acompañando a nuestros clientes en este ámbito y conocemos las problemáticas de sus negocios.
Con todo esto, IBM hace una declaración: situamos el ecosistema —que incluye a integradores, ISV o business partners— en el centro para poder aportar a nuestros clientes lo que necesitan.
¿LA ESCISIÓN LLEGA EN EL MOMENTO ADECUADO?
Estos cambios tienen que ver con lo que IBM ha sido y con lo que tiene que ser. Hasta ahora hemos mantenido una compañía con un modelo dual, de tecnología y servicios gestionados. Las necesidades y casuísticas actuales de los clientes requieren centrarse en una cosa u otra.
Este movimiento llega en el momento adecuado. Por ejemplo, el negocio de tecnología cloud está creciendo mucho: nuestra facturación en este mercado, en los últimos cuatro trimestres, es de alrededor de 20.000 millones de dólares. Probablemente, en facturación, somos ya el tercer proveedor a nivel mundial.
Además, si nos fijamos en el segmento en el que IBM suele operar, el enterprise, entre el 75% y el 80% de todas las cargas de trabajo de estas organizaciones están todavía pendientes de modernizar y transformar. Durante los últimos diez años muchas empresas han empezado este camino de transformación, pero aún está todo por hacer. Todavía no se ha producido esa modernización en la que, evidentemente, la inteligencia artificial se sitúa también como una de las palancas más importantes: en el momento en el que una empresa pueda embeberla en todos sus procesos de negocio, obtendrá importantes ventajas competitivas.
¿ESTA ESCISIÓN VA A MOLDEAR UN NUEVO ESCENARIO COMPETITIVO?
La casuística particular de cada cliente será la que sea, aunque la gran mayoría de los clientes seguirán operando sobre plataformas IBM. Kyndryl será un integrador más de tecnología de IBM y formará parte del ecosistema. Será uno más, aunque con una estrecha relación fruto de todos los años que llevamos.
Seguiremos trabajando con nuestros clientes, como ya lo estamos haciendo, en modernizar y aplicar ese plan de transformación y de movimiento hacia la nube. Ahora lo haremos con el nuevo actor en esta industria —Kyndryl—, pero también con el resto de los integradores; con algunos de ellos ya hemos llegado a acuerdos a nivel mundial que definen cómo vamos a operar en los diferentes mercados.
Esta escisión ayudará a que el resto de los actores, los que tradicionalmente trabajaban con otras tecnologías, digamos, se sientan cómodos a la hora de desplegar e integrar las nuestras una vez que hemos eliminado la parte de competencia de IBM. Al final, los grandes beneficiados van a ser nuestros clientes, porque van a poder tener más actores trabajando con tecnologías muy orientadas a las problemáticas empresariales.
HÁBLANOS DE VUESTRA PLATAFORMA DE CLOUD HÍBRIDA
En IBM llevamos muchos años defendiendo este concepto. Las empresas no están utilizando un solo entorno de cloud: la mayoría usan varios proveedores de nube pública, tienen desarrollos en cloud privadas y muchas de ellas ya están montando entornos de edge computing, lo que en muchas industrias es fundamental. Todo esto ofrece unas ventajas tecnológicas sustanciales, pero también añade un punto de complejidad muy importante. Hay que ser capaz de gestionar todos esos entornos de manera homogénea y con el mismo nivel de seguridad o de operación.

Cuando IBM habla de plataforma híbrida se refiere a ayudar a gestionar toda esta complejidad. Lo primero, habla de homogeneidad, y ahí viene el porqué de la adquisición de Red Hat. Toda nuestra plataforma híbrida se basa en Enterprise Linux Server con Red Hat OpenShift, lo que permite desplegar tanto software como servicios de manera homogénea en cualquier nube pública o privada, o en cualquier entorno de edge computing. Además, se suma el hecho de que todo nuestro software está ya contenerizado sobre esa plataforma.
Poder contar con esta visión única y homogénea de toda la plataforma es una ventaja importante y aporta agilidad a las empresas. Además, se trata de arquitecturas con mucho recorrido: es importante poner en valor la flexibilidad de poder desplegar software y servicios allá donde sea necesario, pensando en el hoy, pero también en lo que pueda venir en el futuro.
También hemos dado un paso adicional. En nuestra cloud pública contamos con más de 190 servicios: de inteligencia artificial, de blockchain, de datos, etc. ¿Por qué explotarlos solo ahí? ¿Por qué no desplegar muchos de esos servicios gestionados, por ejemplo, en una cloud privada del cliente? Una vez que la arquitectura es homogénea, que está contenerizada, puedo desplegarlos allá donde tenga un servidor Linux, que es casi el único requerimiento. Hablamos de potencia, agilidad y velocidad de despliegue de servicios, que es uno de los puntos diferenciales.
