Durante los últimos años se está viviendo un auge muy relevante en la demanda de servicios cloud, que normalmente va acompañada con la adopción de nuevos modelos de desarrollo y operación. Hemos hablado con Mario Andrés, responsable del área de Cloud público para España y Portugal en DXC Technology, acerca de esta evolución en el ámbito empresarial y de la necesidad, no solo de transformar las infraestructuras tradicionales, sino también los modelos de entrega de servicio y desarrollo para dotarlos de la flexibilidad y agilidad que demandan los negocios.

Contar con una TI mucho más elástica y ágil va a permitir responder a las necesidades reales de negocio

En España nos queda todavía mucho por recorrer en este camino de evolución hacia la nube. Hasta ahora, la empresa española ha buscado básicamente una migración hacia cloud desde un punto vista muy conservador, llevando sus plataformas, tal cual, hacia modelos IaaS para evitar costes de renovación tecnológica de sus datacenter, pero sin llegar a adoptar las nuevas funcionalidades que propone la nube.

El siguiente paso que se está dando es incrementar los niveles de servicios gestionados en cloud (hacia modelos PaaS o SaaS). Esta evolución está condicionada por la necesidad de transformación de las aplicaciones y de sus modelos de trabajo para poder evolucionar realmente a servicios cloud nativos. Básicamente, se trata de poder contar con una TI mucho más elástica y ágil, que es la que va a permitir responder a las necesidades reales en el actual escenario de negocio.

Hablo de agilidad desde la perspectiva de flexibilidad y no de la traducción literal del término Agile, que está muy asociado a la rapidez. Lo que busca la empresa es la capacidad para adoptar estas tecnologías y formas de trabajo, y obtener un mayor retorno utilizando las mejores funcionalidades de cada uno de los proveedores cloud del mercado o de las herramientas open source disponibles”.

Por ejemplo, frente a la rigidez presente en los datacenters tradicionales, esa TI elástica es la que permite hacer uso de las capacidades de infraestructuras adicionales en determinados momentos, permitiendo responder a picos de negocio estacionales derivados de campañas puntuales, de necesidades comerciales o logísticas, etc.

Por supuesto, esto nos lleva a otro de los drivers claros en este tipo de movimientos: la optimización de costes, aunque esto debe ser una consecuencia más que un objetivo en sí. El movimiento —tal cual— a la nube no tiene porqué resultar en una reducción del gasto en TI. “Lo que se persigue es que los costes sean los estrictamente necesarios para dar respuesta a sus necesidades en cada momento y que permita cubrir también esos picos estacionales”.

Uno de los beneficios es poder elegir la mejor alternativa posible para cada carga de trabajo y para cada escenario

Desde el datacenter al multicloud

A grandes rasgos, la evolución que se está siguiendo nos lleva desde un servicio basado en un datacenter tradicional hacia un modelo híbrido y, ahora, a un enfoque multicloud, que es el que plantean el 90% de las empresas. En muchos casos, es el nivel de madurez de la propia TI la que limita el grado de esta evolución. Lo habitual es que las empresas planteen estrategias híbridas para ir moviendo sus escenarios de negocio más maduros a la nube, pero con un enfoque conservador ante situaciones de software o aplicativos que deben sufrir un proceso más profundo de transformación o, incluso, un reemplazo por nuevos productos y funcionalidades.

El siguiente paso lógico va más allá de la típica migración de infraestructuras. Se trata de hacer uso de las mejores características que propone cada proveedor cloud, con un enfoque agnóstico que permita evitar situaciones de vendor lock-in. Esto cobra aún más sentido si tenemos en cuenta el rápido nivel de evolución de estos proveedores, que lanzan continuamente nuevas características y funcionalidades en sus marketplaces. Una de las necesidades claras para las organizaciones es, precisamente, poder plantear la mejor alternativa posible para cada carga de trabajo y para cada escenario”.

Este planteamiento coincide con una de las máximas de DXC Technologies en este ámbito. “No estamos ligados a ningún fabricante y proveedor de cloud, aunque sí mantenemos el máximo nivel de partnership con los principales actores de la nube y fabricantes de software, tanto en el ámbito de soluciones comerciales como también en cuanto a herramientas open source”.

Se consigue reducir drásticamente el tiempo necesario para hacer el desarrollo de una nueva funcionalidad y ponerla en producción

El camino hacia multicloud

Es importante diferenciar entre el cloud nativo y el modelo multicloud. “El camino adecuado debe basarse en este enfoque agnóstico, en el cual seamos capaces de utilizar las herramientas y tecnologías que mejores características propongan para las necesidades específicas de cada organización, y tener las mayores facilidades para moverte de una cloud a otra”.

Para llegar a este escenario resulta clave la utilización de plataformas de contenedores y arquitecturas de microservicios, que es lo que permite crear una capa de abstracción a la infraestructura de los servicios gestionados en cloud.

Pero no solo hablamos de las aplicaciones en funcionamiento, sino también de todo lo relativo al desarrollo y la operación, que generalmente está basado en marcos de trabajo ágiles y el paradigma DevOps. Esto es lo permite combinar los desarrollos propios con las mejores características y funcionalidades nativas de cada una de las nubes”.

