El pasado 29 de enero se celebró un interesante almuerzo con la prensa especializada que sirvió para dar a conocer Orizon, una compañía tecnológica española que se define como la oficina técnica de rendimiento digital. Orizon es una empresa relativamente joven —con trece años de antigüedad— muy centrada en el sector financiero y de seguros, y especializada en optimizar el nivel de rendimiento de las infraestructuras tecnológicas a través de la corrección del software.

«Lo hacemos muy bien porque solo nos dedicamos a eso». Ángel Pineda, CEO y fundador de Orizon

Para ello ha desarrollado una novedosa tecnología que permite identificar aquellos aspectos que impactan en la eficiencia de los sistemas, su nivel de disponibilidad y tiempo de respuesta, etc. Pero, además, permite también aplicar mejoras en estos aplicativos (especialmente en los desarrollos a medida, que es donde se detectan mayores ineficiencias). Al final, esto se traduce en un impacto directo en la cuenta de resultados, gracias al ahorro económico, pero también en el aumento de la velocidad de las aplicaciones, que es un tema especialmente relevante para este tipo de entidades.

En estos momentos, Orizon cuenta con un portfolio de clientes muy concreto: trece compañías, doce de ellas del ámbito del IBEX35, que realizan inversiones en tecnologías de la información de entre 300 y 400 millones de euros. En estos momentos, han iniciado un ambicioso plan de negocio con el que prevé obtener una facturación de 13 millones de euros en 2022.

Hay que tener en cuenta que el volumen de facturación del pasado 2019 fue de 1,2 millones y que las previsiones para ejercicio 2020 es llegar hasta los 3,3 millones de euros. Para ello, Orizon ampliará su oferta de servicios a los sectores del retail y utilities, y prácticamente duplicar su equipo humano para llegar hasta las 42 personas en 2022.

 Ahorrar un 15% de las inversiones en tecnología

Según Ángel Pineda, CEO y fundador de Orizon, esta es una tecnología única en el mercado y va mucho más allá de las herramientas de gestión del rendimiento de las aplicaciones y las infraestructuras, tales como APM o AIOps. La visión de su tecnología, denominada BOA, abarca también a los procesos de negocio end to end, entrando en el análisis de las razones por las que se producen esas ineficiencias, tratando de detectar qué parámetros o procesos es necesario modificar para que no vuelvan a producirse.

La visión de su tecnología, denominada BOA, abarca también a los procesos de negocio end to end

Más allá de optimizar el funcionamiento de las infraestructuras tecnológicas, ofrece visibilidad, información y soluciones, pero también posibles mejoras del rendimiento y acciones a desarrollar pensando en la rentabilidad y en el impacto en el negocio.

Por ejemplo, según un informe de Orizon, el sistema bancario español asumió unos sobrecostes equivalentes al 15% de sus inversiones en tecnologías de la información durante 2018 debido a problemas e ineficiencias ocultos de sus sistemas informáticos. Este porcentaje, con ligeras variaciones, se ha ido acumulando en este entorno desde 2008, año en el que la banca se enfrentó al doble reto de acelerar su transformación digital y de llevar a cabo una severa reducción de costes.

Pero no solo se busca un ahorro económico. Según destaca Ángel Pineda, se trata también de permitir a esas empresas recuperar la agilidad y la competitividad que el nuevo entorno digital puede ofrecerles, especialmente frente a un nuevo modelo de cliente mucho más digitalizado y con un índice de fidelidad realmente bajo.

Orizon ha conseguido reducir los tiempos de respuesta en un 25%, y ahorros de costes de hasta un 40%.

En la actualidad, Orizon gestiona más de 500 millones de procesos de negocio en el sector bancario y, a modo de ejemplo, ha conseguido reducir los tiempos de respuesta en un 25%, y ahorros de costes de hasta un 40%.

Tecnología BOA

BOA ofrece una visión global de todos los sistemas e infraestructuras tecnológicas de una empresa, e incluye también la implantación progresiva de un sistema de calidad de las aplicaciones con el objetivo de transformar a toda la organización. Gracias al uso de inteligencia artificial y automatización, la herramienta vigila y detecta los problemas de rendimiento, identificando los procesos y elementos responsables, y propone recomendaciones para resolver estos escenarios y eliminar ineficiencias que, en la mayoría de los casos, implican a proveedores terceros.

Este aspecto es clave, ya que permite implantar una cultura de mejora continua e incorporar criterios de rendimiento y calidad de software en los Acuerdos de Nivel de Servicio (SLA) con proveedores externos.

Otro punto importante es que esta tecnología se enfoca en las 50 casuísticas más comunes en este tipo de organizaciones, que son responsables del 80% de los problemas de las infraestructuras tecnológicas.