En los últimos meses, Google ha estado en el ojo de huracán en un par de ocasiones: primero, por los despidos; segundo, por el mal timing y ejecución de la presentación de Google Bard, la competencia directa de ChatGPT. En ambos casos, Sundar Pichai, CEO de la compañía, ha estado en el centro de todas las miradas.

Nacido en 1972, en Madurai (India), de una madre estenógrafa y un padre ingeniero eléctrico, Sundar siempre fue un niño espabilado y eso se reflejaba en sus resultados académicos. Demostró un claro interés por la tecnología y, tras acabar la secundaria, estudió ingeniería en metalurgia en la IIT Kharagpur.

Ganó una beca para irse a los Estados Unidos, donde obtuvo también una ingeniería en Ciencia de Materiales en Stanford y un MBA en la Universidad de Pennsylvania. En todos los centros por los que ha pasado ha terminado por ser alumno distinguido.

Los inicios de Sundar Pichai

Comenzó su carrera laboral en una consultora de ingeniería, utilizando sus conocimientos de materiales. Sin embargo, en 2004 Sundar Pichai le dio un giro a su vida y entró en Google, como responsable de Google Chrome y ChromeOS, así como de Google Drive. Poco después, Gmail y Google Maps se añadieron a sus tareas y, al cabo de un tiempo, en 2013 también se encargó de Android. Cuando Page y Brin crearon, en 2015, Alphabet, como paraguas para todas las empresas del grupo, Pichai fue elegido CEO de Google.

En un par de ocasiones, Sundar ha sido el objeto del deseo de otras grandes tecnológicas debido a su talante y conocimientos. En 2011 Twitter le persiguió (aparentemente) con mucha insistencia y tres años después se le barajaba como posible CEO de Microsoft. En ambas ocasiones, sin embargo, parece que Larry Page y Sergey Brin le convencieron, utilizando importantes paquetes de incentivos, para que se quedara.

Cuatro años después de su nombramiento como CEO de Google se convirtió también en CEO de Alphabet, sucediendo al mismísimo Larry Page.

Google Bard

El campo de la IA ha despegado y todas las tecnológicas están sintiendo la presión de sacar sus productos al mercado lo antes posible para establecer una posición dominante. OpenAI es una de las que tienen ventaja y su producto, ChatGPT, resuena por Internet desde hace ya un tiempo. Desde que Microsoft se comprometió a una nueva ronda de inversiones con OpenAI, y se supo que iba a integrar ChatGPT en su buscador Bing, Google ha hecho lo posible por acelerar sus propios programas de inteligencia artificial, como Google Bard, que es el competidor directo de ChatGPT.

Sundar Pichai Google
Fuente: blog.google

Por este motivo, un día antes de que Microsoft tuviera planeada una rueda de prensa  sobre el tema, Sundar Pichai anunció Google Bard a bombo y platillo. Pero el producto aún no está listo y así se lo han hecho saber sus empleados en múltiples posts de redes sociales, indicándo a su CEO que “vuelva a sus visiones estratégicas, porque la presentación de Bard fue una chapuza precipitada”.

La presentación de Bard estuvo plagada de problemas y la plataforma aún está en fase beta: solo algunos afortunados pueden probarla. Si se hace una comparación directa con ChatGPT, por el momento sale perdiendo en casi todos los puntos, y eso se ha reflejado en la cotización de las acciones de Google, que, tras el anuncio de Microsoft, cayeron más de un 9% en solo unos días.

El hecho de que Pichai despidiera a 12.000 empleados de Google (en torno al 6% del total) hace poco más de un mes, con la explicación de que “Google ha estado contratando para un mercado que ya no existe”, tampoco ha influido positivamente en la relación entre los empleados y su cúpula directiva. No obstante, con el historial de Sundar Pichai en Google, está claro que tiene el timón firmemente en la mano y que dirigirá a la compañía del buscador

Ante el Congreso

Como todos los CEO de las tecnológicas de Estados Unidos, también Sundar Pichai ha tenido que comparecer ante el Congreso de ese país para dar explicaciones. Uno de los casos más relevantes se produjo en 2018, cuando Google fue acusada de desarrollar una app del buscador con censura, para China.

Tanto este caso como el de 2020, en el que también testificaron Mark Zuckerberg y Jack Dorsey contra alegaciones de que las tres empresas se estaban saltando las limitaciones de exportación de tecnología de comunicaciones, quedaron resueltos sin perjuicio para nadie.