Ahorro de costes

Cuando hablamos de multicloud es muy complicado hacerlo en términos de ahorro de costes, ya que se trata de escenarios muy específicos de cada organización, cada uno de ellos con características muy distintas. En cualquier caso, en este ámbito resaltan especialmente los resultados que se consiguen a nivel de optimización de los costes de las infraestructuras de esos servicios cloud. “En nuestra experiencia, se consiguen cifras cercanas al 60% de ahorro sobre plataformas ya migradas a cloud”.

En nuestra experiencia, se consiguen cifras cercanas al 60% de ahorro de costes sobre plataformas ya migradas a cloud

Mario Andrés, nos habló también de algunos ejemplos reales en clientes de DXC Technologies, que han conseguido mejoras muy interesantes en términos de eficiencia y agilidad en sectores como retail o logística, sectores con una componente estacional muy alta.

“Una de estas empresas, durante los últimos dos años han ido evolucionando la gestión de su negocio a través de múltiples proyectos. El resultado: ha multiplicado por ocho el número de despliegues y de nuevas versiones de aplicaciones que son capaces de lanzar de forma continuada. Además, ha conseguido reducir drásticamente el tiempo necesario para hacer el desarrollo de una nueva funcionalidad y ponerla en producción, lo que hace posible el rápido retorno desde la perspectiva de negocio”.

Todo ello acompañado y basado en una filosofía de infraestructura como código, tecnologías de automatización y desarrollo de operación bajo paradigma DevOps. “Esto hace que todo ocurra de forma automatizada, minimizando los fallos y realizando los pasos entre distintos entornos, y las posibles marchas atrás, sin interrupciones de servicio”.

Hacia el multicloud

¿Cómo sería un proyecto típico para migrar desde esas aplicaciones “tradicionales” a las nuevas cloud native? Desde DXC Technologies, lo primero que se busca es seguir la metodología Agile para identificar —de forma conjunta con el cliente— cuáles son las funcionalidades que se deberían evolucionar o el tipo de cargas que habría que ir migrando a la nube.

Trabajamos en sprints cortos, cuyo objetivo es que en dos o tres semanas podamos tener una primera versión operativa y funcional de lo que el cliente persigue, y poder ponerla en producción para tener ese retorno lo antes posible”.

Los siguientes pasos van orientados a transformar esas aplicaciones tradicionales y migrarlas a una estrategia cloud native, así como realizar un assessment a nivel de cloud y de aplicación para validar la potencial migración y el grado de transformación necesario.

Generalmente realizamos una prueba de concepto, ya en cloud, para que el cliente pueda ver sí la aplicación funciona y si hay que hacer cambios desde una perspectiva conceptual. Esta prueba no tiene por qué tener todos los componentes de automatización, pero sí todos los componentes funcionales”.

El siguiente paso es acometer la migración de la infraestructura, de la capa de datos y de la propia aplicación para, posteriormente, entrar ya en una dinámica de optimización y mejora continua para optimizar el rendimiento, el uso, los costes y la utilización de recursos, etc.

Trabajamos en sprints cortos, cuyo objetivo es que en dos o tres semanas podamos tener una primera versión operativa y funcional

 

Integración con entornos corporativos

Desde luego, uno de los grandes retos en este tipo de escenarios es ligar estos nuevos modelos de desarrollo con las políticas y exigencias propias de contextos corporativos, en ámbitos como la seguridad, la monitorización, el compliance

Uno de los principales inhibidores que generalmente nos tropezamos es la complejidad, no ya tecnológica, sino de transformación de las organizaciones y de los modelos de trabajo. Pocas veces nos encontramos con escenarios puros, en los que arrancamos desde cero y todo el modelo de trabajo, la organización y la tecnología está alineada. La realidad es que debemos combinar estos nuevos modelos con servicios y organizaciones ya existentes”.

El objetivo es conseguir el mayor grado de integración entre estos servicios digitales con modelos ya existentes, donde las diferentes capas de servicios deben integrarse de forma transparente.

Esto es algo que nosotros tenemos bien resuelto. Por ejemplo, integramos los sistemas de monitorización y alertas que podamos implementar en contenedores o en plataformas cloud con los sistemas de ticketing clásicos que pueda tener el cliente ya implantados. De este modo, los equipos de operación 24×7 son capaces de detectar y escalar cualquier alerta independiente del origen, ya sea cloud o una plataforma on-premise en el CPD”.

Esto mismo se hace con el resto de las áreas en términos de seguridad y de organización, dónde DXC se encarga de enlazar los modelos actuales, en los que el cliente está trabajando, con los nuevos paradigmas y metodologías de desarrollo y operación de sistemas en cloud.

“Durante los dos últimos años hemos desarrollado un modelo modular en nuestro Centro de Excelencia Cloud y DevOps, que permite adaptarnos a cada casuística particular, de forma que pueda encajar con las necesidades y con el escenario de cada cliente. Hasta el momento estamos teniendo muy buenos resultados”.