Lo más importante del diseño es que no tiene que parecer que se haya diseñado
Hijo de un platero y nieto de un ingeniero, Jonathan Ive descubrió su pasión por el diseño a través de los coches, aunque al final acabó en el diseño industrial. Trabajando para Apple, ha creado objetos que casi cualquiera es capaz de reconocer. Junto con Jobs es parte del “milagro Apple”, que ha convertido a los de Cupertino en un verdadero icono de la tecnología.
Algunos dicen que Jonathan Ive tiene, posiblemente, el mejor trabajo del planeta. CDO (chief design officer) de Apple, rector del Royal College of Art en Londres e influencia sobre el diseño industrial en el mundo entero. Hay currículums más largos y mucho menos impresionantes. Ive es tímido y siempre suele estar en segundo plano. No le gustan las entrevistas, ni la luz de los focos.
A principios de los años 90, Jonathan Ive trabajaba en una pequeña empresa británica de diseño. Entonces recibió el encargo de crear un nuevo portátil para la marca de la manzana. Al presentar su diseño, Apple contrató a Ive de inmediato. Sin embargo, cinco años después, desilusionado, tomó la decisión de marcharse de la compañía y volver al Reino Unido. Pero el destino tenía otros planes.
Justo en ese momento, Steve Jobs volvió a Apple con la misión de reflotar la empresa que le echó diez años antes, y que estaba pasando momentos duros. En la primera reunión con Jobs, para ver en qué se estaba trabajando en ese momento, Jonathan Ive afirma que “algo intangible encajó” entre el visionario de Apple y él mismo. Ive decidió quedarse y el resultado es el que todos conocemos.
Muchos afirman que el retorno de Apple a los primeros puestos se debe a que Steve Jobs potenció a Ive, porque ambos veían el diseño a través del mismo cristal y creían en una particular forma de crear productos.
Desde entonces, Ive ha llevado la carga principal de los diseños de los productos de Apple sobre sus espaldas, hasta que, en 2015, se convirtió en CDO de la compañía y se liberó de muchas de sus responsabilidades relacionadas con esta área, que terminaron repartiéndose entre otros dos ejecutivos de Apple. Tanto Jobs como Tim Cook han dicho que, tras ellos, Ive es la persona con más poder y libertades en Apple. Por ejemplo, el despacho de Jony Ive siempre está cerrado con llave y, además de él, solo pueden acceder Tim Cook y media docena de altos ejecutivos de Apple. Al parecer, por encima de las mesas están las ideas y futuros proyectos de la compañía californiana.
Sin embargo, aunque en 2015 parecía que Ive iba a encaminarse a un retiro temprano y merecido, hace poco ha vuelto a su puesto anterior, retomando las riendas del diseño de la compañía de la manzana. ¿El motivo? Probablemente la suma de algunos de los últimos momentos “estelares” del diseño en Apple: tal vez un ratón que solo se puede cargar cuando está panza arriba, un lápiz para iPad que se carga enchufándolo en el puerto Lightning y se queda ahí, sobresaliendo, o la controvertida pestaña negra (“notch”) en la pantalla del iPhone X.
La cuestión es que los crecientes comentarios negativos de la prensa y los usuarios parece que han conseguido sacar al “león” de su madriguera y hacer que vuelva a ponerse al frente de las directrices de diseño en Cupertino.
Su trabajo, y el de su equipo (que trabaja como tal desde 1996 y está considerado como uno de los mejores del mundo), se puede ver en colecciones permanentes en museos internacionales, incluyendo el de Arte Moderno de Nueva York y el Pompidou en París.
Jonathan Ive apenas ha superado los 50 años, lo que quiere decir que seguro que nos esperan algunas sorpresas en los productos de Apple a lo largo de la próxima década, sorpresas que este mago del diseño se sacará de su prodigiosa chistera.