
Clive Humby, matemático británico pionero de la analítica, fue una de esas mentes adelantadas a su tiempo. Ya en 2006 comentó que los datos serían “el nuevo petróleo”, pero casi veinte años después podríamos decir que esta célebre cita está casi obsoleta. La gran mayoría de las organizaciones ya es consciente de la importancia que tienen los datos como factor determinante en el crecimiento del negocio. De hecho, de acuerdo con un análisis realizado este mismo año por la consultora IDC, cerca de un 65% de las empresas españolas considera que son una parte esencial de su estrategia empresarial.
En este contexto, el verdadero punto diferencial está hoy en ser capaz de hacer un buen “refinado” para sacarles el máximo partido. Sin embargo, ¿cuántas empresas saben hacerlo? Según un estudio publicado recientemente por la firma Cloudera, las compañías españolas reconocen que no están aprovechando adecuadamente sus datos. De hecho, siete de cada diez aseguran estar preocupadas por la dispersión que supone tener un alto número de programas de análisis. Además, menos de un 50% afirma poder decir con certeza cuántos de ellos tiene a su alcance.
Por tanto, pese a la necesidad de incorporar los datos en el proceso de toma de decisiones, el ecosistema corporativo, en su mayor parte, todavía desconoce qué pasos se deben seguir, cuáles son las condiciones que es necesario reunir y qué herramientas se precisan para aprovechar los datos al máximo. Un know how que reúnen muy pocas compañías pero que resulta crucial para explotar la información almacenada. Solo con el correcto uso de los datos conseguiremos que el negocio despunte y que la compañía se consolide como líder del sector.
La solución pasa por contar con una herramienta que sirva como punto de acceso común al conjunto de datos de los repositorios
En este sentido, una investigación de la consultora KPMG concluye que tres de cada cuatro organizaciones que aplican estrategias de analítica de datos aseguran que su implementación ha mejorado su capacidad de tomar decisiones empresariales. Asimismo, más de un 65% afirma haber optimizado su eficiencia operativa, mientras que dos de cada cinco sostienen que ha hecho crecer su capacidad para identificar nuevas oportunidades de negocio.
Data-centric y el refinado de los datos
Así, siguiendo el símil del oro líquido, sabemos que las reservas de petróleo tienen gran potencial como fuente de energía. Sin embargo, el crudo no puede utilizarse directamente para generar la combustión con la que se arranca un vehículo. Obtener el producto final nos obliga a ejecutar una serie de procedimientos previos (el refinado) si queremos hacernos con el mejor de los combustibles. De vuelta al mundo de los datos, la accesibilidad es el primer gran paso que todo proceso de refinado debe seguir. Esto constituye la garantía mínima para extraer el mayor valor a nuestras estrategias data-centric.
Sin embargo, muchas organizaciones obvian este primer paso. Sobre todo aquellas cuya actividad genera grandes cantidades de datos, como las firmas de banca y servicios financieros, las compañías de telecomunicaciones, las empresas energéticas o las del sector retail.
Las Administraciones Públicas tampoco se quedan atrás. Aunque están optando progresivamente por las infraestructuras cloud, los organismos públicos se enfrentan a multitud de desafíos, como el envejecimiento de los sistemas heredados o la amenaza de ciberataques paralizantes. Normalmente, estas entidades acaban almacenando los datos en un amplio abanico de formatos y localizaciones, una práctica que crea silos aislados en los que finalmente los datos acaban desaprovechados. Se trata de una metodología muy extendida, que propicia duplicidades, supone problemas de autenticación y autorización para compartir la información, y que, en definitiva, acaba dificultando el acceso a los datos.
Unificar el acceso
En este aspecto, la solución al reto de la accesibilidad consiste en contar con una herramienta que, a modo de refinería, sirva como punto de acceso común al conjunto de datos de los repositorios. Una plataforma que actúe como capa superior, unificando el acceso y permitiendo a los empleados de la organización cruzar y analizar todos los datos sin importar si están en un data warehouse o un data lake, en entornos on-premise, en la nube o multicloud.
Afortunadamente, estas plataformas ya existen y han demostrado que pueden optimizar las estrategias de datos. De hecho, tienen el potencial de reducir hasta en un 90% el tiempo en la toma de decisiones, así como el de disminuir el gasto dedicado al análisis. Dicho en otras palabras, pueden aumentar los niveles de eficiencia, agilidad y competitividad sin la complejidad de hacer frente a grandes dosis de información.
Solo con el correcto uso de los datos conseguiremos que el negocio despunte y que la compañía se consolide como líder del sector
Además, permiten hacer un uso más efectivo de los recursos económicos, pues pueden disminuir a menos de la mitad los gastos asociados a las estrategias de gestión de datos. Precisamente, esta es una cuestión —la reducción de los costes de TI en el ámbito de la gestión de datos y de la nube— que ha sido un quebradero de cabeza para la mayoría de las compañías, que ven imposible manejar por sí solas toda esta estructura.
Sin embargo, delegar estas funciones no significa intrínsecamente encarecer los costes. Actualmente existen firmas en el mercado que van más allá de la mera implementación de soluciones de analítica, complementándolas con funcionalidades que permiten actuar sobre la gobernanza durante todo el ciclo de vida del dato. El resultado debería garantizar que la propia organización sea la propietaria de sus datos y que tenga acceso total a todos los proyectos en los que está inmersa.
Del crudo al refinado
Abordar el desafío de la accesibilidad es la piedra angular de toda compañía que quiera tener realmente un enfoque y una estrategia data-centric. Un primer punto muy necesario, que hace posible que los empleados, con independencia de su labor y grado de expertise en materia de datos, hagan un uso más ágil, unívoco y seguro de la información que posee la compañía, accediendo a sus bases desde una misma plataforma y sin importar si los datos proceden de un origen distinto.
En definitiva, este cambio de paradigma, del crudo al refinado, reduce los procesos de carga, evita la aparición de duplicados y acelera la toma de decisiones, todo ello sin sacrificar el rendimiento. De este modo, las organizaciones podrán convertir sus datos en el mejor combustible para avanzar en su transformación digital y aportar valor en un mercado tan competitivo como el actual.