Las compañías tecnológicas deberían dejar de querer convencernos de que la IA no va a destruir puestos de trabajo
El que fuera presidente fundador de Google en China y pionero del reconocimiento del habla ahora es un importante impulsor de todas las tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial. Si atendemos a sus visiones y a su particular modo de ver esta realidad, es evidente que el futuro no será de color de rosa.
Nacido en Taiwán a principios de los años 60, Kai Fu Lee emigró a Estados Unidos en 1973 y terminó graduándose summa cum laude en Ciencias de la Computación por la Universidad de Columbia. Continuó con sus estudios y se doctoró en la Universidad Carnegie Mellon en 1988, donde comenzó a trabajar en las áreas de machine learning y reconocimiento de patrones. De hecho, para su tesis desarrolló el primer sistema de reconocimiento del habla continua que no dependía del locutor. Antes de eso, en 1986, junto con Sanjay Mahajan, desarrolló un sistema de aprendizaje bayesiano que jugaba a Othello y que ganó el torneo nacional americano de este juego en 1989.
Como la universidad le ofrecía las oportunidades perfectas para sus investigaciones, Lee estuvo allí dos años, aunque finalmente dio el salto a las compañías privadas, comenzando por Apple, pasando a Silicon Graphics y terminando en Microsoft, lo que le requirió mudarse a Pekín. Allí fundó la primera división de Microsoft Research en China, considerada uno de los mejores laboratorios de investigación del mundo.
En 2005, Kai Fu Lee aceptó un puesto en Google, con unas condiciones económicas sin precedentes. Pero este salto también le valió una demanda por parte de Microsoft, que le acusó de incumplir el “año de no competencia” que firmó en su contrato con los de Redmond, aunque finalmente Google y Microsoft llegaron a un acuerdo confidencial. Durante su tiempo en Google, Lee puso en marcha la versión china de este buscador, dotando a la sede regional de los mejores científicos e ingenieros que pudo encontrar.
En 2009, Kai Fu Lee abandonó Google para seguir la pasión de su vida: la inteligencia artificial (IA). Fundó Sinovation Ventures, una empresa orientada completamente a este tema. Su misión es crear cinco startups chinas cada año, en las áreas de movilidad e Internet, pero siempre en relación con el machine learning y la IA.
Ser una de las figuras más destacadas en este tema le ha ayudado mucho. Hasta el momento ha conseguido algo más de 1800 millones de dólares en inversiones, además, entre los inversores aparecen nombres extremadamente conocidos del sector, lo que permite asegurar prácticamente el éxito de este crisol intelectual.
En sus apariciones públicas Kai Fu Lee termina por ser polémico, no porque se conduzca así, sino porque expresa su visión del mundo, la automatización y la IA de forma muy cruda y clara, lo que choca con numerosos mensajes políticos o sociales. La pérdida de empleo de todos los tipos, no solo en el área de la manufactura, es uno de los temas recurrentes de Lee. Lo que más sorprende es que emplaza el cambio de “persona por máquina” en los próximos diez años, indicando que esta revolución industrial va a ser mucho más rápida que las anteriores. Redactores, periodistas, analistas, directivos… todos ellos son sustituibles por sistemas de IA, según Lee; y no en un futuro lejano, sino ya, en la actualidad.
Para comenzar, ha centrado a Sinovation Ventures en la implantación de IA en el sector financiero ya que, en palabras del propio Lee, son “los primeros que van a caer”. Según este visionario, los bancos y las estructuras financieras se beneficiarán enormemente de la toma de decisiones automatizadas, basadas en muchos más parámetros de los que podría tener en cuenta un humano.
Diagnosticado de linfoma hace cinco años, Lee ha superado la enfermedad y sigue poniendo su empuje al servicio de la IA, que parece querer llevar a un mundo como el de Minority report. Veremos qué depara el futuro inmediato a este respecto.