La tecnología se ha convertido en la principal fuerza transformadora de la sociedad. No hay un poder similar para conectar personas, manejar información de forma eficiente o para despertar interés y captar inversión de manera global. Pero también es un medio al servicio de la humanidad y está en nuestras manos decidir qué hacemos con ella.
Ya estamos usando big data, IA, realidad virtual o la nube para reducir costes, generar ahorros, incrementar la productividad, conocer mejor a nuestros clientes… Por qué no utilizar estas herramientas para confrontar los problemas verdaderamente importantes, por ejemplo, para cumplir con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
La naturaleza nos habla
El escritor Victor Hugo se lamentaba de que era triste saber que la naturaleza nos habla, pero que el hombre no escucha. La tecnología puede ayudarnos a cambiar esta contradicción. Utilizarla para generar impacto positivo ya no es solo un tema de responsabilidad o compromiso moral, es una oportunidad para generar valor y crecimiento para las compañías. En el futuro, solo aquellas que crezcan de manera responsable, y generen valor para la sociedad y el planeta, serán las que sobrevivan.
Más que compromiso moral, es una oportunidad para generar valor y crecimiento para las compañías
La buena noticia es que el marco de los ODS ha creado un consenso global sin precedentes. Según el Business Sustainable Development Comission, su cumplimiento creará 380 millones de nuevos puestos de trabajo hasta 2030 y tiene un potencial económico de doce trillones de dólares.
El otro gran cambio viene impulsado por las personas. Por ejemplo, el 90% de los consumidores cree que las compañías deben luchar por conseguir los ODS y el 78% es más propenso a comprar productos de este tipo de empresas.
En el ámbito profesional, LinkedIn ha demostrado que aquellas empresas que fomentan propósitos sociales, más allá de crecer y generar negocio, están mejorando la satisfacción de sus empleados y el compromiso de estos con la compañía. En definitiva, reteniendo y atrayendo talento digital, que es cada vez más relevante dentro de las organizaciones.
Basta con explorar un poco y comprobar que ya se están dando los primeros pasos con numerosos proyectos de todo tipo de compañías, instituciones o startups. Por ejemplo, un 33% de las especies marinas están sobreexplotadas y cada año se extraen capturas ilegales por valor de más de 23 billones de dólares. Así que un proyecto impulsado por Google, la Fundación Leonardo DiCaprio, Oceana y SkyTruth se sirve del big data y la IA para recoger y analizar más de 60 millones de puntos al día de cientos de miles de embarcaciones para luchar contra la pesca ilegal.
Ya se están dando los primeros pasos con numerosos proyectos de todo tipo de compañías
El Instituto Nacional de Investigación Espacial del Brasil estima que en la Amazonía se detectaron 72 843 incendios entre enero y agosto. Solo en agosto se quemaron 2,5 millones de hectáreas de este pulmón verde, capaz de absorber 2 400 millones de toneladas de CO2 anuales. A través de big data y mediante el uso de imágenes por satélite, la startup portuguesa 20tree.ai está monitorizando en tiempo real más de dos millones de km2 de bosques, velando por su salud.
Otro ejemplo. Cada día se suben más de 300 millones de fotos a Facebook y 95 millones a Instagram. A esos dos ingredientes, el proyecto Wild Me sumó la inteligencia artificial y la nube de Microsoft para proteger a las más de 90 000 especies amenazadas en todo el mundo mediante el reconocimiento de imágenes. Este proyecto open source ha permitido, en solo dos años, identificar 517 linces y más ejemplares de tiburones ballena que los que se habían identificado hasta el inicio del proyecto.
Aquellos que tienen el privilegio de saber, tienen la obligación de actuar
Como diría Albert Einstein: “Aquellos que tienen el privilegio de saber, tienen la obligación de actuar”. Tenemos la tecnología, hemos detectado los problemas y contamos con la voluntad y el talento de la gente. ¿A qué estamos esperando?