Con una formación que mezcla el ámbito técnico y el de la dirección de compañías de TI, incluyendo un EMBA del IESE, su trayectoria profesional ha estado orientada al área de consultoría de software en empresas como FatWire o Vass. Desde esta última dio el paso para emprender un nuevo camino profesional y abrir la oficina de Appian en España. Después de dos años, ya cuenta con 25 empleados y alrededor de 25 clientes, en su mayoría grandes empresas del contexto del IBEX 35.
Trasladamos el enfoque Agile y facilitamos que se haga realidad
¿Cuál es la propuesta de valor de Appian?
En pocas palabras, Appian es una plataforma para el desarrollo rápido de aplicaciones. Ese es nuestro value to market. Appian permite hacer cosas muy potentes en muy poco tiempo, incluyendo en ellas a los usuarios de negocio, teniéndolos muy cerca.
Básicamente, llevamos a la práctica todas las metodologías que tienen que ver con Agile. Trasladamos ese enfoque a nuestra plataforma y facilitamos que se haga realidad. No nos quedamos en un punto de vista teórico, en los ciclos metodológicos que se meten con calzador en otro tipo de tecnologías, productos o arquitecturas.
Si no tienes el framework tecnológico que permita desarrollar esas aplicaciones, sentando en la misma mesa al área de TI y al usuario de negocio, es muy difícil llegar a cumplir lo que propone la metodología Agile: la entrega de un MVP en dos o tres semanas, después de hacer un par de sprints, o un sprint 0 y el asentamiento de requerimientos funcionales.
Appian permite hacer todo eso de una forma mucho más fácil, porque el usuario ve cómo se va creando la pantalla; ellos arrastran y sueltan los componentes, descubren cómo pueden crear un informe muy sencillo, cómo pintar el flujo de un proceso, etc. Ese es nuestro gran valor con relación a otras propuestas del mercado. Nos introducimos en ciclos de vida ágiles y ayudamos a crear aplicaciones que tienen un impacto claro para el negocio desde un punto de vista de la tecnología.
Además, trabajamos con componentes tecnológicos de última generación, con versiones que se han entregado recientemente, como pueden ser los componentes visuales que incluye nuestra última release. Ese es el statement de Appian.
Appian permite hacer cosas muy potentes en muy poco tiempo, incluyendo a los usuarios de negocio
¿Cómo interactúa con las aplicaciones heredadas?
Evidentemente, cuando trabajamos con un gran cliente, típicamente una empresa IBEX 35, llegamos a una arquitectura en la que ya hay muchos componentes. En organizaciones de este tipo existen tres escenarios distintos de aplicación:
El primero es una aplicación 100% Appian, pensada para solucionar un problema específico en muy poco tiempo, sin integración con ningún otro sistema.
Otra alternativa es buscar la extensibilidad de los sistemas existentes, poniendo a Appian por encima de soluciones legacy tradicionales tales como, por ejemplo, un core bancario. Appian se instala como una capa por encima, extendiendo su funcionalidad, algo que es muy difícil —y costoso— si se realiza con tecnologías tradicionales como, por ejemplo, un host hecho en Cobol. Appian permite desarrollar esas nuevas funcionalidades de forma rápida a través de una interfaz que se conecta y complementa esos sistemas.
El tercer escenario, que es donde realmente brillamos, es ubicándonos por encima de varios sistemas para ofrecer la visión única de conceptos de negocio. El caso típico es el cliente 360º en un contexto de retail. Este tipo de empresas necesitan una vista panorámica de la tienda, de su relación con el pedido y con el escaparate, con la entrega… Appian se ubica por encima de todos esos sistemas existentes para ofrecer esa visión de negocio única.
Es decir, no se trata de quitar para poder poner
No se le puede pedir a un CIO que cambie sus sistemas porque va a entrar una herramienta nueva en su organización. Nosotros nos adaptamos al negocio, en lugar de buscar que el negocio se adapte a nosotros.
Muchas veces, las soluciones que provienen de los grandes fabricantes de software a nivel mundial lo que hacen es definir un proceso que funciona de una determinada manera, aunque permitiendo pequeñas modificaciones. Nuestra propuesta, al contrario, se basa en la creencia de que la verticalización de soluciones debe estar muy ligada al conocimiento profundo del negocio para, después, adaptarnos a él de una forma sencilla.
En la actualidad, la flexibilidad y la velocidad para adaptarse al cambio son algunos de los retos más importantes para las empresas. De hecho, uno de los grandes problemas actuales es que, después de terminar de adaptar e implantar una de estas soluciones “estándar”, resulta que el negocio ha cambiado.
¿Cuántos productos sacan semanalmente los bancos para competir unos con otros? Pues todo eso tiene un soporte tecnológico por debajo que hay que apoyar. Nosotros lo que hacemos es proponer una plataforma que permite crear un producto en muy poco tiempo y que, si es necesario, puedes desechar porque se puede desarrollar otro nuevo en dos semanas.
Ese es el objetivo. Appian aporta esa flexibilidad que el mercado demanda.

Uno de los focos claros es el ámbito del retail
Nos sentimos muy cómodos en todo lo que tiene que ver con el customer journey a la hora de poder conseguir una automatización end-to-end, desde que llega una petición con una posibilidad de negocio hasta que se procesa y se entrega. Appian hace muy bien toda esa gestión integral del proceso o de una aplicación en concreto.
