La tecnología puede hacer mucho más que la música. La tecnología es el nuevo rock and roll
No demasiadas personas son capaces de inspirar un mundo mejor cuando hablan y expresan sus ideas. Aún menos lo hacen con sus acciones directas. William James Adams, líder de los Black Eyed Peas y más conocido como Will.I.Am, cumple ambos supuestos. Con creces.
Aunque en esta sección normalmente aparecen personajes pertenecientes directamente al mundo de las TI, en esta ocasión hemos pensado de forma algo más transversal. Pero menos de lo que podría parecer a primera vista.
William James Adams nació en Los Ángeles en 1975, en un barrio muy pobre que él mismo describe: “Crecí en el ghetto, dependiendo de la beneficiencia, a dos minutos de ser un sin techo”. Fue criado en solitario por su madre, ya que su padre los abandonó cuando Will era pequeño. Desde siempre le gustó la música en general, y el hip-hop en particular, y esta le ayudó a superar la dura existencia que llevaba en su barrio marginal.
Formó su primer grupo en 1992, aunque fue en 2003, ya con los Black Eyed Peas —en los que Will.I.Am tiene el papel de cantante, compositor y productor— cuando le llegó el verdadero salto a la fama. Y es aquí donde comienza su idilio con la tecnología. Debido a sus orígenes humildes, Will.I.Am siempre ha tenido cierta tendencia al activismo social y a encontrar la manera de hacer un mundo mejor, con menos desigualdades. Y la tecnología es uno de los vehículos que ha elegido para ello.
Tremendamente creativo por naturaleza, William Adams fue nombrado en 2011 como director de Innovación Creativa en Intel, donde colabora en el diseño de portátiles, tablets y smartphones. En enero de 2014 se convirtió en CCO (chief creative officer) de 3DSystems, una compañía especializada en escaneo e impresión 3D industrial y médica. Y como parece que al artista le sobra tiempo entre disco y disco, en 2016 adquirió una startup israelí dedicada al machine learning, llamada Sensiya. No contento con su elenco tecnológico, en verano del año pasado adquirió Wink, una plataforma para IoT y smart home, por algo menos de 40 millones de dólares.
¿Suficiente trabajo ya? Para nada. Will.I.Am es además fundador de la compañía i.am+, que se dedica a los wearables y cuyo precepto es combinar la moda con la tecnología. Colabora con la Deutsche Telekom, que se ha asociado con i.am+ a fin de lanzar un nuevo smartwatch por toda Europa.
Y las acciones de Will.I.Am no pasan desapercibidas: en el año 2013, el Foro Mundial Económico le nombró young global leader por su iniciativa I.Am.Steam (STEAM = Science, Technology, Engineering, Arts, and Math), perteneciente a su fundación I.Am.Angel, que se dedica a proporcionar formación y educación a los menos favorecidos. Finalmente, en noviembre de 2017 Will.I.Am fue nombrado miembro honorario de la Institution of Engineering and Technology por sus excepcionales contribuciones a la ingeniería.
Pero no parece que, a sus 43 años, a este músico y tecnófilo le falten planes para el futuro. Dentro de sus campos de actuación se encuentran también accesorios para iPhone, competiciones de robots autónomos y, cómo no, la música. Aunque no todas sus iniciativas han salido bien, como una fábrica de automóviles que intentó montar en el ghetto en el que se crio para ayudar a sus antiguos vecinos, William Adams no ceja en su empeño en hacer del mundo un lugar mejor con ayuda de las últimas tecnologías.