IBM Cloud for Financial Services incluye los controles que el regulador requiere para ser compliance
En resumen, se trata de desplegar el software allá donde se necesite; tener entornos absolutamente homogéneos con múltiples proveedores de cloud pública, privada o entornos edge; y que mis servicios de nube pública —también como servicio gestionado— los pueda desplegar en una privada o incluso en una pública de otro proveedor. Cualquier servicio, allá donde se necesite.
CLOUDS PÚBLICAS POR INDUSTRIA
Otra parte importante de esta estrategia de cloud es ir más allá de la plataforma de nube pública y centrarnos en lo que denominamos nuestras clouds públicas industriales, un ámbito en el que hemos visto una gran necesidad, especialmente en sectores muy regulados. Aunque estamos trabajando ya en una propuesta específica para el sector telco —IBM Cloud for Telecommunications—, la primera plataforma que anunciamos es IBM Cloud for Financial Services.
Empezamos de la mano de Bank of América en Estados Unidos con el regulador americano (implementamos cerca de 300 controles regulatorios), y con BNP Paribas en Europa. La idea es ofrecer una plataforma que ya incluya los controles que el regulador (el americano, el europeo o cualquier otro) están requiriendo para ser compliance en políticas, estándares, procedimientos, roles, responsabilidades… Que todo lo que nuestras entidades financieras vienen haciendo en sus entornos on‑premise lo puedan tener ya implementado en un modelo cloud.
Además, decenas de ISV están certificando sus soluciones sobre estas nubes públicas industriales. De esta forma, el cliente del sector financiero que empiece a consumir estos servicios SaaS tiene la seguridad y garantía de que cumplen los criterios de regulación marcados. Esto elimina mucha complejidad para que el movimiento de modernización y transformación de sus cargas de trabajo sea mucho más ágil.
OTRO PILAR ES EL ENFOCADO A LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Cuando hablamos de inteligencia artificial tenemos que poner el foco en tres conceptos. Por un lado, en todo lo relacionado con embeber la inteligencia artificial en los procesos de negocio empresariales a través de herramientas que permitan, por ejemplo, realizar predicciones, reconocer emociones, procesar el lenguaje humano, etcétera.
Por otra parte, también estamos utilizando inteligencia artificial en nuestras propias herramientas; por ejemplo, a la hora de gestionar y operar las infraestructuras tecnológicas —con lo que conseguimos una gestión mucho más eficiente—, o en todo lo que tiene que ver con ciberseguridad, donde la empleamos para detectar o identificar comportamientos anómalos y predecir lo que pueda ocurrir. Además de herramientas “de” inteligencia artificial, se trata de tener herramientas “con” inteligencia artificial.
Además de herramientas “de” inteligencia artificial, se trata de tener herramientas “con” inteligencia artificial
Evidentemente, todo esto apoyado en una adecuada arquitectura del dato, un reto al que, de forma sintetizada, respondemos a través de nuestro Cloud Pak for Data: un conjunto de herramientas desde las que se gestionan todos los procesos de recogida, análisis y posterior explotación de los datos a través de la inteligencia artificial.
¿CÓMO SE ESTÁ VIVIENDO ESTA EXPLOSIÓN DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL?
Vemos que estamos ya en el siguiente escalón en lo que tiene que ver con la explotación, el consumo y la aplicación de inteligencia artificial. La gran mayoría de nuestros clientes llevan años trabajando para añadir la inteligencia artificial a sus procesos de negocio. Ahora estamos viendo un punto de inflexión en el mercado. Hemos empezado a utilizar tecnologías y a implementar distintos casos de uso relacionados con inteligencia artificial. Pero para poder avanzar es necesario homogeneizar, definir una arquitectura que permita capturar los datos allá donde estén —cualquier dato, de cualquier cloud— y explotarlos en distintas nubes (vuelvo al concepto de multicloud y de arquitectura híbrida).
El mercado está demandando una homogeneización de estas plataformas. No se trata de tener distintos grupos de ingenieros o científicos de datos trabajando en diferentes proyectos de inteligencia artificial. Muchas empresas han explorado ya esto y ahora lo que necesitan es definir una arquitectura del dato que permita explotar capacidades de inteligencia artificial de una manera homogénea en toda la organización.
La gran transformación se producirá cuando se pueda embeber la inteligencia artificial en todos los procesos de negocio
Se están desarrollando muchos proyectos relacionados con chatbots, asistentes virtuales, etc. Pero la gran transformación se producirá en el momento en el que se pueda embeber la inteligencia artificial en todos los procesos de negocio. Todo ello basado en una arquitectura de datos mucho más homogeneizada e independiente de dónde esté el dato.
Además, no solo se trata de conectar con el dato, sino también de organizarlo y darle una mayor calidad, integrando múltiples y diversas fuentes. La clave es ser capaz de industrializar todo este proceso y empezar a añadir inteligencia a todos los procesos de la organización.