Pongámoslo en la base

La potencia sin control no sirve de nada

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Impactante fotografía utilizada en 1995 por la agencia de publicidad Young & Rubicam para Pirelli.

Nuestro mundo cada vez se caracteriza menos por “lo humano” y más por “lo digital”. La tecnología se ha encargado de poner capas en torno a todas las interacciones que realizamos, desde la comunicación personal o el hecho ir de compras hasta la gestión de los trámites administrativos o incluso la votación en unas elecciones.

Ahora todo es más sencillo y accesible (a través de esos dispositivos que llevamos encima), pero el control ha dejado de estar en nuestras manos. Detrás de esto hay mucha tecnología —procesos automatizados, inteligencia artificial, aprendizaje automático, la nube, el procesamiento en el edge…—, pero, sobre todo, mucha información sobre la que, insisto, no tenemos el control.

En la edición 2019 del informe que publica el Foro Económico Mundial, el fraude y el robo de datos se sitúan en la cuarta posición en cuanto a los riesgos globales que se podrían dar con mayor probabilidad en los próximos diez años. Pero es que los ciberataques se sitúan ya en la quinta posición en este ranking. Además, entre los riesgos que se van a incrementar a corto plazo aparecen el robo de datos y de dinero (82%) y los ataques que podrían generar disrupciones en las operaciones y las infraestructuras críticas. También destaca la creciente preocupación por la integración de las tecnologías digitales en todos los aspectos de la vida, y el modo en que eso está influyendo en los peligros asociados a la proliferación de las noticias falsas, el robo de identidad o la pérdida de privacidad para las empresas y los Gobiernos.

Me viene a la mente una publicidad de Pirelli que protagonizaba el velocista Carl Lewis

En este momento me viene a la mente una publicidad de Pirelli que tuvo mucha repercusión en su momento. En la foto aparecía el velocista Carl Lewis, campeón olímpico de los 100 metros lisos, calzando unos llamativos zapatos rojos de tacón alto sobre el eslogan “La potencia sin control no sirve de nada”.

Las disrupciones tecnológicas van a seguir formando parte de la ecuación, de eso no hay duda. La única respuesta ante este escenario es que la seguridad, la privacidad y el rigor se conformen como pilares básicos en lo que hacemos. Que las empresas protejan sus sistemas internos y las interacciones hacia el exterior, que las Administraciones cuiden este aspecto en todos los servicios que vayan digitalizando, o que los medios de comunicación, los serios, no nos dejemos llevar por esta carrera de métricas de marketing digital y mantengamos ese rigor sobre el que se ha venido basando la confianza del lector.