
De acuerdo con la definición utilizada por IDC; el Internet de las Cosas (IoT) es una “Red de redes de cosas (end points) con una única identidad, que se comunican entre sí, sin intervención humana, de forma global o local. Unen gente, procesos, datos y cosas para transformar la información que generan en acciones en tiempo real o casi real”. No obstante, IoT es mucho más que la captura de datos, su transporte o análisis: incluye la mejora de los procesos y decisiones que afectan al negocio.
Según las estimaciones de IDC, la inversión global en tecnología IoT en 2021 ascenderá a 1 billón de euros (europeos), de los cuales la zona Asia-Pacífico ocupará una cuota de mercado del 40% y Latinoamérica será la región que más crecerá en estos próximos años. En el caso de Europa, el mercado de IoT crecerá un 16% y España representará un 9% del total. Estas cifras colocan a este país en el quinto lugar de Europa respecto a facturación de IoT, tras Alemania, el Reino Unido, Francia e Italia, y se espera que el gasto crezca un 16% anualizado entre 2018 y 2021 hasta los 19 000 millones de euros, repartidos principalmente entre hardware, servicios, software y conectividad, por ese orden.
En este escenario, IoT va a ser el principal artífice de que en las empresas sean capaces de obtener una enorme cantidad de datos que permitan analizar y predecir tanto lo que hacen los clientes como lo que pasa en las áreas operativas. En este sentido, según datos de IDC, el 45% de las empresas que adopten IoT en Europa Occidental aplicarán IA & analytics en 2020.
El poder del dato
En los últimos treinta años, los datos se han vuelto críticos para todos los aspectos de la vida y, en este contexto de transformación digital, son el alma de lo que podemos llamar nuestra existencia digital, que está definida por la suma de todos los datos creados, capturados y replicados en nuestro planeta en un año. Este fenómeno, que está creciendo rápidamente, recibe el nombre de esfera de la información global.
En los últimos diez años, la sociedad ha sido testigo de la transición de lo analógico a lo digital. Lo que la próxima década traerá gracias al poder de los datos es virtualmente ilimitado. Y mientras, como consumidores, disfrutaremos de los beneficios de una existencia digital, las empresas estarán abrazando oportunidades de negocio nuevas y únicas, impulsadas por esta riqueza de datos y el conocimiento que proporciona. Según datos de IDC, para el año 2025 la esfera de datos mundial crecerá hasta los 163 zettabytes (un billón de gigabytes), diez veces los datos generados en 2016. Esto permitirá desarrollar experiencias de usuario únicas y un nuevo mundo de oportunidades de negocio.
En este proceso, la administración de datos se vuelve más compleja. El uso de analítica e inteligencia artificial, para conseguir sacarle todo el jugo a la información de manera dinámica, será el facilitador para que las aplicaciones de IoT incluyan soluciones que, en muchos casos, buscarán la automatización.
El 45% de las empresas que adopten IoT aplicarán IA y analytics
Ámbito industrial
La industria es el sector más grande en el espacio de IoT en España, con usos que van desde la trazabilidad y el seguimiento de activos hasta el mantenimiento predictivo, el análisis del comportamiento del consumidor y la mejora de la experiencia y satisfacción del cliente. Sin embargo, la aplicación de 5G sobre la industria habilitará el despegue de IoT con el desarrollo de infinidad de nuevos usos (mejora de la tecnología digital twin con IoT para el mantenimiento predictivo en sistemas, fábricas, cadenas de producción, etc.), transformando completamente el sector industrial en toda su extensión, y dotándolo de la capacidad de analítica avanzada sobre esta tecnología.
Por ello, cuando hablamos de desafíos a la hora de incorporar IoT, es indudable que el proceso de transformación digital de la propia organización aparece como el primer paso para explotar el verdadero potencial que ofrece. Entre los pilares clave de desarrollo están la conceptualización de una estrategia digital y la definición de procesos, servicios y estructuras de liderazgo digital; así como el despliegue de IoT en los procesos de negocio. Según datos de IDC, en el año 2020 el 40% del PIB europeo estará digitalizado.
Ciudades inteligentes
Pero si hay un sector donde IoT está teniendo un especial impacto es en el de las smart cities. La sensorización y conexión de elementos tales como farolas, semáforos, contenedores de residuos, contadores eléctricos, medidores de contaminación o medios de transporte públicos ya es un hecho en muchas de nuestras ciudades. Pero aún nos queda mucho camino por recorrer. En este sentido, ya se está empezando a vislumbrar un ecosistema donde las Administraciones Públicas usan la información recibida para analizarla y optimizar la gestión y, además, ponen a disposición de las empresas todos estos datos, de modo que se pueda generar valor con ellos, abriendo nuevas oportunidades de negocio.
En IDC estimamos que, para 2019, el 30% de las ciudades europeas habrán desarrollado estrategias de plataformas inteligentes para conectar espacios públicos, recopilando y gestionando datos provenientes de la ciudad, el transporte y los edificios públicos. El gasto previsto en Europa Occidental para 2018, en ciudades inteligentes, va a ser superior a los 15 000 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 18% respecto al año anterior. De este importe, los servicios y el hardware van a representar la mayor parte, con el 39% y el 32% respectivamente, por encima del gasto en software y conectividad que supondrán el 20% y el 9% respectivamente.
Los principales casos de uso previstos por IDC para nuestras ciudades en estos próximos años son la gestión del tráfico, la iluminación inteligente, las plataformas de gestión y la monitorización ambiental. La digitalización de los ecosistemas urbanos, indudablemente, va a facilitar aún más la vida de los ciudadanos y conseguirá espacios más sostenibles desde el punto de vista económico y medioambiental.
Si hay un sector donde IoT está teniendo un especial impacto es en el de las smart cities
Conclusiones
En definitiva, la demanda actual ha evolucionado generando un cliente más exigente y conocedor de las diferentes alternativas que tiene al alcance de la mano. Esto conlleva la necesidad de ofrecer respuestas rápidas y ágiles, que garanticen la satisfacción y una experiencia óptima, y que ayuden a fidelizar a los clientes.
Las infraestructuras existentes, y cuestiones relacionadas con la seguridad, se perciben como dos de las áreas principales capaces de poner en peligro posibles inversiones de IoT. Ambas son pilares fundamentales del éxito o fracaso de dichas iniciativas, por lo que tanto los proveedores de tecnología como el usuario final han de poner especial atención en asegurar que ambos aspectos estén perfectamente cubiertos.
En cualquier caso, la complejidad que puede conllevar un proyecto de IoT es tal que requerirá la formación de acuerdos y alianzas con otras organizaciones. Un ecosistema de partners robusto, que pueda proporcionar apoyo y conocimiento altamente especializado en distintas áreas (por ejemplo, seguridad, analítica y visualización de datos, etc.), será fundamental a la hora de proporcionar una visión e implementación holística y exitosa de un proyecto de IoT.