Al igual que está ocurriendo en el ámbito del iPhone, Samsung está consiguiendo una seña identitaria clara en su gama Galaxy, que se va manteniendo y potenciando con el tiempo. Lejos de los cambios rupturistas que han marcado épocas anteriores, la firma coreana va incluyendo pequeñas pero significativas mejoras en sus terminales de gama alta, que van evolucionando el dispositivo de forma evidente y que el usuario va adoptando y haciendo suyas con cada nueva release.

Un ejemplo claro es este Galaxy Note 9, sin duda, uno de los mejores terminales que se pueden encontrar ahora mismo en el mercado, que ha sabido conjugar de forma inteligente un nivel de rendimiento y prestaciones realmente elevado junto con una serie de características diferenciadoras.

De su diseño exterior, destaca la pantalla, de 6,4” super AMOLED con una excelente calidad de imagen. Además, la curvatura en los laterales (que habilitan las funciones Edge) y los bordes muy finos permiten dar esa sensación de pantalla infinita tan típica de los Galaxy S+. Para albergar ese amplio tamaño de pantalla debemos pagar un peaje: desde luego, no es un terminal pequeño, pero es muy similar a los Galaxy S+, no resbala y la sensación al manejarlo, incluso con una sola mano, es muy cómoda.

Al igual que está ocurriendo en el ámbito del iPhone, Samsung está consiguiendo una seña identitaria clara en su gama Galaxy, que se va manteniendo y potenciando con el tiempo. Lejos de los cambios rupturistas que han marcado épocas anteriores, la firma coreana va incluyendo pequeñas pero significativas mejoras en sus terminales de gama alta, que van evolucionando el dispositivo de forma evidente y que el usuario va adoptando y haciendo suyas con cada nueva release.

Un ejemplo claro es este Galaxy Note 9, sin duda, uno de los mejores terminales que se pueden encontrar ahora mismo en el mercado, que ha sabido conjugar de forma inteligente un nivel de rendimiento y prestaciones realmente elevado junto con una serie de características diferenciadoras.

De su diseño exterior, destaca la pantalla, de 6,4” super AMOLED con una excelente calidad de imagen. Además, la curvatura en los laterales (que habilitan las funciones Edge) y los bordes muy finos permiten dar esa sensación de pantalla infinita tan típica de los Galaxy S+. Para albergar ese amplio tamaño de pantalla debemos pagar un peaje: desde luego, no es un terminal pequeño, pero es muy similar a los Galaxy S+, no resbala y la sensación al manejarlo, incluso con una sola mano, es muy cómoda.

En cuanto a las cámaras, no incluye importantes innovaciones y apuesta sobre seguro: un doble sensor trasero de 12 Megapíxles, y una cámara frontal de 8 Megapíxeles para autorretratos o videoconferencia. Los resultados que se consiguen son espectaculares y de muy alta calidad, tanto en foto como en vídeo, con la sencillez adicional que aporta la app de fotografía que integra el fabricante.

Otro de los elementos a destacar es el S Pen, que sí ha evolucionado de forma importante con respecto a la anterior versión. Básicamente, este elemento permite la escritura a mano alzada sobre la pantalla, con un elevado nivel de sensibilidad y precisión, incluso en el reconocimiento de los trazos como texto. Aparte de las típicas herramientas propias de este dispositivo (escritura en pantalla, mensajes animados o el dibujo artístico) ahora incluye conectividad Bluetooh que permitirá utilizarlo como control remoto para hacer fotos o en presentaciones desde el propio terminal.

Por último, debemos también destacar otros aspectos como la excelente calidad de sonido que ofrece, las herramientas de optimización y mantenimiento incorporadas o la batería que integra, de 4.000 mAh, que permite garantizar una jornada completa de trabajo sin mayores problemas.

  • Excelente nivel de rendimiento y prestaciones en todos los sentidos
  • S Pen con conectividad Bluetooth
  • Pantalla infinita, curvaturas laterales y funciones Edge
  • Se esperaba mayor evolución en las cámaras
  • Bixby Voice