Los datos impregnan nuestra vida cotidiana. Si miramos alrededor, hay pocas industrias y servicios que no hayan cambiado debido a la forma en la que se usan los datos. De forma similar, en las próximas décadas seremos testigos de cómo la sostenibilidad impregnará todo lo que hacemos.

Ya se puede ver un marcado cambio a la hora de enfrentar el desafío del cambio climático, pero aún queda mucho por recorrer para garantizar que la sostenibilidad se considere en todos los niveles de actividad económica y social. Sin ir más lejos, es significativo que la mayoría de las multinacionales tengan ya fechas límite —que van desde 2030 a 2050— por las cuales se comprometen a reducir sus actividades que generen emisiones; esto representa una transformación a gran escala en la forma de hacer negocios.

PUE no dice nada sobre de dónde proviene la energía del centro de datos o cuánta productividad se está logrando

Aunque somos conscientes de la importancia de los datos, no solemos considerar el hecho de que aquellos con los que interactuamos se encuentran en una red de centros de datos. De esta forma, a medida que la sostenibilidad cobra un papel protagonista, los requisitos de energía de estas infraestructuras son más difíciles de pasar por alto.

Sostenibilidad

Los centros de datos pueden ayudarnos a eliminar o reducir las emisiones de muchas formas: el edge computing acerca los datos allá donde se usan para hacer que la red sea más eficiente; la adopción de energía renovable; o un uso más inteligente de la infraestructura energética en estos espacios.

A pesar de ello, teniendo en cuenta el gran volumen que se maneja, los datos consumen cada vez más energía. Vivimos un momento en el que es imperativo reducir el consumo, y si queremos mantener los centros de datos en línea con el progreso que estamos logrando en otros contextos, debemos comenzar a planificar esta eficiencia y sostenibilidad antes de que sea tarde.

Repensar el concepto de eficiencia

Desde hace más de una década, la medida principal de la eficiencia energética de un centro de datos ha sido su eficacia en el uso de energía, o PUE (power usage effectiveness). Es una métrica simple, se calcula dividiendo el uso total de energía en un centro de datos por la potencia eléctrica total que consumen los sistemas de TI. Esto ofrece una representación acerca de cuánta energía se está usando en ámbitos como la iluminación, el aire acondicionado… y también las pérdidas en el sistema eléctrico.

Los centros de datos pueden ayudarnos a eliminar o reducir las emisiones de muchas formas

Desde luego, este es un sistema de medición claro, fácil de calcular y comparable en instalaciones de diferentes tamaños, pero quizás también está respondiendo a la pregunta incorrecta. Aunque es cierto que nos informa sobre hasta qué punto el operador del centro de datos ha logrado minimizar los gastos generales y concentrar la energía en las partes productivas de la instalación, no dice nada sobre de dónde proviene esa energía o cuánta productividad está logrando.

Una ironía en todo esto es que el propósito de construir un centro de datos es permitir entradas y salidas, recibir comunicaciones de los usuarios y responder con la información que solicitan; mientras tanto, la eficiencia energética se mide solo en términos de entradas. Además de ignorar de dónde proviene la electricidad, PUE ignora la eficacia con la que ésta se utiliza cuando llega al gabinete del servidor.

Un requisito clave será una mejor comprensión acerca de cómo fluye la energía en el centro de datos.

Encontrar una alternativa a esa métrica y, lo que es más importante, innovar en formas de mejorar la eficiencia del centro de datos en un nivel más significativo, requerirá un esfuerzo entre industrias que reevalúe de verdad lo que significa la sostenibilidad en este contexto.

Un requisito clave será una mejor comprensión acerca de cómo fluye la energía en el centro de datos. Un enfoque de sistemas en el que los componentes energéticos no sean secundarios al equipo de TI, sino que estén completamente integrados y sean conscientes de la energía que utilizan, brindará la información necesaria para garantizar que estas infraestructuras reduzcan sus demandas de energía, incluso a medida que escalan.