En estos procesos, Appian se conecta con todo tipo de sistemas y ahí entran también otras tecnologías tales como la inteligencia artificial o la automatización. En ambos ámbitos tenemos socios excelentes, ya que podemos conectarnos de forma muy sencilla con los servicios de IA proporcionados por Google, Amazon o Microsoft, así como con proveedores de RPA como Blueprint Automation, Anywhere o UiPath.
En estos escenarios, la inteligencia del mercado la ponen los usuarios de negocio de las empresas. Appian lo que propone es una conexión muy rápida con los servicios de terceros, y la unión de todo esto con el back-office del negocio. De esta forma, se genera un proceso end-to-end que es capaz de aprender de forma automática, optimizar los resultados o, por ejemplo, ofrecer una serie de métricas que no te esperabas.
Nos ubicamos por encima de varios sistemas para ofrecer una visión única del negocio
Al final, se trata de unir funcionalidades
Nuestro objetivo no es solo mostrar el valor que propone Appian como compañía, sino también posicionarnos como un unificador de sistemas existentes, aprovechando el valor que están ofreciendo otros players de la industria. Por ejemplo, un contact center es un ambiente en el que se pueden encontrar muchas eficiencias. Nosotros contamos con una vertical de Intelligent Contact Center en la que integramos diferentes piezas tradicionales y añadimos funcionalidades muy interesantes de una forma muy sencilla.
Cuando vas a un contact center, normalmente encuentras a personas que, principalmente, están trabajando con varias pantallas y con muchas ventanas de distintas aplicaciones. Eso, para el agente, es una fuente de complicaciones. Este entorno de trabajo se podría hacer mucho más eficiente de forma muy sencilla, ofreciendo una visión completa en una única pantalla.
Por ejemplo, Aviva es uno de nuestros grandes clientes. Ha conseguido integrar nueve pantallas distintas, accediendo a 27 sistemas, todo ello en un solo proceso end-to-end. De esta forma, el operador está trabajando con una sola pantalla. Si está hablando con una persona determinada, no es necesario buscar e identificar a ese cliente en diferentes sistemas. Lo importante es tener toda la información unificada en una sola pantalla.

¿Cómo se conjuga todo esto con la nube?
Esto ha sido una apuesta muy clara por parte de la compañía. Durante los últimos cinco años siempre hemos tenido muy claro que teníamos que ir a la nube y ahora podemos decir que este escenario es una realidad en nuestros clientes más grandes.
Nuestra plataforma trabaja con AWS y con Microsoft Azure. De hecho, el 80% de nuestros clientes de banca en España ya están trabajando sobre cloud con datos de cliente. Lógicamente, esto quiere decir que cumplimos la legislación del Banco Central Europeo y, por supuesto, también la española. Estas empresas alojan los datos de sus clientes en nubes públicas y ya trabajan sobre contenedores, arquitecturas de microservicios, etc.
Nosotros ya hemos andado ese camino: coger una solución con datos confidenciales del cliente y llevarla a una localización que no es el datacenter habitual. Esto representa un gran cambio en varios ámbitos, no solo en lo que tiene que ver con el marco regulatorio, que es muy complicado. Además, plantea una serie de ahorros muy importantes en todo lo relacionado con la gestión de infraestructuras locales, mantenimiento, seguridad, auditorías o, incluso, los costes del equipo interno.
Por otra parte, también es necesario vencer la resistencia que se genera en los equipos internos que habitualmente trabajan con esas infraestructuras. No es fácil convencer a un CTO para que “deje marchar” esos procesos hacia otras localizaciones, delegando su gestión a un tercero…, y redirija a su equipo interno para se dedique a otras tareas.
Es una gran resistencia que hemos ido salvando de forma notable. De hecho, en el largo plazo vemos que los clientes que están en la nube tienen muchos menos problemas, su nivel de satisfacción es muy alto. Hay que tener en cuenta que el cloud que ofrecemos, aunque está en una plataforma pública, está absolutamente dedicado a un cliente en concreto. Nunca se mezclan datos. Además, está gestionado al 100% por Appian: es un profesional interno el que está administrando los sistemas. Es un servicio integral.
No se puede pedir a un CIO que cambie sus sistemas porque va a entrar una herramienta nueva
¿Cómo está recibiendo el mercado español este tipo de herramientas?
Por lo que a los resultados se refiere, estamos muy contentos. Nunca pensé que pudiéramos llegar a crecer tan rápido. El mercado se está comportando muy bien; pero si lo comparamos con otras regiones, creo que hay una diferencia reseñable.
Appian es un referente en tres ámbitos: BPM, case management y low-code. Tenemos una fuerte presencia en estos tres cuadrantes. Cuando hablamos con empresas de Estados Unidos, todo lo relativo a BPM ya es algo asumido, tal vez incluso anticuado. Todo el mundo tiene un BPM. En cuanto al case management, es lo que se está implantando en estos momentos, y el low-code es algo relacionado con la innovación.
Por el contrario, cuando vamos al mercado español, hay muchas compañías que tienen BPM, pero otras que no. De hecho, el BPM todavía se vende. En cuanto al case management, es visto como innovación porque las compañías empiezan a pensar en procesos desestructurados. Pero cuanto hablamos del low-code, eso ya es ciencia ficción.
Cuando explicas lo que ofrece el low-code es difícil creelo, pero cuando consigues demostrar que —en un proyecto rápido— puedes hacer una puesta en producción en tres semanas, o incluso en dos meses cuando se trata de algo bastante complejo, ganas “creyentes” de forma automática. Es muy bonito tener ese impacto tan importante en el negocio, en el día a día de las personas que trabajan con nuestra plataforma.